Con foro de discusión, analizarán la figura de Vasco de Quiroga más allá del mito y la idealización

La idea surge de la polémica generada por los intentos de hacer que el Vaticano declare santo al obispo de Michoacán

Angélica Ayala / La Voz de Michoacán

Pátzcuaro, Michoacán. El Consejo Supremo Indígena de Michoacán acepta realizar un foro para analizar y, en su caso, desmitificar a Vasco de Quiroga, como lo propuso Miguel Gordillo en un texto publicado por esta casa editorial, donde señaló varias inconsistencias de los argumentos del CSIM para que Vasco de Quiroga no sea proclamado santo, al señalar que no realizó un trabajo a favor de los pueblos indígenas, sino que se aprovechó de ellos.

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Pavel Ulianov Guzmán Macario, vocero del Consejo Supremo Indígena de Michoacán, señaló que la primera respuesta al artículo “Don Vasco de Quiroga, entre la verdad y la manipulación”, escrito por el autor Miguel Gordillo, “es que aceptamos la propuesta de que se organice un foro sobre este personaje, para lo cual informamos que en el marco del aniversario de los 500 años de la Conquista e invasión de Michoacán, convocaremos a todos los interesados para debatir públicamente sobre la invasión de Michoacán y el significado del periodo del virreinato, donde se puede conversar sobre las interpretaciones históricas del abogado Vasco de Quiroga”.

Dijo que la convocatoria será pública y el foro se realizará en diversas comunidades indígenas. En respuesta al artículo mencionado y que señala directamente al CSIM respecto a no tener una consistencia en sus argumentos para pedir al Vaticano que Vasco de Quiroga no sea declarado santo, Guzmán Macario señaló que “en la historiografía sobre Vasco de Quiroga principalmente imperan dos interpretaciones: la hagiografía, que describe y trata de justificar la vida de Vasco de Quiroga como un santo, destacando sus virtudes, méritos y acciones, estableciéndose como un modelo de vida. Pero también está “la visión crítica de la historia, donde se busca desmitificar la figura de Vasco de Quiroga bajo un pensamiento decolonial y una historia no eurocentrista, acciones necesarias para analizar adecuadamente los procesos históricos. En este sentido, cada historiador, cronista o escritor tiene la libertad de tomar la posición que le guste o que corresponda con sus intereses”, señaló.

Reiteró que el Consejo Supremo Indígena de Michoacán ratifica las ideas centrales de la desmitificación de Vasco de Quiroga, presentando algunas citas y fuentes para su consulta. “Vasco de Quiroga no fue el ‘protector de los indios’, como se repite sistemáticamente por algunos historiadores. Fue un explotador menos brutal que el resto de los españoles, pero en perspectiva histórica fue un peninsular que con trabajo forzado construyó el Pátzcuaro colonial”.

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Para ello, señala que hay que analizar la memoria presentada por fray Maturino Gilberti sobre los malos tratos que recibían los indios en la construcción de la catedral, en una edición del autor Mina Ramírez “La catedral de Vasco de Quiroga”, que al texto dice: “Que todos los pueblos de este obispado de Michoacán, so especie del edificio de la iglesia catedral que nunca tendrá fin, son vejados muy malamente, siendo compelidos que vayan a la dicha obra de veinte y de a quince lenguas, con su comida e hijos a cuestas y las herramientas con que han de trabajar y labrar, si a alguno dan herramienta es a tal o cual y generalmente sin ser pagados y los ocupan en otras obras impertinentes a la dicha obra, como es en hacer o reparar las casas y corrales de los españoles.

“Que los indios por no venir de tan lejos y redimir su vejación, han dado cantidad de dinero para la fábrica y sobre esto los tienen cada día presos y molestados hasta el día de hoy, en especial los indios de Tzintzuntzan y se han muerto algunos indios en la cárcel, sin los que se han muerto en la misma obra que son muchos (…) Que los indios naturales de este obispado de Michoacán reciben del obispo y de su provisor muy notables agravios y vejaciones porque por muy leves cosas los prenden y los molestan largo tiempo en la cárcel y después pagan mucho carcelaje y después los penitencian públicamente con cruelísimos azotes y los tienen de cabeza en el cepo muchos días, fuera de todo derecho”.

Continúa desmitificando a Vasco de Quiroga, al asegurar que el religioso no fue un santo, “como muchos historiadores o cronistas quieren hacer creer, incluso existe un documento pontifico en contra de Vasco de Quiroga donde describen cómo quebró la pila de bautismo y mandó quemar la iglesia de Tlazazalca”, en un escrito de Pío IV al Provincial de la Orden de Predicadores de la Provincia Mexicana Fray Vicente de las Casas, rescatado por el autor Alberto Carillo en su libro “Vasco de Quiroga pasión por el derecho”.

Esa obra señala: “Nuestro venerable hermano Vasco de Quiroga, obispo de la ciudad de Michoacán, queriendo despojar a los religiosos de la dicha orden de la posesión o casi de sus privilegios, sin poderlo hacer en derecho, y despreciando los decretos de los pontífices, a mano armada prohibió la entrada a los que de todas partes venían al dicho monasterio a recibir las aguas del bautismo, quebró la pila del bautismo que allí existía, no permitió que se dieran los demás sacramentos.

“Prohibió sepultar allí los cuerpos de los cristianos difuntos, y además mandó desenterrar a los que de tiempo atrás estaban sepultados, y a tanto llegó su osadía que, para expulsar a la fuerza a los religiosos, el día de la festividad de San Juan Bautista del año del señor de 1560 mandó quemar la iglesia por tres partes, la cual ardió toda junto con las imágenes de los santos, los corporales y todos los ornamentos eclesiásticos de que los religiosos que allí moraban apenas pudieron escapar en medio de la noche, los cual se ha hecho con grande prejuicio de los indios”.

Además, Pavel Ulianov señala que el propio testamento de Vasco de Quiroga confiesa ser un esclavista, “declaro y es mi voluntad que todos los esclavos que tengo, hombres y mujeres, sean libres sin adición alguna, porque esta es mi voluntad (...) declaro que a un negro que se dice Joan Catalán, que al presente sirve de cocinero, es de la fábrica y obra de la Iglesia porque ha mucho tiempo que se compró que fue para la dicha obra: declaro que le pertenece y vuelva a ella”, de acuerdo a una investigación de Warren Benedict.