Yazmin Espinoza/ La Voz de Michoacán El Concurso de Oposición Abierto para ocupar la dirección de la Orquesta Sinfónica de Michoacán (Osidem) continúa este viernes con la presentación del segundo finalista, Jorge Vázquez Melgarejo, quien ofrecerá un concierto de entrada gratuita a las 20:30 en el Teatro Ocampo. Como solista, en dicha presentación actuará Andrés Humberto López Bermúdez, en el cello. Por otro lado, el programa incluirá la Obertura a Egmont, de Beethoven; el Concierto para violonchelo y Orquesta No. 1 de Camille Saint-Saëns; y la Sinfonía No. 4, de Schumann. En entrevista para La Voz de Michoacán Jorge Vázquez Melgarejo compartió un poco de su visión para la Osidem y del escenario mexicano de este tipo de orquestas. ¿Cómo fue que decides responder a la convocatoria de la Osidem? Yo supongo que fue el mismo día que la publicaron en Facebook, como 10 o 15 personas me mandaban un link, y trabajo mucho por Messenger o WhatsApp, y se me hizo raro que todos me estuvieran mandando el mismo link. Lo abrí, la leí, me interesó, mandé y ahora estamos acá. ¿Qué consideras debe tener un director de orquesta para sacar adelante un proyecto como este? Un director debe tener una visión humana de la orquesta, debe tener la visión de que la orquesta le pertenece a la ciudad que la cobija y creo que debe tener también como misiva principal de su trabajo la música porque a eso venimos aquí, primero es la música y eso debe ser el objetivo principal, eso es lo que creó que es fundamental. ¿Cómo te sentiste durante los ensayos con la orquesta? Creo que es una orquesta con gran potencial, mi percepción es que en estos tres ensayos hemos logrado una química muy buena, yo llegué directamente a trabajar, no quise hacer de la convocatoria o de la audición, el evento principal, quería que fuera lo principal la música, que vieran mi trabajo tal cual es y creo que logramos un ritmo de trabajo muy bueno, buena química y el producto claro será en proporción a ese buen trabajo que hemos hecho. En caso de resultar ganador de la convocatoria, ¿cuál sería tu visión para el proyecto de la Osidem? Es muy importante que la Osidem tenga un proceso de reconstrucción y que la podamos llevar a ser una de las mejores orquestas del país, va a ser un proceso arduo, largo, pero creo que teniendo lo que hasta ahora ha mostrado la Secretaría de Cultura, ese apoyo, y las ganas que tienen los músicos de tocar, se puede. Es muy importante eso, que la ciudad y el estado se sientan orgullosos de su orquesta, que sea una orquesta de la cual se habla en el país por su programación, calidad, y sus artistas invitados. Se que es muy a grandes rasgos pero esa tiene que ser la visión, el músico de la Osidem tiene que sentirse sumamente orgulloso de estar en ella, es un honor tener un trabajo en una orquesta y representar a un estado tan grande y tan hermoso como Michoacán, y creo que esa debería ser la prioridad de quien sea que gane. ¿Qué opinas de que la Osidem busque a su director por medio de un concurso y no sea designación directa? ¿Te pareció raro? En otras partes del mundo no es raro, tienen la visión de que abre una convocatoria y el que es mejor se lleva el trabajo, eso es muy importante porque quiere decir que el filtro es que siempre se contrata al que es mejor para esa agrupación en ese momento. Se hace raro en México porque aquí las titularidades se dan por dedazo, recomendaciones, yo creo que 96 por ciento de los directores de México no están en el pódium por mérito, y eso es grave y creo que como director joven mexicano es algo que nos toca cambiar. Cuando vi que era una convocatoria abierta la de la Osidem, te dice mucho de cómo es la orquesta y hacía dónde quiere caminar, es por eso que solicité. ¿Cuál consideras que es el escenario mexicano en el sector de las orquestas? En cada país es diferente y también cambia en cada ciudad. Creo que en México en las orquestas hay un gran potencial, creo que hay mucha gente que tiene ganas de