Entrevista | El progreso de la introspección con el artista Jesús Jiménez

El arte sin vida no es arte, y la vida sin arte tampoco es vida, asegura el artista audiovisual

Foto: Rita Gironès

Rita Gironès colaboradora de La Voz de Michoacán

Para el artista visual, el arte sin vida no es arte, y la vida sin arte tampoco es vida. Su templanza contrasta enormemente con su juventud. Ha desarrollado un método creativo de progreso: el contexto al que estamos supeditados le sirve de trampolín para llevar a cabo sus obras. Jesús encuentra en el silencio, el respiro necesario para construirse. Evapora el ruido, condensa la idea. Guía de un nuevo espacio “Casa Areta” (Melchor Ocampo, 76) maravillosa tríada de Moda, Arte & Diseño. Entrega y voluntad. Exposición personal y artística. Mirada del mundo que exige un reajuste del entendimiento.

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¿Qué querías ser de niño?

Quería ser contador. Era por el negocio familiar, pensaba que siendo contador podría ayudar a mi papá.

¿Qué quieres ser ahora?

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Lo que soy, un artista visual y un emprendedor también.

Principal rasgo de tu carácter.

Quizás suene muy presumido, pero la nobleza.

¿En qué punto crees que convergen la vida y las artes?

Mucho. Un corazón roto, una mala experiencia, la inseguridad y también las buenas vivencias son fuente para la creación. Donde hay vida, hay emociones y hay sentimiento. Y si ponemos sentimiento y emociones en las obras de arte, dará una idea creativa que se vuelve arte per se. He vivido varias situaciones personales donde la vida converge con el arte no en ese momento, si no cuando sales de ese proceso personal. Te ves de lejos y dices yo quiero hacer algo de aquella experiencia: ya sea el fin de una relación, de un duelo, de una enfermedad, etc.

¿De qué sirve el arte en un mundo tan caótico como este?

Yo creo que el arte por sí mismo no nos va a salvar. Y aunque tampoco es su función, ayuda a tener tu espacio, alejarte del mundo y poder crear. Luego para el espectador, ver un cuadro y dejar de lado lo que está pasando en el mundo, ayuda mucho, claro, sobre todo si te das el tiempo, si tienes la sensibilidad. La música, la pintura, la poesía, creo que son la mejor terapia para este mundo caótico.

¿Qué valor le das tú a las palabras, y al silencio?

Muchas veces prefiero el silencio que las palabras. Las palabras son muy importantes, qué permitimos de los demás al decirte palabras que lleguen o no. Y el silencio en este mundo tan ruidoso, tan vertiginoso, donde vemos miles de imágenes por día, noticias, el silencio y el retiro se vuelve un respiro, o varios respiros.

Si pudieras sentarte con un personaje y platicar, ¿con quién sería y de qué hablarían?

No sólo con uno, ¡te diré tres! El primero sería Jesucristo, me gustaría escuchar de él cómo ve el mundo ahora. Hay un libro, “Dios regresa en una Harley” y habla precisamente de su regreso a los tiempos de hoy dando nuevos mandamientos y preceptos; la segunda persona sería Marcel Duchamp, artista pre-conceptual que admiro, me gustaría platicar con él acerca del arte y de dónde nacieron sus ideas; y el tercero pudiera ser cualquier diseñador de modas, Karl Lagerfeld, Chanel o Giorgio Armani.

¿Arte del pasado, del presente o del futuro?

Lo que pasa es que el arte va de la mano con las otras Ciencias, incluso con la misma Historia. A través del arte del pasado podemos comprender el contexto y la sociedad de ese entonces. Por lo que el arte actual está dejando constancia de cómo está este mundo y eso es lo encantador. Me gusta el arte actual: la fotografía, la escultura, la perfomance, la instalación. Por supuesto, hay arte con “a” minúscula y arte con “A” mayúscula, pero lo que se está haciendo ahorita es bárbaro.

¿Qué cualidad admiras de las personas, y qué detestas de la gente?

Admiro la confianza y la honestidad. Y detesto en las personas la indecisión y el desorden.

Tres cosas que te llevarías a una isla desierta.

Mi libreta con mi lápiz, mi cámara y un radio.

¿Qué música escuchas cuando trabajas?

Me encanta el house, chill out y a veces la música clásica.

¿Trabajarías por amor al arte?

Lo hice, pero teniendo otro trabajo profesional como sustento. Incluso dos trabajos más. Lo he hecho para abrirme camino, pero ahora que ya tengo un camino recorrido, que fuera por amor al arte, tendría que ser algo muy elevado para que decidiera hacerlo. Los artistas necesitamos ser reconocidos y eso incluye una retribución económica. Así como vamos al cine y pagamos un boleto sin cuestionarnos porqué lo pagamos, también el artista vive y tiene sus necesidades que no se resuelven meramente por “amor al arte”.

¿Qué es para ti la Cultura, Jesús?

La Cultura es una cápsula que refleja el sentir de una sociedad y su contexto. La Cultura cambia, la Cultura muta. Eso es fantástico, porque los historiadores luego entienden un tiempo concreto a través de la Cultura. Es arte, pero también con el tiempo se vuelve historia, ¿entiendes? Y es escritura, también. A veces no tenemos acceso a lo que estamos viendo en un museo o en un concierto y lo que queda es lo que se escribió de aquello. La memoria de eso. La Cultura también es memoria.


Rita Gironès, escritora, docente y artista escénica. Catalana y mexicana. Lleva 20 años residiendo en Michoacán trabajando activamente por la cultura. Apasionada de las Humanidades, obtiene el Premio Nacional de Dramaturgia en México, 2022.
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