La escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska (1932) recordó a su amiga, la artista plástica Leonora Carrington (1917-2011) como una mujer que vivió para pintar y para sus hijos. Al dictar la conferencia “Leonora en el país surrealista” como parte de las actividades de la Feria de las Culturas Amigas 2015, la autora de “La noche de Tlatelolco”, comentó que Carrington asistió a todos los reconocimientos que se le rindieron en vida porque no quería ofender a nadie. “Dentro de su rebeldía, Leonora era de una infinita cortesía, pues lo que ella quería era llegar a un espacio que muy pocos alcanzaban”, expresó Poniatowska. En su discurso, que también forma parte de las actividades del Año Dual México-Reino Unido, la escritora rememoró algunos de los pensamientos de Carrington, quien aseguraba que el sentimentalismo es una forma de cansancio. También aseguraba que la pintura es una necesidad no una elección y en su opinión no era bueno admirar a nadie, incluyendo a Dios. Poniatowska, quien en 2011 publicó el libro “Leonora”, con el que obtuvo el Premio Biblioteca Breve de Novela, aseguró que el único rito de Carrington fue tomar el pincel, tomar la pluma y guisar, porque le encantaba muchísimo cocinar. Precisó que el sentido del humor de la artista plástica destrozó cualquier imposición hasta la de ser surrealista y su obra está ligada al mundo de su infancia, un mundo que nada tiene que ver con la lógica, un mundo inesperado de poesía. También dijo que Carrignton, fallecida el 25 de mayo de 2011, odiaba estar con la gente, “lo que más le gustaba en la vida era fumar y en los actos públicos le impedían fumar”. De manera paralela a conferencia, se inauguró una exposición en homenaje a Leonora Carrington, conformada por cuatro esculturas monumentales de esta creadora, en las calles Lic. Francisco Primo de Verdad y Moneda, Centro Histórico.