EFE / La Voz de Michoacán El artista Jordi Alumà (Barcelona, 1924), miembro del llamado grupo de "pintores bohemios" de la Barcelona del siglo pasado y conocido por sus múltiples obras de temática deportiva, sobre todo olímpica, ha fallecido este miércoles a los 97 años en El Masnou (Barcelona). Así lo ha informado el ayuntamiento de la localidad, donde residía desde hace casi 60 años, en un comunicado con el que ha transmitido su pésame a la familia y amigos. Condecorado con la Creu de Sant Jordi, el Premio Ciutat de Barcelona, la Biennal del Deporte en las Bellas Artes (1967), el Concurso Internacional de Dibujo Ynglada-Guillot y con la Medalla de Oro del Reial Cercle Artístic de Barcelona, Alumà se inició en la pintura en 1937, en plena Guerra Civil, en los talleres del Comisariado de Propagando de la Generalitat de Cataluña junto al escultor Coscolla. https://twitter.com/elmasnou_cat/status/1402581080008499202?s=20 Hijo y nieto de artistas, en 1941 ingresó en los talleres de artesanía del Colegio Salesiano de Barcelona, donde aprendió la técnica del retablo, de la que se convirtió en todo un maestro y referente internacional. Sus primeras obras fueron, por tanto, retablos y murales de carácter religioso y estética medieval, que lo llevaron a viajar durante años por Europa y Estados Unidos, hasta que en la década de los 60 adoptó el figurativismo y se adentró en a temática deportiva, la que más proyección internacional le ha dado. Y es que sus obras han figurado en algunos de los eventos deportivos más importantes del mundo: es autor de diferentes suites olímpicas como la de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, Barcelona, Atlanta o Sidney, entro otros, así como de la decoración pictórica del salón presidencial del Comité Olímpico Internacional en Lausana. Alumà también experimentó en el campo de la docencia y, entre 1953 y 1989, ejerció como profesor en la Escola de Llotja hasta que, ya entrado el nuevo siglo, en 2001, decidió probar nuevos caminos y se inició en el papel japonés. Socio número uno del Reial Cercle Artístic de la capital catalana, Alumà pidió en una entrevista a esa institución que se le recordara como "un pintor estilista apasionado, con una línea que diríase entre el cubismo y el románico". "Disfruto pintando, soy un abnegado y una persona muy encerrada en mí misma pero aún así, abierto a los demás. Pero sobre todo, creo que es importante contar con el suficiente oficio como para después permitirte el lujo de despeinarte", señaló entonces. Pero el legado de Alumà también pervivirá en El Masnou, la localidad donde escogió pasar su vida y a la que ha dedicado un importante número de creaciones, como la escultura de "La Ninfa", ubicada en los jardines del mismo nombre, o el diseño del monumento "Maestros del Masnou", que el consistorio quiere instalar delante de la Escuela Ocata.