“Jóvenes Creadores, del Fonca, no es dinero perdido”

El proyecto «Jóvenes Creadores» se encuentra bajo incertidumbre, los artistas beneficiados por este esperan poder incorporarse a lo que sea de este en el futuro.

Foto:El Universal

El Universal /La Voz de Michoacán

“Nos gustaría tener voz dentro de la transformación del programa de Jóvenes Creadores porque somos nosotros quienes vivimos este programa y porque estamos preocupados por los otros jóvenes que vienen”, dice la artista Rocío Montoya, quien en tres oportunidades ha tenido esta beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).

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Rocío y seis artistas más, todos beneficiados del programa Jóvenes Creadores expresan inquietud por lo que viene para este programa que cada año, durante los 12 meses, permite a 220 profesionales de las artes –en 29 disciplinas diversas, y con edades entre 18 y 34 años-- recibir un apoyo mensual de 8 mil 500 pesos aproximadamente y asistir a un proceso de formación con compañeros de todo el país y con tutores que son artistas, con miras a dar seguimiento a la investigación y producción de una obra. El programa, coindicen los entrevistados, los conecta con decenas de creadores de todo el país y les permite dar un paso hacia la profesionalización y el mundo laboral.

“La falta de comunicación es lo que nos preocupa; por eso hay incertidumbre --dice el artista Víctor del Moral-- . Se sabe que van a refundar el programa –así lo ha dicho el nuevo director, Mario Bellatin, en entrevista; hay muchos rumores--. No hay información, pero en lo que sí podemos adelantarnos es en decir qué es lo que nosotros valoramos como beneficiarios de Jóvenes Creadores, qué mejoraríamos. Yo creo que Jóvenes Creadores es muy democrático, no importa el estatus social, la edad, la situación, todos reciben el mismo apoyo”.

“Las autoridades del Fonca y de la Secretaría de Cultura no deben olvidar que los artistas jóvenes también formamos parte de esa sociedad para la cual hay que procurar contenidos, infraestructura e instituciones. No es que seamos un grupo privilegiado aparte, la mayoría de nosotros no contamos con derechos laborales básicos ni una bolsa de trabajo constante. De no ser por el programa no podríamos generar diálogos ni contribuir a la vida cultural del país que es lo que la mayoría de nosotros queremos”, opina por su parte el también artista visual Alejandro Gómez-Arias, que en dos ocasiones ha sido beneficiario.

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La artista Claudia Luna, que por dos periodos ha contado con el apoyo en la modalidad de pintura, sostiene: Hay una idea de que es algo muy privilegiado, pero mi experiencia es que es duro. No fueron unas vacaciones, fue aprendizaje de crítica y autocrítica, fue estar con compañeros de otros estados, me tocaron tutores que eran artistas que yo ya admiraba. Jóvenes Creadores del Fonca me obligó a encontrar modelos de trabajo, a ser más disciplinada. No había condescendencia. Fue muy formativo. Fue a partir de esas convocatorias que empecé a tener un cuerpo sólido de la obra, que empecé a creérmela”.

“El Fonca me cambió la vida en muchos aspectos –afirma Rocío Montoya--. Había tenido formación en artes, pero no contacto con la comunidad artística, en mi caso la del arte contemporáneo. Y ese contacto con mis colegas fue muy revelador. Lo que al salir de la escuela encontré es que siempre somos un gremio muy precarizado, que se cree que se nos puede pagar menos porque es una labor artística. Y el Fonca justo lo que hace es resolver esa transición hacia la vida laboral. La beca de Jóvenes Creadores no es sólo de producción, es de investigación, y no sólo sobre las prácticas de arte contemporáneo sino cómo esas prácticas se insertan en un contexto”.

Los primeros cambios.

El 14 de febrero, fecha en que se iba a realizar el Primer Encuentro de Jóvenes Creadores del año, los becarios y los tutores recibieron un correo que les avisaba que, debido a los recientes cambios estructurales en la Secretaría de Cultura y en el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, quedaba pospuesta la realización del Primer Encuentro de Jóvenes Creadores, pero que continuaban vigentes el segundo y tercer encuentro, para junio y septiembre.

