Rita Gironès / La Voz de Michoacán Antes de aventurarse al relato cinematográfico, la directora y guionista mexicana estudió Sociología, antesala que le permitió favorecer años después, una visión fílmica genuina e incluyente. Su participación en el colectivo Cine Mujer resultaría un catalizador: el impulso necesario para comenzar su carrera cinematográfica y el punto de partida, sin querer queriendo, para una comprensión mayor de las complejidades sociales del público en general. Así es la mirada de María Novaro, Directora General del Instituto Mexicano de Cinematografía, impulsora tenaz de grandes cambios en el cine mexicano, pero sobretodo, intérprete de la belleza de una cotidianidad sencilla y manifiesta. ¿Qué querías ser de niña? Pasé por varias etapas, primero –así me contaban y mis hermanos se reían de mí- quise ser geisha. Imagínate, una niña larga y flaca, diciéndoles que ¡yo quería gustarles a los hombres! (Risas) Esa fue la primera cosa que dicen que conté. Luego abandoné, por suerte, esa idea completamente y mi mamá me transmitió jugando una idea que después comprendí: me decía que las mujeres podíamos elegir si queríamos ser monjas o marineros. Luego provocadoramente decía: si eres marinera no te dejan subir a los barcos. Nos estaba diciendo que podíamos ser monjas aburridísimas o que podíamos ser marineros, pero ¡a ver cómo le hacen para subirnos al barco! Y como esa, varias cosas, mi mamá siempre sembró unas semillitas muy valiosas. Y ya cuando empecé a decidir, consideré cosas como la arquitectura o la ingeniería, hasta que estudié sociología para recorrer México y conocerlo. Fue hasta que pude trabajar con el colectivo Cine Mujer que comencé mi carrera cinematográfica. ¿Qué quieres ser ahora? Ahora quiero ser una buena persona, pero quiero dejar algunas ideas sembradas en las gentes que más quiero. Me gusta que pasé por el servicio público como Directora del Instituto Mexicano de Cinematografía, y creo que ahí he podido hacer cosas que me faltaba hacer. He tenido la posibilidad de desarrollar ideas, impulsar nuevas comunidades cinematográficas en todo el país o el programa de cine indígena que actualmente desarrollamos en IMCINE con unos resultados asombrosos. En este periodo de mi vida me siento muy agradecida con la vida y muy plena, no como cineasta, sino haciendo cosas a favor de la comunidad cinematográfica. ¿En qué punto convergen la vida y el cine? A veces viendo el cine no encuentro esa relación y ese es el cine que menos me gusta, cuando justamente no se conecta con la vida. ¿De qué sirve el cine en un mundo como el de hoy? Cada quien puede tener una meta distinta y lo veo en películas y me parece que es muy valioso. Mi opinión muy claramente es que el cine nos muestra algo, tenemos que aprender a ser felices, y eso es parte de la cultura mexicana. ¿Qué valor le das a las palabras? ¿y al silencio? Le doy mucho valor a las palabras. Me gusta escribir, escribo mis guiones y valoro mucho los diálogos. Pero no diría tanto del silencio cinematográficamente, sino de la imagen. Valoro más que la palabra, la imagen y la mirada. Amo el cine que le da peso a la mirada. Es valiosísimo. ¿Qué papel debería jugar el arte, más poético o más político? Yo creo el arte es la vida misma. Me considero muy afortunada de ser mexicana porque en este país se vive el arte de muchas maneras y lo viví desde niña: mi papá era poeta, siempre estuve rodeada de arte. La plástica mexicana se me enseñó desde niña, las artesanías mexicanas son asombrosas. México es arte y es vida. En México el arte y la vida están totalmente unidos. Pero también es un derecho humano y ahí entra lo político. El arte y la Cultura son derechos humanos. ¿Qué películas le gusta ver a María por puro gusto? Soy muy militante, si tengo tiempo de ver cine procuro que sea cine mexicano. Hay mucho cine aquí que no he visto, se produce mucho cine en México y ahora quiero hacerlo, además que me apasiona. Tampoco me pierdo las películas que vienen con una crítica maravillosa, y tiendo a escoger películas de mujeres. Me gusta ver los puntos de vista de las mujeres. ¿Qué película te gustaría hacer? Ahora que termine mi compromiso de servidora pública quiero llevar a cabo (y ojalá la vida me dé tiempo) 4 proyectos que ya traigo en mente: un guion y otras 3 ideas trabajadas. ¿Con quién te gustaría sentarte a platicar y de qué? Fíjate que me siento feliz hablando con las personas en profundidad. De ahí saco muchos temas, ¡y si se dejan las grabo! Me refiero a las personas que percibo con sabiduría de una manera no convencional. Alguna señora en una comunidad o un viejo en algún lugar, cuando percibo esa sabiduría en ellos no me lo quiero perder. Qué prefieres, ¿cine del pasado, del presente o del futuro? Estoy muy cómoda con el cine del presente en toda su diversidad. Principal rasgo de tu carácter. Obsesiva. ¿Qué cualidades admiras en las personas? Te voy a contar algo, hace mucho durante el levantamiento zapatista estuve en un taller que nos enseñaban a entender algunas palabras de las lenguas de las zonas. Nos enseñaron 3 palabras en la lengua tojolabal que designaban 3 tipos de pensamiento: objetivo, subjetivo (este es superior al pensamiento objetivo por estar encarnado en una persona) y del corazón (como forma superior de sabiduría humana). Cuando lo dijeron sentí que a eso aspiro, a pensar siempre con el corazón y es eso lo que precisamente admiro de las personas, su capacidad de pensar con el corazón. ¿De qué te sientes orgullosa? De mis hijos y de mis nietos. De no acobardarme en este dilema de tener una familia y cuidar hijos, atender a los demás y de todas maneras ser una profesionista y atender las cosas que me apasionan. Es un dilema para las mujeres y es un dilema que te puede quebrar. Estoy orgullosa de haber hecho mis películas y ser directora del IMCINE. ¿Te arrepientes de algo, María? ¡Me hubiera gustado hacer más películas! (Risas). Pero no las hice precisamente por estar viviendo esa doble situación y eso hace que no me arrepienta. ¿Qué es para ti Cultura? Es la verdadera esencia de ser humano. Somos humanos por nuestras culturas.