Ciudad de México.- Conformada por una serie de lienzos inundados de colores, así como por una instalación de audio y video, la exposición “Doble Fondo”, que estará en exhibición hasta el 11 de marzo en la Galería Proyectos Monclova, aborda las expresiones de malestar social que se observan en los espacios públicos de la Ciudad de México. Conformada por seis piezas “Paños”, “Ficha de registro”, “Dispositivos de memoria”, “Gramática de la tristeza”, “Grafiti. Representación en grado cero” y “Doble fondo”, el trabajo del colectivo Tercerunquinto explora las principales estrategias para consignar el desacuerdo y la indignación: las pintas sobre muros. En entrevista con Notimex, los artistas involucrados en la realización de este proyecto, Rolando Flores y Gabriel Cázares, expusieron que el tipo de consigna que les interesaba trabajar debía tener tres características: efímera, anónima y clandestina. “Nos interesaba trabajar el grafiti, cuya autoría es totalmente anónima, precisamente porque la idea del individuo que está detrás de las pintas es alguien que a través de éstas expresa la rabia o la inconformidad que tienen hacia sucesos sociales”, comentó Flores. El rescate de estas expresiones se traduce en forma de una mancha o figura que adquiere gestos pictóricos, pues cada uno de los paños lleva el mensaje que los autores deseaban plasmar en cada uno de los espacios públicos. “Cada uno de los paños es una consigna en particular, cuyo título refiere al texto que originalmente expresaba”, mencionó. La Ciudad de México está repleta de este tipo de manifestaciones, en particular el Centro Histórico, Reforma o las inmediaciones de Ciudad Universitaria, así que para los artistas no fue complicado encontrarlas. Exploraron sitios para identificar rutas muy precisas donde se pueden hallar con mayor regularidad estas pintas. “Un concepto que sirvió de guía para llevar toda la idea de la exposición es el de “arqueología de la rabia”, es decir, ir tras los vestigios que implican formas de expresión que representan ciertas narrativas oficiales o culturalmente aceptadas y reconocidas”, agregó Flores. En los textos, Gabriel y Rolando ven una forma de literatura que no está alineada a corriente alguna, que está en una especie de orfandad. Sin embargo, para ellos adquiere esa dimensión de humanismo que expresan las letras. La pared principal de la muestra está conformada por la mayoría de lienzos y en ellos hay reunidos diversos temas, desde causas políticas, agraristas, comunistas, anarquistas hasta magisteriales. En las otras paredes destaca la clasificación que hicieron sobre la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, de este tema se trabajaron 122 pintas. Por su parte, Gabriel Cázares añadió que para cada pinta hay una historia paralela que va de la mano con lo que las personas observan en los grafitis, porque el individuo que la realizó tenía una manera de pensar o sentir respecto al suceso del cual se está quejando. Además de los cuadros, hay una instalación de audio y video en la cual participó Renata Scherer, a partir de una composición de Gustav Mahler (1860-1911) “Canciones a los niños muertos”, la reinterpretó para que fuera tocada por una trompeta. Este tipo de música melancólica y de las calles, junto a los textos, generan una ambientación distinta.