A cielo abierto; historia de venganza a la muerte de un padre, presentada en el FICM

Basada en la realidad de un “casi” accidente, situación que le generó un gran temor por la muerte

Foto: Samuel Herrera Jr

Yazmin Espinoza/ La Voz de Michoacán

“A cielo abierto”, ópera prima de los hermanos Mariana y Santiago Arriaga, llegó ayer a las salas del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) como parte de su competencia del Largometraje Mexicano.

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Dos hermanos adolescentes y su hermanastra, a la que acaban de conocer, emprenden un viaje por carretera hasta la frontera entre México y Estados Unidos en un tenso viaje de venganza para localizar al responsable del accidente que causó la muerte de su padre.

Guion de su padre, Guillermo Arriaga, la historia cuenta con los elementos clásicos en la narrativa del célebre escritor, como lo son la pasión, la violencia y una tendencia a los accidentes que generan encuentros y desencuentros.

“Esta es una historia que se escribió hace 30 años y quisimos que conservara ese espíritu joven. Cuando la leímos resonó en nosotros por muchos motivos, uno de ellos que es sobre hermanos, también el miedo a perder a alguien porque somos una familia muy unida”

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director Santiago Arriaga

Mariana coincidió en que luego de conversar aproximadamente ocho años sobre esta historia, ella y su hermano lograrlo hacerla suya y resultó en una óptica adolescente de una serie de decisiones que se toman desde la impulsividad y no desde la razón.

ACCIDENTADO COMIENZO

“Esta historia surgió el 26 de diciembre de 1985 a las 6 de la mañana en un camino de la Huasteca Potosina en una camioneta que saqué a plazos y que el que iba manejando se distrajo y se salió del camino, nos fuimos a un barranco y casi nos matamos. Yo iba dormido y cuando desperté estaba en el barranco y dije "ya nos matamos”, compartió Guillermo Arriaga, autor del guion de esta historia.

Cercano a esta experiencia, detalló, se convirtió en padre de Mariana y Santiago, situación que le generó un gran temor por la muerte y la posibilidad de dejarlos huérfanos.

“Al final aquí seguimos y encontré a los mejores directores del mundo para hacer esta historia”, añade.

Por su parte, Mariana y Santiago comparten que su padre siempre fue muy respetuoso de su visión como cineastas y les dio libertad de experimentar y aprender en esta, su ópera prima.

“Ellos tienen una sensibilidad más grande que la mía, y un conocimiento del cine también. Tienen un enorme sentido de la interiorización de los personajes, no sé cómo le hicieron, pero lograron entrar en su mente, además le pusieron humor”  

cuenta Guillermo.

Sobre el rodaje, comenta: “Yo tenía que estar a 100 metros de distancia del set, quería ser muy respetuoso de su proceso. Los consejos fueron muy puntuales y muy escasos”.

Al final, coinciden los Arriaga, la que tenía que ganar era la historia.

“Es muy papá, pero también es muy profesional. Lo que queríamos es que la historia ganara, nadie se impuso, siempre que teníamos alguna duda, volteábamos a verla”

explicó Santiago.

Sobre el rodaje, además la productora Eréndira Núñez describió que desde el principio todos estuvieron entusiasmados de ser parte del viaje de esta “road movie”.

“Sabíamos que íbamos a estar en movimiento, también es de época.  así que tuvimos que recrear todos los espacios, Pero Guillermo traía al set una energía impresionante, así que fue un viaje para todos”.

Para los actores, como Máximo Hollander, también fue un gran viaje pues comenta que lo más importante era centrarse en estar ahí y vivir el momento. “Para mí era leer una acción y llevarla a cabo, sin siquiera pensar cómo lo harías tú, solo hacerlo. Creo que el trabajo de Mariana y Santiago brilla por la pasión y todo el esfuerzo que le meten a lo que hacen”.