Víctor Rodríguez / La Voz de Michoacán Morelia, Michocán. Este año el Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes (ENPJ) de Morelia cumple diez años de su nacimiento. Nacido de la iniciativa de Leonarda Rivera y Daniel Wence, con el tiempo el comité organizador ha ido cambiando; en 2022 y el presente 2023, Eclipse Román, Luis Oseguera, Miguel Fuentes, Noé Almaguer y Darío González Rodríguez se han integrado al comité organizador del evento, con Leonarda Rivera y Daniel Wence como directores fundadores y Rafael Calderón, Maricel Guerrero, Gustavo Íñiguez y Mercedes Alvarado como parte del comité asesor. El Encuentro en su séptima emisión se realizará el 7, 8 y 9 de diciembre en el Centro Cultural UNAM, el Museo del Estado y el Centro Cultural Clavijero, así como en el Jardín de las Rosas del centro de la ciudad. Habrá también presentaciones de libros, proyectos editoriales y un taller dirigido a la población moreliana. A la fecha, han estado presentes más de 189 poetas —jóvenes y no tan jóvenes— de 25 estados de la república, en tanto que se ha contado con la presencia de escritores de 16 municipios de Michoacán. El festival poético de este año estará dedicado a Margarita Vázquez Díaz, escritora con amplia trayectoria, además de contar con la participación de jóvenes personalidades de la literatura nacional, tales como el poeta más joven en ganar el Premio Aguascalientes, Fabián Espejel, nacido en 1995. Foto: tomada de redes sociales Para Darío González Rodríguez, uno de los actuales organizadores del evento, asegura que la importancia del Encuentro de Poetas Jóvenes radica en que “es un espacio de reunión y discusión de estilos, inquietudes estéticas y, claro, un lugar para entrar en diálogo con otros jóvenes cuya aspiración es escribir poesía y ser escuchados”. Un Encuentro de poetas jóvenes, añade, “debe estar, por obligación, abierto a las ideas contrarias y desafiantes para despertar, también en el público, el interés y espíritu de la lectura”. Darío explica que, desde su fundación, y a lo largo de la historia, Morelia ha sido “una ciudad cultural y política”. Por ello, dice, como capital de Michoacán, Morelia “es la sede indicada para que un evento nacional se realice en sus recintos culturales, además de ser la ciudad donde se reúne la cultura académica del estado”. El escritor explica que el criterio principal para invitar a participantes es, invariablemente, la edad. Aunque en estos años no se ha tomado mucho en cuenta este criterio, asegura que otro criterio es “tener al menos una obra publicada o haber resultado premiados en algún concurso nacional o estatal de poesía, aunque para los jóvenes de Michoacán sólo se contempla el hecho de que se desempeñen en el ejercicio de la poesía y, claro, que su obra llame la atención de alguna forma”. En tanto, para la escritora Eclipse Román —integrante también del actual comité organizador— “existen muy pocos espacios consagrados al conocimiento de la poesía, entendida no solamente como una forma fosilizada, sino que vida”. Apunta que “el intercambio de ésta de viva voz y de manera oral, como fue en sus remotos inicios, es fundamental para el desarrollo de la poética en la formación del individuo consagrado a forjarse una”. Además, dice Eclipse, el Encuentro “permite y abre este espacio de intercambio y autoconocimiento para los poetas encaminado a ayudarles en la formación no sólo de una voz propia dentro del género, sino también, y a más grande escala, de una generación”. Diez años de historia La ensayista e investigadora Leonarda Rivera, una de las fundadoras del Encuentro, nos cuenta desde la CDMX que unos años antes de iniciar con el proyecto existían varias revistas de literatura y publicaciones independientes con tirajes muy pequeños, pero que de alguna forma registraban el quehacer literario en Morelia, junto al suplemento cultural Acento. “Los organizadores del Encuentro del Mundo Latino tenían a Morelia como su sede; sin embargo, uno o dos escritores del estado (con trayectoria) podían participar. Los escritores jóvenes simplemente no existían para los organizadores del mundo latino, más que como público”. Por su parte, Daniel Wence nos cuenta que Leonarda Rivera y él reflexionaron en aquel momento fundamentalmente acerca de la falta de espacios o plataformas para la poesía en el estado, sobre todo para la poesía joven. “En ese 2013 ya no se realizaba en la ciudad el Mundo Latino y nos pareció que con nuestro trabajo y entusiasmo podríamos cubrir esa necesidad y crear una especie de plataforma para que los poetas jóvenes del estado conocieran a otros creadores y editores a nivel nacional”. Ambos escritores se dieron entonces a la tarea de gestionar el encuentro de poetas jóvenes, dice Wence. “Y lo logramos, gracias a todas las personas que nos apoyaron entonces y a quienes a lo largo de los años se han sumado a la causa y el trabajo”. Leonarda Rivera agrega que, con la desaparición de las publicaciones, revistas y hasta del Encuentro internacional, tanto ella como Daniel Wence decidieron trabajar por “un espacio que sirviera de diálogo para los poetas jóvenes del estado con los nacionales, que pudieran compartir su trabajo, autores que —por