Cuarta República, apuesta por la trascendencia

Cuando el sistema se apague, la memoria de lo que somos permanecerá en los libros

Carlos F. Márquez, colaborador La Voz de Michoacán

En el mundo digital, un gran apagón electrónico sería el evento catastrófico que pondría fin a la civilización -al menos como la conocemos ahora. En ese escenario distópico de oscuridad primitiva, serían los libros la luz primigenia para dar sentido a la existencia humana y rumbo a un nuevo proceso civilizatorio. No hay duda, cuando el sistema se apague, la memoria de lo que somos permanecerá en los libros.

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Escribir libros, editarlos, y publicarlos es apostar por nuestra trascendencia como individuos y como sociedad, es por ello por lo que los esfuerzos de editoriales independientes y públicas deben ser considerados de alto valor para el conjunto social; no obstante, en el complejo entramado administrativo y de acciones de gobierno difícilmente encontramos una política pública editorial entendida como un componente de desarrollo.

La lectura casi nunca es vista como un bien público que pueda proveer y procurar el Estado; no obstante, desde hace dos años la Secretaría de Educación del Estado implementa el plan En Michoacán SEE Lee, a través del cual distribuye libros gratuitos en el sector educativo para así fomentar el hábito de leer entre estudiantes del nivel básico, pero también entre docentes y normalistas. El objetivo es asumir la lectura –practicada por placer, al margen de los programas académicos- como un ejercicio inherente de la enseñanza-aprendizaje. 

¿Qué debemos leer? Para responder la pregunta se debe entender, en principio, que la lectura no es un deber ni una obligación, es un gusto enraizado en intereses muy personales, de tal manera que tampoco existe un listado de libros que deben ser leídos para llegar a ser un buen lector. La oferta de géneros y títulos es muy vasta; sin embargo, hay autores y temas que son excluidos por la industria editorial.

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Con el propósito de contrarrestar la exclusión de autores y temas que no encuadran en el mainstream de las letras, pero que son parte de nosotros y hablan de lo que somos, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y la secretaria de Educación Gabriela Molina Aguilar acordaron implementar una política pública editorial.

En medio año, el gobierno estatal ha publicado más de 25 títulos con el sello de Cuarta República. Editorial de Michoacán. En este catálogo inicial hay libros sobre personajes y hechos históricos, géneros literarios, arte, relatos pedagógicos, y reconocimiento de autores que han realizado importantes aportes a la cultura.

¿Es necesaria una editorial pública? Cuarta República surge con el propósito de ofrecer a investigadores, autores en géneros literarios, artistas y ciudadanos, una alternativa diferente a los sellos editoriales comerciales que tienen como principio operativo el potencial lucrativo del libro.

Cuarta República atiende la necesidad de producir conocimiento que contribuya a la recuperación de la memoria histórica, a la preservación y difusión de nuestro patrimonio cultural, y a la formación de identidad, acciones que para las michoacanas y michoacanos son trascendentes, pero que para la industria editorial pueden resultar irrelevantes.

El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla tiene la posibilidad de trascender si da el siguiente paso: llevar esta política editorial más allá y convertir a Cuarta República en la primera editorial en la historia de Michoacán que opere como un ente público de la administración estatal. Ese sería un legado para el pueblo de Michoacán que impactaría en los índices de lectura, contribuiría al fortalecimiento de ferias del libro municipales y regionales, difundiría a las autoras y autores michoacanos, y sobre todo, ayudaría a preservar la memoria de lo que somos.

Carlos F. Márquez ha sido periodista cultural, editor de suplementos culturales y durante la última década se ha especializado en comunicación política y de gobierno.