Este cambio afectó la agenda de algunos artistas que, por ejemplo, tenían programados viajes. Pero más allá de eso, el cambio alentó la incertidumbre: “Me preocupa y me crea mucha incertidumbre por las cosas que han sucedido; no se respetó un plan, un contrato”, reclama la artista Cecilia Barreto, y agrega que sería una lástima que se modificara el programa de Jóvenes Creadores que, en su caso, fue fundamental: “Una vez tuve la beca; cuando salí de la escuela, y fue en el momento más crucial: cuando te quedas a la deriva. La verdad es que he crecido mucho, con esa beca fui más madura”.

La también artista Cynthia Yee opina: “No podemos permitir que no se siga apoyando a este grupo que es un grupo precarizado”.

El futuro de los encuentros.

El escritor Mario Bellatin, en entrevistas ha hecho cuestionamientos, en particular, a los encuentros de Jóvenes Creadores. Dentro de este programa, se realizan a lo largo del año seis encuentros en dos periodos, cada creador participa en tres; son eventos fuera de la Ciudad de México, en un hotel, a lo largo de cuatro días.

La artista Cecilia Barreto expresa: “Mario (Bellatin) dijo que se gasta mucho en los encuentros. Se ha especulado que son encuentros en hoteles cinco estrellas, pero la verdad es que son hoteles de mediano nivel. El menú es una comida normal, bufet, compartes habitación con otra persona; viajamos en autobús” (de áreas distantes del país sí viajan en avión).

“Lo que más me alerta de los cambios es que quiten los encuentros que son el lugar donde uno puede conocer a los tutores, mostrar el trabajo ante audiencias grandes, y eso genera relaciones de colaboración, afectivas, creativas. De cancelarse los encuentros, dejamos que el desarrollo de procesos y de una obra sólo sea visible para una elite. Y de los hoteles, también digo que son sencillos, y que desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche estás con el grupo trabajando. Además, en los encuentros estás con los colegas no sólo de tus disciplinas, y ahí surgen otros proyectos”, abunda Alejandro Gómez-Arias.

En esa idea coincide Víctor del Moral: “Los encuentros son catalizadores de complicidad, agrupaciones y cruces entre artistas de diferentes disciplinas; generan generación, se construye pensamiento colectivo. Reunirse con artistas de todas las disciplinas de todo el país permite conocer problemáticas de la nación, genera sentido de pertenencia y conciencia social. Se genera descentralización, un espacio-tiempo de concentración de los integrantes, y reactiva culturalmente otras ciudades”.

Hacen propuestas.

El grupo de artistas, junto a otros creadores de diversas generaciones, realiza actualmente un documento donde pregunta a exbecarios, becarios y tutores de Jóvenes Creadores qué valoran y qué mejorarían del programa. En la entrevista, ellos expresan algunas de esas propuestas: por ejemplo, revisar el sistema de retribución social del Fonca: Víctor del Moral es contundente: “Si algo se puede reformular es el tema de la retribución social”. También, revisar en Jóvenes Creadores las exhibiciones finales –aquí plantean que haya una curaduría--, mantener en forma constante la incorporación de nuevas disciplinas, y elaborar un censo de los creadores.

Rocío Montoya lo explica: “Una cosa que necesita todo el sistema es un censo de creadores: edades, categorías, para saber en cuanto dinero se está transformando ese apoyo de 8 mil 500 pesos al mes.

Jóvenes Creadores no es un dinero perdido, lo que hace es permitirnos a los creadores tener un colchón para desarrollar una vida profesional que es muy difícil en un gremio que está híper precarizado, que no tiene ningún derecho laboral ni un campo laboral específico, ni seguridad social, y es un espacio que no sé por qué el Estado ha dejado de lado. Jóvenes Creadores es democrático: a todos nos llega de la misma oportunidad, igual para el que se formó en talleres de dibujo en una casa de cultura que el que estudió en Suiza. Me preocupa que ya no sea nacional, sino regional; hay estados que carecen de escuelas y oferta cultural. Si no tenemos el contacto entre todos el rezago se puede agravar”.

Erik Tlaseca expresa que sería muy importante que el Fonca “escuchara cómo puede entrar en contacto con el público porque se ha enfocado en generar en una comunidad interna y se puede desarrollar más el trabajo de cómo llegar a los públicos”.