más, de darlo todo y desafortunadamente se queda en eso porque si tienen a una persona que se las imponen, cómo quieres ir a trabajar con alguien con quien no te identificas, que no propone, que no construye, es trabajar a la fuerza. Y el problema con lo que nosotros hacemos es que lo hacemos desde muy temprana edad y por tanto tiempo, por amor y por placer, y como que le quitan eso al músico. Creo que esta convocatoria dice mucho y es un gran paso en el país que se haya hecho de esta manera. ¿Desde el inicio de tu carrera tenías la idea de la dirigir? Fue completamente suerte, yo estudié en Xalapa, a los 18 años me invitaron a seguir estudiando violín en Estados Unidos, y a los dos o tres años la universidad en donde estaba estudiando hizo convocatoria para el director de su orquesta, llegaron cuatro o cinco candidatos y uno de ellos es ahora mi mentor. Llegó, lo contrataron, después yo tenía que tomar una clase de dirección básica que todo el mundo toma, y después de la primera clase se me hizo muy lógico, me identifiqué mucho con mi mentor, la forma de trabajar, de pensar y después de la segunda o tercera clase me habló. Él es asociado de la Royal Filamonic de Londres y ahora es director titular de la Ópera Nacional en Polonia, es un director de primer calibre. Cuando acabó el semestre me llamó a su oficina y me preguntó cuáles eran mis planes de vida, le dije que quería ser violinista, quería tocar en un cuarteto música de cámara, esa fue siempre mi rama de la música, y me dijo no, yo te tengo una propuesta, yo te puedo hacer director de grandes ligas. En ese momento que lo podía hacer y si me quedó la profesión como anillo al dedo, pero cuando una persona de ese perfil te está diciendo algo así, aceptas la oferta, y creo que ha sido una gran aventura. Al año cuatro meses de estar estudiando con él la Sinfónica de Miami, el director vino a dar una máster class a la universidad y le gustó tanto cómo dirigí que creó una posición en la orquesta para mí, cuando terminé con ese puesto ahora la gente audiciona de manera internacional para ocupar ese lugar. Al poco tiempo de trabajar con él comencé a ganar concursos, ahora ya van siete años trabajando juntos y, de hecho, tenía una competencia una competencia en Europa esta semana y cuando le dije que me hablaron de aquí me dijo ‘cancela la competencia, tienes que ir para allá, es tu país, tienes que hacerlo’, y aquí estoy. ¿Cómo te sientes con el programa que te tocó interpretar para el concierto? El programa nos lo asignaron, es muy bonito, es un programa difícil porque lograrlo musicalmente es un trabajo arduo, son obras que tienen cada una un lenguaje muy específico, sus delicadezas, sus secretos, pero son obras padrísimas, la gente que venga al concierto se la va a pasar muy bien. La Obertura a Egmont es muy Beethoven, es muy dramático, tiene giros, tiene fanfarrias, tiene una introducción muy oscura e intensa, es una gran historia del Conde Egmont. Después tenemos a un gran solista local, Andrés López, nos vimos el lunes en la tarde él y yo con su pianista y me quedé muy contento de su potencial, creo que va a ser alguien grande para el estado. Y la sinfonía, que es el plato fuerte, es la última sinfonía que escribió Schumann y tiene mucho de él, de estas partes frenéticas. Schumann tenía muchos problemas psicoemocionales, tiene mucha oscuridad, luz, sonrisas, todos esos contrastes que él tenía y la orquesta está haciendo un trabajo espectacular en ese aspecto, nos hemos enfocado en poder crear esa atmósfera, además de que es una sinfonía muy particular porque son cuatro movimientos, pero no está escrito que hay separación, sino que un movimiento se conecta con el otro, y creo que estamos haciendo un gran trabajo en poder crear todo ese concepto cíclico y completo porque es adentrarte como en una aventura musical por 35 minutos, y eso es un gran reto, se necesita mucha condición pero creo que la Osidem lo va a poder hacer y va a ser un buen concierto.