El “Hombre Coyote”, la escultura del imperio purepecha 

Creada a partir de roca volcánica se define como una figura conformada por un cuerpo antropomorfo vinculado con el coyote

Foto: Especial

Dante Martínez /Colaborador de La Voz de Michoacán

El pasado 30 de enero, el icónico Museo Regional Michoacano ubicado en el centro histórico de la capital michoacana, celebró 138 años de historia, pues fue en el año de 1886 que vio sus puertas abrir por primera vez bajo la gestión del célebre pensador e investigador de las culturas antiguas Nicolás León Calderón. El museo primero se ubicó en las instalaciones del primitivo Colegio de San Nicolás, para posteriormente en el año de 1915, instalarse en su sede actual en lo que fue la casa del empresario Isidro Huarte Arrivillaga.

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El festejo vino acompañado de la exposición pública de la escultura de “hombre-coyote” que fue recuperada en el año 2022 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y descubierta en un predio de nombre los “Llanos de Canicuaro” ubicado en la ciudad de Tacámbaro. Siendo a su vez la escultura más grande de este tipo descubierta en el estado de Michoacán con su 1.10 metros de altura. 

La escultura fue manufacturada a partir de roca volcánica de tipo vesicular y se trata de una figura conformada por un cuerpo antropomorfo sedente y una cabeza zoomorfa que parece representar a un tipo de cánido (que pudiera tratarse de un coyote, lobo o perro) pero que hasta el momento las indagaciones respecto a este tipo de esculturas lo vincularían con el coyote. 

Este tipo de esculturas, corresponden principalmente al período Posclásico Tardío, momento en el cual el imperio Purépecha estuvo en su mayor auge y por lo tanto parece estar íntimamente ligada a sus cultos religiosos, aunque por el momento, no hay mayor claridad respecto de su significado o si representa a algún tipo de deidad en específico. 

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Lo que sí queda claro es que, este tipo de esculturas se han encontrado en varios municipios del estado de Michoacán además de Tacámbaro, como en Cuitzeo o en Ciudad Hidalgo, en donde se puede visitar otra escultura similar, en el Museo Tlaximaloyan. No obstante, es en la comunidad de Ihuatzio, en donde se han encontrado varias esculturas de este tipo, así como tronos que representan también algún canido y debido a la localidad en donde se encontraron, por ello se vinculan al coyote, ya que Ihuatzio significa “la casa del coyote” en Purépecha. Sin embargo, también en la zona arqueológica de Tzintzuntzan se han encontrado fragmentos de esculturas, por lo que se podría vincular directamente con el imperio Purépecha y los cultos religiosos del linaje de los Uacúsechas. 

En la actualidad, el pueblo Purépecha considera al coyote como un animal que sirve de vínculo entre el inframundo y el mundo de los vivos, o también como un animal que se puede comunicar con las deidades del cielo. Estas esculturas suelen presentar en su gran mayoría rasgos que lo atribuyen al sexo masculino y también la cabeza pudiera tratarse de una máscara o la propia cabeza del animal simbolizando una dualidad entre hombre y los seres de la naturaleza. 

Conoce esta escultura en las instalaciones del Museo Regional Michoacano que es una de las piezas arqueológicas que evidencian la grandeza de los pueblos originarios de Michoacán en época prehispánica. 


Dante Martínez Vázquez, licenciado en Arqueología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Colaborador de los proyectos PAPAPCSUM y REPIMTAR del centro INAH, Michoacán. Actualmente cursa la maestría en Historia en la facultad de Historia, de la UMSNH.
Email: Dante_dalton@outlook.com Academia.edu / Dante Martínez Vázquez