Adriana Sáenz Valadez Sensación térmica es una novela realizada desde un telar de cadera. La conforman varios colores, hilos que entrelazan historias contadas en diferentes tiempos, geografías y experiencias. Movimientos que conectan la práctica de las caderas y las manos que crean historias y tejidos. Desde este telar-ficción se hilvanan historias, símbolos, canciones, normas y patriarcado. Pausadamente, el aroma del amor romántico se esparce y el camino hacia la muerte física y simbólica se va apercibiendo. Es un texto de lectura rápida. En él, el tejido va cobrando sentido. Las historias se entrelazan. Es un texto de placer y dolor. Excelentemente escrito, el goce y el sufrimiento se incrustan en los ojos y en el pensamiento. Materia textual que narra la amistad y la muerte de varias mujeres que se tejen a partir de esquemas y creencias desde el amor patriarcal. La novela de la escritora mexicana nacida en Nueva York, Mayte López, fue publicada por la editorial Libros del Asteroide en 2021 y coeditada por Océano en 2022. El relato guía es la amistad de Lucía y Juliana. Ambas, estudiantes del Doctorado en Literatura en la Universidad de Nueva York. La historia nos permite asomarnos a la ventana de sus vidas, a las condiciones de los espacios donde habitan en la Gran Manzana, a la infancia donde vivieron violencia física y simbólica y a observar el impacto de ésta en sus relaciones. A partir del hilado de cadera, Lucía nos susurra, de manera crítica, los postulados para el amor desde esta perspectiva. Es cortejo, dulzura, seducción, regalos, deseo sexual y, a su vez, apocamiento, violencia, apariencia y sumisión. Portada del libro: https://www.amazon.com/ El padre de Lucía Lucía narra las varias caras de su padre. A veces le compraba chocolates y la llevaba al parque de diversiones, en otras, había insultos, objetos tirados al piso, gritos, golpes y desdén. Ciclos de violencia reiniciados tantas veces. El alcohol, los regalos, las súplicas de perdón y todo lo demás que conllevan estos vínculos. En este esquema, Dalia, la madre de Lucía, ama a su esposo. Lo ve atractivo, parecido a los cantantes que tanto admira. Desde niña, aprendió que el amor es una mezcla de miedo, atractivo físico, deseo sexual, sumisión, admiración, silencio, maternidad y golpes. A Lucía este vínculo le dejó claro que ella no merece ser querida y que no sirve para nada. Incluso, que el amor verdadero sólo puede estar construido por personas como ellos. A decir, un padre abusador y una madre enamorada del símbolo de las canciones. La historia de Juliana La historia de Juliana, la alumna de Colombia también brinda derroteros sobre el amor romántico. Ella se levanta temprano para correr y con ello cuidar la permanencia del listón rojo con el que su madre y tías amarraron su cintura y futuro. En ese acto violento, le advirtieron que nunca debía dejar que su talle creciera más allá del perímetro de ese cordel. De hacerlo dejaría de ser digna de ser amada. Es una estudiante rigurosa que, para ser amada, se violenta. Se practica vómitos, ingiere pastillas para no engordar, hace dietas adelgazantes y permite que el profesor la violente, todo porque, así como es, no es merecedora de afecto. Busca ser amada desde la violencia del cordel rojo. Aprendió a mirarse desde ahí: poco atractiva, inmadura, simple. Elementos que el novio conoce y aprovecha para perpetuar el círculo de la violencia. Juliana fallece atada a su futuro, a consecuencia de la violencia que el novio le propina. El camino de Lucía es un guiño a la esperanza. El horizonte queda abierto a la reflexión, a las posibilidades que el amor al sí mismo brinda. Una novela de poderosa capacidad introspectiva, que nos incita a cavilar sobre las repercusiones de la violencia vivida en la infancia. Adriana Sáenz Valadez es doctora en Humanidades, trabaja en la Facultad de Filosofía de la UMSNH y usa toda trinchera para desestabilizar las opresiones: desde la academia, la calle, el pensamiento, el amor, la escritura, la irreverencia.