Víctor E. Rodríguez Méndez colaborador de La Voz de Michoacán Ctrl Art nació con la pandemia del COVID-19, en julio de 2020, en pleno confinamiento general de la población. Comenzó a instancias de Luis Palomares Vaughan, con la colaboración del historiador Ricardo Espejel Cruz, quienes coincidieron en la agrupación Creadores de Arte en Michoacán S.C. (que duró un par de años). Decididos a no dejarse vencer por el tedio y la desesperanza que se vivía en aquel momento, y aprovechando la oportunidad de las nuevas tecnologías, ambos concibieron a Ctrl Art (cuyo eslogan es “Un clic al arte”) como un espacio independiente de difusión del quehacer artístico de maestros y maestras (así como foráneos radicados en Michoacán), a través de entrevistas individuales, básicamente, y grupales en el caso de organizaciones de alguna de las disciplinas artísticas. Desde entonces, Ctrl Art se transmite los viernes a través de sus páginas de Facebook e Instagram y en YouTube. Es así como el pasado 10 de julio cumplieron cuatro años de difusión, tiempo en que a la fecha han alcanzado la cifra de 200 programas y más de 190 artistas presentados. Foto: CtrlART Luis Palomares señala —en entrevista remota— que originalmente el espacio se pensó dirigirlo sólo hacia las artes visuales, “pero fue imposible no contemplar el resto de las disciplinas, y decidimos abrirlo a todas ellas, de tal modo que el programa dedica un viernes a cada una de ellas: artes visuales, danza, literatura, música y artes escénicas”. En la producción se ha contado con la colaboración de Cristina Dueñas, Ireri Campoy, Aleisa Palomares y Damaris Palomares. “La intención es hacer un sencillo homenaje y difusión del trabajo de los artistas de las diversas disciplinas de Michoacán, e invitados de otras localidades que han aportado al desarrollo cultural del estado como Ioulia Akmadheeva, Yokoo Sakiko y Florence Leyret, entre otros”. A la salida de Ricardo Espejel, la historiadora del arte Ireri Campoy García se integró en julio de 2021. Ella enfatiza en el carácter del programa como un espacio abierto de diálogo e intercambio con las y los artistas a través de las plataformas que facilita el internet y las redes sociales. “Producto de ello”, asegura, “podemos difundir y tocar públicos de diversos puntos del país y el extranjero, logrando un alcance que ni yo me imagino”. Cada programa lo preparan Luis e Ireri a través de un ejercicio periodístico con la intención de conocer el trabajo y la trayectoria de las personas invitadas con fotografía, videos, textos, reseñas y artículos periodísticos, tanto en red como en ediciones públicas. “Durante la semana el equipo de diseño prepara publicidad para anunciar al invitado de dicha semana”, asegura Luis. “Mis dos hijas integran el equipo de diseño (una diseñadora gráfica y la otra mercadóloga) con presupuesto personal, ya que es un proyecto independiente. Nos acomodamos en los recursos más sencillos y cercanos a nuestras posibilidades; intentamos —incluso— una edición escrita con artículos, lo cual nos generó algunas dificultades técnicas y tuvimos que suspender. Por el momento nos concentramos en la entrevista únicamente”. Ireri apunta al respecto: “Luis y yo nos encargamos de realizar tanto las entrevistas como la investigación sobre el artista en turno, y también de ir captando invitados. Los recursos son nuestros, éste es un proyecto de autogestión”. Para Ireri Ctrl Art ha logrado paulatinamente un alcance valioso. “Frecuentemente, los espacios oficiales no se dan abasto o tienen otros objetivos”, asegura. “Lo mismo puede suceder con los medios de comunicación o, incluso, con otros espacios independientes con niveles de exclusividad muy establecidos. Y no es que esté del todo mal, sólo es así y ya. Por eso pienso que los proyectos independientes siempre han sido el remedio para seguir haciendo carrera y sobrellevar las dificultades de encontrar sitios aparentemente públicos o abiertos para mostrar el trabajo de los artistas”. Este proyecto lo ve, a su manera, como “un eslabón más en la cadena cultural del estado, y que puede otorgar ese espacio y el tiempo para dar a conocer y difundir el trabajo de los artistas michoacanos; también nos hemos dado cuenta de que hay muchísimos artistas en nuestro estado, en todas las disciplinas y que no habíamos ubicado y ahora sabemos que ahí están; es curioso porque tampoco nos damos abasto”. Para Luis Palomares Ctrl Art contribuye a la promoción cultural por el hecho de que han dado a conocer a muchos artistas en otras localidades, dado que el programa tiene un alcance mundial. Las redes sociales, apunta, son “una poderosísima herramienta de difusión, deberíamos estudiarlas mucho más y tomarlas en serio; en los registros de las fuentes que usamos hemos tenido alcance mundial, nos han visto en Europa, Asia, Centro, Sur y América del Norte y en prácticamente toda la República Mexicana, y se ha logrado simplemente a través de la publicidad y de los contactos de los mismos invitados e invitadas”. Por su parte, Ireri asegura que con la expansión a YouTube Ctrl Art se impulsó “un poco más”, llegando a más público. “Hemos podido afinar nuestro trabajo y desarrollarnos en este mundo de la entrevista, el diálogo y la difusión cultural a través de las redes sociales. Aparecer en Facebook, YouTube e Instagram es muy bueno para