Entrevista | Tania Alejandra Tovar y las formaciones de ríos mexicanos

La pregunta por la sonoridad a través de los cuerpos de agua

Foto: Tania Alejandra Tovar

Abril García / Colaboradora de La Voz de Michoacán

La escucha no es únicamente con los oídos, sino con el cuerpo entero que resiente los impactos generados por los sonidos. Esa es la premisa de la que parte Tania Alejandra Tovar Rodríguez para su proyecto Hidrografías Imaginarias, conformado por varias piezas sonoras inspiradas en las formaciones de ríos mexicanos.

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Tales piezas combinan las disciplinas artísticas del performance, instalación, improvisación, cerámica y tejido. Como parte de este proyecto, la artista realizó una instalación sobre el Río Chiquito de Morelia llamada “Cauce”. Esta pieza fue presentada en el Museo del Estado, en colaboración con el colectivo Aberrante.

La instalación utiliza objetos encontrados a los alrededores como piedras, vidrios, cartón y metales. Así, explora cómo el cuerpo de agua modifica sus alrededores y, a la vez, como el entorno transforma el curso del río.

Fotos: Tania Alejandra Tovar

¿Podrías contarnos acerca de la relación entre el sonido, el cuerpo y la naturaleza que exploras desde tu obra?

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Desde que empecé a trabajar con la obra se me hizo evidente que están muy vinculados, de hecho, lo difícil sería separarlos. En general, la obra final es solo un momento, como si fuera una fotografía de mi proceso, pero para mí lo más valioso fue lo que fui descubriendo mientras iba haciendo la obra.

Fui descubriendo que sonido, cuerpo y naturaleza son una misma cosa: enredada de muchas maneras. El agua está siempre en contacto con otras superficies y con otros contenedores y, cuando empecé a trabajarla como un instrumento, empezó a estar en contacto con mi cuerpo. Cuando la manipulaba con las manos, los brazos y hasta la postura para moverla en las ollas de barro llenas de agua, el cuerpo se adecuaba al instrumento. La pregunta era cómo genero estos sonidos que estoy buscando y había que responder con el cuerpo. Había un diálogo entere el agua y yo a partir de la pregunta por la sonoridad.

¿De qué manera tus instalaciones sonoras permiten a los espectadores interactuar con el entorno natural a través de su percepción sensorial?

Cuando presento las improvisaciones, hago una pequeña charla al inicio donde hablo del cuerpo de agua con que voy a trabajar y cuando termino de presentar la improvisación hacemos un diálogo donde le pregunto a los asistentes qué opinan y qué conocen. Por eso me parece relevante presentarlas en los lugares en donde están esos cuerpos de agua: porque la gente está vinculada con esos cuerpos de agua y tiene preocupaciones concretas. La idea es desatar el diálogo, yo no puedo llegar a aleccionar a nadie. Yo lo que quiero es fomentar esta conversación.

Esta es una forma de interacción. La otra es el ejercicio de escucha de las grabaciones de cada cuerpo de agua cuando hago la improvisación o los conciertos. La intención es que se hagan preguntas sobre el cuerpo de agua: cómo es que llegó ahí, como podría cambiar a través del tiempo, qué consecuencias podría tener que esté o no entubado.

Con la instalación de “Cauce”, la idea era no agregarle un juicio moral o estético. No me gusta esa idea de polarizar o de jugar con la culpa con el espectador. Solo muestro lo que encontré en el río y permito que cada quien llegue a sus propias conclusiones.

¿Consideras que el aspecto interdisciplinario de tu proyecto te permitió cumplir con los objetivos del mismo?

No había otra opción: debía ser interdisciplinario. En especial porque los artistas, a veces sin querer, somos divulgadores. Y si yo no conocía de las otras áreas que están involucradas con las problemáticas de estos cuerpos de agua podría estar cometiendo el error de divulgar mensajes que quizás no están del todo actualizados en la discusión. Entonces, el trabajar con antropólogos y ambientólogos, gente involucrada con el agua, hacía que yo tuviera este cuidado de fomentar diálogos y no hacer sentir culpable a la gente.

En general, yo creo que cualquier investigación tiene que ser interdisciplinaria; incluso las investigaciones científicas tienen que considerar el aspecto artístico, porque también hay cosas muy valiosas.

¿Cuáles son los objetos que descubriste en los distintos tramos del Río Chiquito? ¿Qué nos dicen estos sobre la ciudad de Morelia?

En esta investigación, me enteré de cómo está el estado del Río Chiquito desde los manantiales donde nace pasando por las cascadas de Ichaqueo hasta que llega al Monumento, que es en donde desemboca con el Rio Grande. El inicio del río está limpio, sólo encontré rocas. Más abajo, hay un problema con las descargas de agua que contaminan. Encontré basura con baba y lombrices rositas. Después, en los Filtros Viejos la resiliencia del río permite que el agua se limpie de nuevo, donde encontré rocas pequeñas. En la avenida Solidaridad fue complicado por la cantidad de ratas y de basura y ya en el Monumento, ni siquiera me pude acercar. El agua estaba estancada, era grisácea, el olor era insoportable y había contaminación auditiva. Nos habla de cómo se relaciona la gente con cada parte del río, surgen muchas preguntas.

¿Piensas que los seres humanos somos alterados por los sonidos, así como los objetos que encontraste fueron modificados por los cuerpos de agua? Si claro, estamos en constante convivencia con los sonidos y eso nos moldea. Yo creo que hasta cosas como escuchar tu nombre tantas veces genera algo. A veces son cosas tan sutiles que no son medibles y, por tanto, no están registradas en cuestiones que atañen a las ciencias. Pero si repercuten de muchas formas. Yo creo que incluso las cosas que encontré en el río están moldeadas por esas vibraciones sonoras que erosionan acompañadas con otros elementos como el agua. El mundo en que vivimos nos moldea tanto por el sonido como por el contacto con otros seres: nos estamos re-moldeando entre todos con estas interacciones.  


Abril García, Historiadora del arte, redactora de notas periodísticas, gestora de proyectos culturales, escritora de poesía amateur y lectora de cartas de tarot.