El origen definitivo del caricaturista fue la casualidad

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Foto: Agencias. Publicaba cada semana lo mejor de la gráfica en el mundo.

El Universal / La Voz de Michoacán

 

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Ciudad de México. Eduardo del Río García, "Rius" empezó a trabajar en la Funeraria Gayosso en la recepción, contestando el teléfono y dando informes. Mientras se aburría como ostra, hacia monitos en cualquier papel que le caía. Una tarde le pidió el teléfono un señor que después se enteró era Francisco Patiño, entonces director de Ja-já, quien le preguntó si hacía caricatura. Algún talento le vio, y le pidió lo fuera a ver “si se le ocurre algún chiste”. Era noviembre de 1954, hace más de sesenta años.

Ja-já. Síntesis del humorismo mundial, pese al menosprecio de muchas personas y muchos caricaturistas, Rius incluido, es una de las publicaciones emblemáticas más importantes de humor gráfico existentes en México, que publicaba cada semana lo mejor de la gráfica en el mundo y dejó una honda huella en los caricaturistas mexicanos que se enriquecían con las imágenes de los moneros del mundo entero. Así, Rius entraba por la puerta grande de la caricatura.

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Un segundo momento fue suplir a Abel Quezada en Ovaciones, lo que significó el ingreso definitivo al mundo de los monos. Empezó una vertiginosa carrera que lo llevó a ingresar a publicaciones tan disímbolas como La Nación, el periódico del Partido Acción Nacional, explicable, sin duda, por su formación y orígenes religiosos, hasta Política, una revista de Manuel Marcué Pardiñas que estaba radicalizada, en el discurso, a la izquierda.

En 1959, un grupo de jóvenes caricaturistas que buscaba un estilo, y trabajo también, formó la revista Sic. Risas de bolsillo. Sergio Aragonés, Bauche, Almada, Quelar y Rius eran estos curiosos muchachos cuyo estilo prácticamente era igual entre los cinco, cuyo sueño, era no dibujar como Ernesto García Cabral o como Andrés Audiffred, demasiada elegancia estética, sino como Steinberg, un estilo “menos complicado”, y a través de líneas sencillas. La importancia de esa publicación es clara: el primero, Aragonés, es uno de los grandes caricaturistas del mundo y Rius, pues ya lo están leyendo.

Es curioso mirar los monos de cualquiera de los cinco y uno podría apostar que era del otro. El argentino Oski, fue el otro modelo que intentaron copiar.

Ese mismo año llegó La Gallina, dirigida por Miguel Gila, el genial comediante español que quería hacer una revista como La Codorniz, que dirigió en España. Ahí empezó, también, otro excepcional monero: Eduardo Gómez.

No podemos hacer un recuento, una a una, de las innumerables revistas por donde pasó Rius, desde Ja-jáhasta El Chamuco, pasando por Siempre!, Política y La Garrapata; muchas de ellas, han sido creación suya, como La Gallina, Marca Diablo, El Mitote Ilustrado, entre una larga lista.

Lo mismo sucede con los periódicos en donde pasó, prácticamente todos los existentes en nuestro país:Novedades, La Prensa, Excélsior, Cine Mundial, Diario de la Tarde, La Jornada y EL UNIVERSAL.