nosotros y poco a poco hemos cosechado frutos”. Añade Ireri que las redes sociales son en la actualidad medios indispensables para la difusión de las artes y “de la vida misma”, según dice. “Gradualmente se han ido perdiendo otros recursos como el periódico y la televisión (que conste que ésta última fue revolucionaria), y su ausencia no ha implicado mayor problema, salvo para algunos (me incluyo) que recuerdan con nostalgia sentarse a leer las noticias y checar en la cartelera cultural qué va a haber los próximos días”. Señala además que la evolución y los cambios son constantes ahora: “Las redes sociales permiten estar presente en un evento que se está transmitiendo en vivo desde tu casa o donde sea que estés; brindan información inmediata y te permiten actualizarte constantemente”. Foto: CtrlART Michoacán y la cultura Luis Palomares es licenciado en Administración. Desde hace más de 25 años es dueño de un despacho de consultoría, capacitación e investigación empresarial. Es hijo del artista plástico Luis Palomares, a quien con Ctrl Art le rinde homenaje a él en cada edición “a través del homenaje que hacemos a cada invitado”, asegura. Por su parte, Ireri Campoy es licenciada en Historia del Arte, con experiencia en curaduría y museografía, además de haberse desarrollado en la gestión de diversas actividades museísticas. A la pregunta de cómo perciben el ambiente artístico-cultural en Michoacán, Luis cree por su parte que “el medio artístico en cualquier parte del mundo se encuentra, desafortunadamente, muy polarizado, de manera natural por la diversidad de edad entre las generaciones y por los egos creados, pero también se ha polarizado por la misma influencia de las autoridades que en ocasiones apoyan y en ocasiones no, sólo a unos cuantos. Michoacán no es la excepción y yo diría que es un claro ejemplo de dicha polarización”. En tanto, Ireri refiere que la comunidad artística en el estado “es muy, pero muy grande, y hay propuestas y creatividad a borbotones, en todas las disciplinas”. Se refiere a escritores, artistas plásticos, bailarines, actores y actrices, músicos, críticos de arte, fotógrafos y periodistas culturales, etcétera, quienes “tienen su sello particular y todos tienen en común esa lucha férrea por hacer lo que más les gusta y se esfuerzan por proponer y mostrar su voz, su esencia; ya lo que sucede entre «gremios» es otra historia, creo que es una joya que hay que pulir”. En este sentido, Luis considera necesario entender que “el arte es fundamental en el desarrollo de cualquier entidad, pero sólo algunas autoridades lo entienden”. Y agrega: “El arte es la personalidad de esa entidad, Michoacán es una región con historia, tradiciones, costumbres muy enraizadas, y la autoridad no acaba de entender que el arte es una bandera propia; el arte vende, el arte genera trabajo, ingresos, genera turismo y, sobre todo, genera educación. No somos lo que ahora intentan hacernos parecer: narcos”. Ireri Campoy señala al respecto: “He vivido de dos formas la institución cultural: como trabajadora dentro de la institución y como trabajadora externa que colabora con la institución. Así que puedo decir que conozco ambas caras de la moneda y que entiendo muchos porqués de la compleja realidad de la cultura en el estado. Pienso que una de las tareas más básicas de las instituciones culturales (entre otras) es ser accesibles, puede sonar simplista, pero aún hay una gran cantidad de la población que se percibe ajena a toda expresión artística tildándola de clasista y ésta en una tarea amplia que incluye a instituciones como la educativa, por ejemplo”. Para Luis Palomares la política cultural del gobierno del estado debe existir y hacerse patente: “Aunque el problema no es que sea pública o no; el problema es que sea real, que se tome en serio: Alemania lo hace, China lo hace, Francia lo acaba de hacer mostrándole al mundo lo que es y no sólo mostraron un montón de gente corriendo, brincando y echando clavados; sino que presentaron un evento con bailarines, cantantes, coreógrafos, músicos, etcétera; invirtieron no sé cuántos millones de euros y han triplicado esos montos con toda la difusión que generaron. Eso es una política pública real”. Por su parte, Ireri considera que el tema de la política cultural del gobierno del estado se relaciona mucho con su señalamiento anterior sobre las instituciones culturales. “Sobre todo, porque la participación ciudadana es fundamental para la buena operación de cualquier política cultural, la va guiando”, señala. Más allá de Ctrl Art, con base en su trayectoria docente de casi treinta años, Luis Palomares impulsa otro proyecto denominado Conversatorio Académico, que transmite los martes por redes, en el que con otro equipo de trabajo diferente discuten, presentan y analizan la problemática de la educación actual. Ireri Campoy es madre de “dos personitas” y mucho de su tiempo está con ellos. “Soy licenciada en Historia del Arte y siempre he procurado mantenerme en ese camino, me gusta mucho hacer exposiciones y montarlas, hago gestión cultural, me fascina trabajar en acervos y catalogar obra, he trabajado en algunas galerías, y también me gusta hacer grabado en linóleo y he tenido oportunidad de participar en algunas exposiciones colectivas”. Víctor Rodríguez, comunicólogo, diseñador gráfico y periodista cultural.