EFE / La Voz de Michoacán Madrid. Las ciudades italianas de Florencia, Roma y Venecia fueron los epicentros del Renacimiento, pero su vibración se dejó sentir en otros lugares como Nápoles, en este caso de manera muy singular y con gran peso de artistas españoles. "Otro Renacimiento", en el Museo de Prado, pone el foco en este capítulo de la historia del arte. La exposición, que abre este lunes sus puertas en la principal pinacoteca de España hasta el enero de 2023, está realizada en colaboración con el Museo e Real Bosco di Capodimonte de Nápoles, donde viajará en 2023. "Otro Renacimiento. Artistas españoles en Nápoles a comienzos del Cinquecento" explora cómo se desarrolló el Renacimiento en Nápoles, entonces territorio español, en uno de los capítulos menos estudiados en la historia del arte. El Prado ha ideado una diseño expositivo que evoca las construcciones napolitanas de la época, vestido con una selección de 75 obras muy variada: dos terceras partes (44) son pinturas, pero también hay gran peso de la escultura (25), un retablo y varios libros (5). Uno de ellos, es una preciosa edición del misal de Fernando El Católico, una pieza que se encuentra en la Biblioteca Vaticana y que nunca sale de Italia. MÁS ALLÁ DE MIGUEL ANGEL El Renacimiento se desarrolló en Nápoles a comienzos del siglo XVI de una manera "muy peculiar, más plural y menos codificado" que en Roma o en Florencia, señala Miguel Falomir, director del Museo del Prado. "Es muy singular, hay muchas tendencias distintas". La ciudad, sólo por detrás de París en número de habitantes en aquella época, se acababa de convertir en territorio español, ocupaba un lugar privilegiado en el Mediterráneo y hasta allí se trasladaban artistas de todo el mundo y discípulos de los grandes maestros del Renacimiento como Miguel Ángel y Leonardo. La exposición evita poner el foco sobre grandes nombres del Renacimiento italiano como Miguel Ángel o Leonardo, pero descubre otros menos conocidos para el gran público y de extraordinaria calidad como Giovanni Da Nola, Andrea di Piero Ferrucci o Pedro Fernández. Las obras reunidas ponen en contexto este peculiar capítulo de la historia del arte. Todos se habían formado en los grandes centros del Renacimiento y se encargaron de llevar a la ciudad las novedades del nuevo movimiento -conocido como la "maniera moderna" (estilo moderno)-. Pero más tarde, la dirección cambia y son los artistas procedentes de España los que viajan a Nápoles para aprender.