Notimex / La Voz de Michoacán Madrid. El Centro de Artes de Alcobendas, de la capital española, presenta una retrospectiva de la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, quien el año pasado fue galardonada con el Premio Internacional de Fotografía Alcobendas en su quinta edición. En entrevista con Notimex, Iturbide aseguró que su obra está basada en la sorpresa. "Cuando yo fotografío, solamente tomo imágenes de lo que me sorprende, pero como yo defino mi fotografía es en lo cotidiano. Al insistir en el elemento sorpresa en la fotografía, afirmó: "Uno está con su cámara pensando en otras cosas y sale algo y hace que tu ojo, tu mente y tu mano actúen y que puedas tomar algo que pueda ser importante, bonito, regular o no sé, pero es lo que me influye en la fotografía". Definida como una fotógrafa de la calma, de la templanza, Iturbide aseveró que efectivamente, "nunca estoy en las carreras, eso si no, me gusta tomarme mi tiempo, esperar a que pasen cosas y poderlas fotografiar". La exposición retrospectiva que exhibe el Centro de Arte de Alcobendas, comisariada por José María Díaz-Maroto, recorre los proyectos más importantes de la trayectoria de Iturbide. La muestra está conformada por más de 70 fotografías, representa una completa visión de las series desierto de Sonora, Juchitán, pájaros, matanza de cabras, el baño de Frida, viajes, India, Estados Unidos, jardines y autorretratos. Su trabajo fotográfico se caracteriza por la prolongada duración de sus series, pues la mayoría se completaron en más de un lustro, tomándose su tiempo y perseverando en la composición de la imagen y no en la duración. La fotógrafa recuerda el cartel que su maestro y posterior amigo, Manuel Álvarez Bravo, tenía en su estudio, con la frase: "Hay tiempo, hay tiempo". De hecho, no puede entenderse la obra de Iturbide sin hacer referencia a su maestro, el más importante fotógrafo mexicano del siglo XX, a quien conoció en la escuela de cine, encuentro que le marcó un camino diferente en su vida. La formación fotográfica de Iturbide se configuró trabajando como asistente de Álvarez Bravo, quien además la introdujo en otras disciplinas como la pintura y la literatura. Yo estudiaba cine, conocí a Álvarez Bravo en la Escuela de Cine, ahí estuve dos años y después me preguntó que si quería ser su achichincle, al día siguiente yo ya estaba trabajando con él", refirió en la entrevista. Para mi fue la gran maravilla entrar por esta puerta a la fotografía y no nada más a la fotografía, sino a la poesía, porque Álvarez Bravo fue un hombre muy poético que me enseñó no nada más de fotografía sino de arte, de pintura, de arte popular", dijo. Iturbide habló también de otra gran influencia en su vida, el artista oaxaqueño Francisco Toledo. Es un gran amigo, he trabajado con él en el Jardín Botánico de Juchitán, y curiosamente es también un hombre que siento que tiene que ver algo con Álvarez Bravo, muy silencioso, no pertenece a ninguna mafia como Álvarez Bravo y muy politizado", sostuvo la fotógrafa.