Venecia.- Con el título “Viva Arte Viva”, la 57 edición de la Bienal de Arte de Venecia, una de las citas mundiales más esperadas del sector, será abierta este sábado al público con la participación récord de 120 artistas de 51 países y 85 pabellones nacionales. “El arte de hoy, de frente a los conflictos y los susultos del mundo, testimonia la parte más preciosa de la humanidad en un momento en el que el humanismo es puesto en peligro”, dijo la francesa Christine Macel, que este año es la comisaria de la Bienal de Arte, durante la presentación a los medios. Resaltó que el arte es el lugar por excelencia de la reflexión, de la expresión individual y de la libertad, así como de las preguntas fundamentales. Para los expertos el título y la línea elegidas por Macel suenan a la voluntad de tomar distancia de las bienales precedentes, como la de 2015, de Okwui Enwezor, con un alto contenido político y que tenía como eje a El Capital, de Karl Marx. En la edición de 2017, en cambio, sobresale el exuberante grito de alegría del arte como reto a la contemporaneidad. “Viva Arte Viva es una exclamación, una expresión de la pasión por el arte y por la figura del artista. Viva Arte Viva es una Bienal con los artistas, de los artistas y para los artistas, sobre las formas que ellos proponen, las preguntas que plantean, las prácticas que desarrollan, los modos de vivir que eligen”, dijo Macel. La muestra incluye 85 participaciones nacionales, verdaderas embajadas culturales en los históricos pabellones en los Giardini (Jardínes), en El Arsenal y distribuidas también en otros puntos de la ciudad. Este año participan por primera vez Antigua y Barbuda, Kiribati y Nigeria, mientras 23 eventos colaterales propuestos por entes e instituciones internacionales se desarrollan paralelamente a la Bienal. Entre estas últimas sobresale las exposición de Damien Hirst “Treasures from the Wreck of the Unbelievable”, que entre el Palazzo Grazzi y la Punta Della Dogana espera una visita récord de visitantes antes de su clausura, el próximo 3 de diciembre. La Bienal ofrece este año un recorrido expositivo que se desarrolla alrededor de nueve capítulos o familias de artistas, con dos primeros universos en el Pabellón central en los Giardini y siete otros que van desde el Arsenal hasta el Jardín de las Vírgenes. Entre esos nueve están los pabellones de los Colores, de los Gozos y los Miedos, de las Tradiciones, de la Tierra o el Dionisiaco. Asimismo hay 120 artistas participantes de 51 países, entre ellos los mexicanos Cynthia Gutiérez y Gabriel Orozco. El pabellón de México corre a cargo del artista Carlos Amorales, que presenta la exposición “La vida en los pliegues”, en la que confluyen diferentes disciplinas, no solamente las artes visuales, sino también la impresión, el diseño gráfico, la música, el teatro, la literatura, la poesía y el performance. “La Bienal debe calificarse como un lugar que tiene como método, y casi como razón de ser, el libre diálogo entre los artistas y entre estos y el público”, declaró el presidente, Paolo Baratta. Explicó que la edición 2017 está dedicada a celebrar, y casi a dar gracias, a la existencia del arte y de los artistas, que, dijo, ofrecen con sus mundos una dilatación de nuestra perspectiva y del espacio de nuestra existencia. La ceremonia de inauguración tendrá lugar el sábado, al igual que la premiación de pabellones y artistas por parte de un jurado presidido por el director del museo Reina Sofía de Madrid, Manuel Borja Villel. Entre los pabellones favoritos están el italiano, con un enorme espacio en El Arsenal, que presenta “El mundo mágico”, un inquietante viaje místico al final de los tiempos y del espacio, con la participación de los artistas Roberto Cuoghi, Giorgio Andreotta Caló y Adelita Husny-Bay. Los dos primeros ofrecen esculturas o “Imitaciones de Cristo”, algunas diseccionadas y un viaje en un túnel de plástico, mientras Husny Bay presenta filmes políticamente correctos fruto de un workshop en Nueva York. Otro pabellón favorito es el estadunidense, donde el artista Mark Bradford presenta “Tomorrow is another day”, con pinturas abstractas a larga escala y collages que parecen colpasar desde el techo para hablar de temas como la guerra, las migraciones, pero también la libertad. Francia presenta un pabellón musical a cargo del artista Xavier Veilhan, mientras por Gran Bretaña comparece Phyllida Barlow y Alemania por Anne Imhof. Dos de los pabellones más espectaculares, además del italiano, son el chino, con el título “Continuum-Generation by Generation”, de los artistas Tang Nannan, Wu Jian’an, Wang Tianwen, Yao Huifen y el ruso, titulado “Theatrum Orbis”, de los creadores Grisha Bruskin, Recycle Group y Sasha Pirogova. Chile, por su parte, presenta “Werken”, de Bernardo Oyarzun, que consiste en la instalación de mil máscaras mapuche (kollong) que, emplazadas en el centro de la sala, conforman una figura de contornos irregulares que ocupa aproximadamente 10 x 11 metros. Argentina, en cambio, está representada por Claudia Funes, que presenta la enorme escultura de un caballo en la muestra titulada “The Horse Problem”. La Bienal de Arte concluirá el 26 de noviembre próximo.