Londres.- Los retratos de Pablo Picasso (1881-1973) revelan la prolífica y multifacética carrera del artista que pintó a su círculo más cercano: amigos, esposas, amantes e hijos. La Galería Nacional de Retratos presenta 80 cuadros en el que Picasso, quien pintaba por gusto los retratos y no por comisión, logró experimentar y abordar la figura humana desde caricaturas cómicas hasta retratos formales. El nuevo director del Museo Picasso de Barcelona, Emmanuel Guigon institución que prestó una buena parte de los cuadros, señaló que una “exposición es como un poema donde la última palabra es importante y aquí hay un diálogo de un cuadro con otro cuadro que ofrece una visión distinta”. La muestra presenta obras maestras, pero también obras menos conocidas como las caricaturas de Picasso, que sirvieron de punto de partida para retratos futuros con tintes caricaturescos, distorsionados, infantiles, y picarescos. La exposición muestra las diferentes etapas del pintor desde el periodo azul, el periodo rosa, el neoclasicismo, el cubismo y el surrealismo, así como los años de la ocupación nazi en París, donde Picasso reflejó en sus retratos el dolor de la guerra. Tres cuadros muestran la versatilidad de uno de los grandes pintores del siglo XX: El retrato cubista del vendedor de arte Daniel-Henry Kahnweiler (1910), el retrato clásico de su esposa Olga, Retrato de Olga Picasso (1923) y 12 años después el retrato surrealista de Olga con la cara distorsionada. Las mujeres de Picasso como su primera esposa Olga Khokhlova, sus amantes Fernande Olivier, Marie Therese, Dora Maar y Francoise Gilot, así como su última esposa Jacqueline Roque están presentes en esta exposición donde lo mismo las pintó al óleo que en tinta china. La muestra presenta un trío de cuadros donde Picasso plasma la personalidad de sus amantes Marie-Therese Walter y Dora Maar junto a su amiga Nusch Eluard, acróbata, artista y esposa del poeta surrealista Paul Eluard. Picasso retrató a la joven Marie-Therese utilizando un estilo curvilínea que está asociado a su voluptuosa sensualidad. El artista combinó tonos suaves y borrosos para sugerir una personalidad dulce y obediente. En contraparte, el pintor retrató a otra de sus musas Dora Maar, reconocida por su inteligencia y fuerte temperamento en los círculos surrealistas, quien es retratada en tinta china, “una técnica difícil de controlar”, con una cabeza y torso desproporcionados y una postura rígida, explicó la curadora Elizabeth Cowling. La muestra inicia con una serie de autorretratos del artista en su primera etapa. En el “Autorretrato con Paleta” (1906) el pintor aparece sosteniendo la paleta en su mano izquierda vestido con una camisa blanca en claro dominio de su oficio. Las salas están dedicadas a los amigos del pintor, a sus hijos, esposas y amantes. Entre los varones elegidos se encuentran Guillaume Apollinaire, Santiago Rusiñol, Jean Cocteau, Igor Stravinsky, y Jaume Sabartés. La exposición es la primera en su tipo en los últimos 20 años, desde el Museo de Arte Moderno de Nueva York y Grand Palais de París en 1996. Las piezas provienen de museos y colecciones privadas de todo el mundo.