ejemplo— nunca habían publicado”. Apunta que esta dinámica se sigue manteniendo: “A lo largo de siete emisiones, el ENPJ ha publicado trabajos de más de 28 poetas de diferentes municipios de nuestro estado. Al menos la mitad no había publicado nada antes”. Leonarda asegura que se intenta leer todas las propuestas poéticas que les llegan. “Seguramente hay muchos escritores jóvenes que no conocemos y que querrían participar, tanto en las lecturas como en la organización misma. De ser así me gustaría que se acercaran al proyecto. Está completamente abierto a todos”. “¿Qué espero?”, se cuestiona Leonarda. “Que las nuevas generaciones tomen el proyecto. Hasta ahora no se ha podido porque casi la mayoría que se han ido sumando al proyecto, cuando les surgen dificultades en las gestiones, se asustan y renuncian”. A Daniel Wence le gusta pensar que se ha llegado a los diez años “porque es un festival importante y porque, efectivamente, ha fungido como una plataforma para los poetas, principalmente de nuestro estado. Espero que, como espacio de diálogo y creatividad, crezca y que las instituciones nos vean o nos sigan viendo como el fruto del trabajo comprometido de la sociedad civil. Que el ENPJ siga, apunta el escritor, “y pueda haber contacto con más poetas del estado para vengan a leer en las próximas emisiones”. La necesidad de reconocimiento Sobre la presencia de poetas jóvenes en México y, particularmente, en Michoacán, Darío González señala que sobre el tema podría “hablar por varias horas”. Accede entonces a ser breve al respecto. “Percibo el reconocimiento hacia los poetas jóvenes en México muy desigual y, en cierto punto, arbitrario. Hay muchos jóvenes cuya obra es ignorada por no cumplir con los parámetros sociales, políticos o ideológicos en boga”. Por otro lado, agrega, “la visibilidad de la obra de poetas jóvenes en Michoacán es muy escasa fuera de la capital, y personalmente sé que hay jóvenes escribiendo poesía en todos los rincones del estado, pero hace falta motivación para que den a conocer su obra”. Eclipse Román anota al respecto: “La poesía en nuestra actualidad no es un género que se caracterice por su visibilidad, promoción ni difusión”. Más aún, añade, “No son para nada mayoría los jóvenes que se acercan a ella; sin embargo, a pesar de todas las trabas de una sociedad dedicada al consumismo y la enajenación de los individuos, logran surgir voces de nuevas generaciones que buscan vigencia no sólo en su propia juventud, sino en la trascendencia de los temas que pueden presentar, e incluso podríamos decir encarar, a esta misma sociedad (que si bien no propiciamente) les alumbró. Estos jóvenes poetas apuestan por esto mismo a una visibilidad que va más allá de una imagen o una posición mediática”. Sobre este tema, Albha Nungaray Campos, titular del Departamento de Literatura y Fomento a la Lectura de la Secretaría de Cultura de Michoacán, cree que “hay poetas vigentes y reconocidos, sí, pero el conocimiento y reconocimiento de las y los poetas jóvenes es una necesidad, sin duda. Algunos, por diferentes factores, son menos visibilizados que otros”. Por tal motivo, Albha explica que este año se planeó que el recurso destinado a publicaciones se ejerciera desde una convocatoria abierta y que, además, implicara estímulos económicos y estrategias de difusión. “También ahí radica la relevancia del Encuentro”, añade, “en que es un espacio propicio para difundir local y nacionalmente la obra de autoras y autores michoacanos, en este caso de Abril Cira, Yunuén Parra, Arturo Reyes, Diana Ferreyra y Anaclara Muro, entre otras”. A lo largo de los años, el encuentro ha recibido el apoyo tanto de la Secretaría de Cultura de Michoacán como de varios diputados por iniciativa propia. En gran medida el ENPJ depende del apoyo de las instituciones culturales. Albha Nungaray señala que apoyar institucionalmente al ENPJ resulta relevante “por varios factores” para la actual administración de la Secretaría de Cultura. “Es una iniciativa ciudadana y sin fines de lucro, que año con año ha sumado a jóvenes poetas de Michoacán, desde su organización hasta la presencia en mesas y talleres”. Y, sobre todo, añade, porque “es un espacio de diálogo en el que las y los autores michoacanos comparten su quehacer poético y tejen redes que muy probablemente las y los lleve a que se conozca su obra en otros estados, pues a este acuden creadores de diferentes entidades”. Además, añade Albha, a lo largo de los diez años el Encuentro también “ha sido un espacio para conocer proyectos editoriales independientes y de rescate o difusión literaria”. Darío González reconoce que, como toda organización, el ENPJ “tiene aciertos, pero también errores”, los principales que tienen que ver con la organización del comité. “Ya que se ha celebrado por varios años, debería existir una mejor planificación y orden, al igual que mejor comunicación; también un mejor manejo de los fondos y aportes destinados al evento, dado que existen prioridades que muchas veces son hechas de lado por otras no tan relevantes. Podría mencionar la falta de apertura respecto a las ideas de los miembros más jóvenes de la organización, que a veces no son tomados en cuenta”.