Roberto Huitrón González/La Voz de Michoacán La noche del 11 de mayo 2006 en Pátzcuaro, se hizo el blues, pues en el auditorio del CREFAL, en aquélla fecha como parte de los festejos de sus 55 años de existencia de esa institución, se presentó Betsy Pecanins con su excelente banda acompañante, nunca pensamos que sería la última presentación de la Pecanins en Michoacán, que este martes 13 de diciembre del 2016 dejaría de existir. En aquella ocasión, ante más de doscientas personas (el recinto a reventar), la blusera mostró lo que se puede hacer cuando se conjuga talento y el virtuosismo; también se evidenció que Betsy, atravesaba por su mejor momento, madura pero sin abandonar la frescura de su voz, la cual no negaba sus influencias, desde al canto flamenco, la música ranchera, los boleros románticos, los Beatles, la poesía, el blues nacional y el clásico negro. Y en el repertorio del programa de aquella noche memorable, durante hora y media, también se reflejaron sus influencias, sesión donde quedo claro que cuando de sentimiento se trata, Agustín Lara, nuestro Flaco de Oro, esta cercanísimo a la negritud del blues. El concierto fue una muestra de lo flexible que puede ser el blues, cuando se ejecuta con virtuosismo y se aporta talento, como muestra habría que estar presente para ser testigo de la forma de ejecutar el chelo, en las manos y sensibilidad de Mónica del Águila, que con su instrumento aportó esa noche, una sonoridad especial al blues, perfectamente ensamblado a la voz de la Pecanins y a los instrumentos tradicionales del rhythm and blues, (bataca, bajo eléctrico, lira idem y en especial la armónica); concretándose en la música del alma, el programa presentado en aquel concierto, fue desde Lara, hasta los Beatles, pasando por Muddy Waters, Sony Thompson y Briceño, y otros clásicos del blues, la compensación fue la entrega del público asistente. Por su parte, Betsy una mujer “de fuego”, como ella misma se definió, nos dio una probadita de lo que es capaz, la genética en su caso hizo lo suyo; de padre gabacho y madre catalana, nacida en Barcelona, ella ve la primera luz en la Unión Americana, pero su entorno cultural empuja a la biología, pues la Pecanins, desde muy pequeña viaja constantemente a México donde viven sus abuelos, sus tíos, sus primos, nos confesó en aquella ocasión que, primero conoció México y después Barcelona, por ello México fue un referencia obligado en su vida, reconocida de viva voz por ella, pero además su familia es amante del arte, solo hay que recordar que desde hace 50 años la Galería de arte Pecanins (funda por su madre y tías) ha impulsado a escultores y pintores tanto de México, como del resto de América. Todos estos ingredientes llevaron a Betsy a buscar y experimentar a través de la música, su forma de expresar lo que la habitaba. Esa búsqueda la llevó a cantar música catalana, mexicana, latinoamericana, pero fusionada con jazz y el blues que fue su pasión. Así con esos antecedentes, aquella noche de hace más de 10 años, Betsy logró, entre pieza y pieza, que los cronopios asistentes al concierto deliramos, gozamos y sufrimos, por que no decirlo, con este canto, que a pesar de los desolados tiempos, nos da una razón más para vivir intensamente. Lea la nota completa en la versión impresa...