Rita Gironès Se expresa sin reparos. Sonríe ampliamente. Recuerda la Escuela Superior de Fotografía e Imagen de Valencia (España) como un acierto apasionado. En 1998 se muda a Morelia, y co-funda la escuela de fotografía “Fábrica de Imágenes” en la capital michoacana. Su producción artística en los últimos 20 años es un camino poliédrico. En la actualidad se desarrolla como realizadora documental y cinefotógrafa. Mediante la mirada y la escucha necesarias, pone de manifiesto la narrativa de las cosas. Genuina, entusiasta, fractal. Contadora de historias a través de la fotografía y el cine. ¿Qué querías ser de niña? Quería ser mecánico de coches. ¿Qué quieres ser ahora? Quiero ser documentalista. Si bien estoy en una etapa muy fructífera como cine-fotógrafa, quisiera dedicarme más a la realización de documentales. Me atrae mucho actualmente trabajar con la realidad. ¿Cuándo supiste que querías ser fotógrafa? Lo creativo ha resonado en mí desde chiquita, el arte en general. Me fui a Valencia a estudiar Fotografía e Imagen y terminando el primer año, supe que quería dedicarme a esto. ¿Cuándo te diste cuenta que eres fotógrafa? Quizás hace un par de años. (Risas) ¿Trabajarías por amor al arte? Lo he hecho mucho, probablemente demasiado, y ya no quiero seguir haciéndolo. Solamente si se tratara de un proyecto personal, trabajaría por amor al arte. ¿Qué distancia has recorrido de la fotografía a los documentales? Yo inicié haciendo fotografía directa en conciertos. Desde ahí hasta ahora, como cine-fotógrafa y documentalista, han pasado muchas cosas. Llegué a México haciendo foto directa y trabajos en blanco y negro, y de repente, algo sucedió en México que me pasé al color y a la fotografía construida. Trabajé como still photographer, y en el making of de producciones grandes en Cdmx, hasta realizar el documental Los días sin Joyce (2007). Me di cuenta cuánto me apasiona el cine y, concretamente, el documental. Me siento influenciada por Agnès Varda, Herzog, Byambasuren Davaa, apasionada por esa forma de documentar que se basa en lo que yo interpreto del tema, sin tratar de ser objetiva. En fin, he transitado de la foto directa al documental, que es como el cine directo, pasando por la fotografía construida, por la ficción, por la realidad… son espirales más que círculos. Pero haga lo que haga siempre hay un eje común: la narración. La narrativa incita a que el otro continúe la historia... Finalmente me considero una contadora de historias a través de la fotografía y el cine. Principal rasgo de tu carácter Diría que sé escuchar muy bien. ¿Qué papel debería jugar el arte, más poético o más político? Yo creo que debe ser una conjugación de ambas, y otras más. ¡No deberíamos acotar el arte! ¿Sobre qué temática te gustaría documentar en este momento? Hay tantas historias interesantes que contar… Ahora estoy emocionada con el deporte. Me fascinó la idea de una amiga cuando me habló de la participación de su papá en el equipo de Waterpolo en Michoacán por allá 1967. Ahora estoy muy fascinada en este proyecto “Waterpolo Mich: una historia de amistad y deporte”, además que soy una apasionada nadadora. Considero que el documental además de tratar situaciones de injusticia, también debería visibilizar otras partes amables del ser humano. ¿Con qué personaje de la historia te sentarías en una plaza a platicar y de qué? Con Agnès Varda. En realidad, ¡tenía toda la intención de ir a buscarla a París, pero ya no pudo ser! ¿Qué cualidades admiras más en las personas? Que sepan escuchar, me doy cuenta que hoy en día necesitamos ser escuchados, pero sin prisas. ¿Qué detestas en la gente? Que terminen tus frases, detesto esa poca escucha y la falta de respeto al ritmo propio de cada uno, cada vez me alejo más de estas personas. Y la gente mentirosa, la gente poco honesta. ¿Qué música escuchas? La música es muy importante en mi vida. Empecé uniendo estos dos amores: la fotografía y la música. Y depende también de lo que esté trabajando en ese momento, y ¡de mi estado de ánimo por supuesto! Por ejemplo, esta mañana me desperté escuchando Bossa Nova. Me gustan Nick Cave, PJ Harvey, Bowie… ¿De qué te sientes orgullosa? De mi independencia. ¿De qué te arrepientes? De no haber llegado a este momento antes. Me hubiera ahorrado mucho estrés. (Risas) Es difícil abrirse en el camino, el mundo del cine está muy masculinizado. Cine-fotógrafas en México hay muy pocas y siempre hemos tenido que demostrar que podemos hacerlo bien. Y te estresas y te fustigas mucho. Ahora estoy más relajada en ese sentido, no solo somos una profesión. ¿Qué es para ti la Cultura? La Cultura es el alma de una agrupación de humanos. Rita Gironès, escritora, docente y artista escénica. Catalana y mexicana. Lleva 20 años residiendo en Michoacán trabajando activamente por la cultura. Apasionada de las Humanidades, obtiene el Premio Nacional de Dramaturgia en México, 2022. facebook: Rita Gironèsinstagram: ritagirones