“Gaza”, documental del moreliano Rafael Rangel: se exhibe por primera vez en A Coruña, España
Luego de su exhibición en México y Argentina, el documental de Rangel ha tenido en A Coruña su puerto de entrada en España


Liliana David, colaboradora La Voz de Michoacán
Ubicada en el norte de España, en la comunidad autónoma de Galicia, la ciudad de A Coruña está enmarcada por el inmenso paisaje del Océano Atlántico. En su puerto, que fue una de las principales vías de salida hacia América Latina, en los siglos XIX y XX, se recuerdan las historias de la emigración y el exilio, los relatos de vida que tuvieron un comienzo y un final. El aire de nostalgia se confunde con su atmósfera marítima. Es el mar, en el que todo puede desaparecer o recomenzar, la gran metáfora de nuestra existencia.
Al caminar por la playa de Riazor, ubicada en el corazón coruñés, no dejo de recordar a Nour, la joven gazatí quien, mientras camina por un arenal palestino, como se aprecia en la escena final del documental Gaza: la franja del exterminio, del cineasta moreliano Rafael Rangel, va entonando una bella y triste melodía que nos habla sobre una pequeña ave que va volando bajo la tormenta, buscando su nido. ¿A dónde huiría yo sí, en esta playa sobre la que ahora dejo mis huellas, cayesen unas criminales bombas en un día soleado cualquiera y apagaran el latido de esta ciudad que por momentos me trae recuerdos de la Habana y su malecón? A primera vista, todas las ciudades marítimas se parecen de alguna manera y, en casi todas, cambia la vida a cada instante.


Aproximadamente 40 kilómetros conforman la franja costera que delimitaba la vida cotidiana de los habitantes de Gaza hasta antes del genocidio del que es víctima un pueblo entero. En ese trecho del Mar Mediterráneo, podríamos imaginar en un tiempo remoto a sus habitantes disfrutando de sus playas y de las escasas zonas de recreo donde niños, jóvenes y familias enteras lograban fugarse temporalmente de su dura realidad, marcada por el constante conflicto con Israel. Pero, tal como muestra el documental de Rafael Rangel, nada de esa dureza se compara con el contraste que se percibe entre las imágenes de una relativa tranquilidad en Gaza, que vemos al comienzo de su película, y las brutales escenas consecutivas que exhiben crudamente el inicio de una matanza sistemática de niños, mujeres y hombres, desde octubre del 2023.
Luego de su exhibición en México y Argentina, el documental de Rangel ha tenido en A Coruña su puerto de entrada en España. A diferencia de Morelia, donde se proyectó en octubre pasado, en la ciudad gallega ningún espectador abandonó la sala. Fue hasta que se encendieron las luces cuando vi cómo el público se encontraba trastocado, verdaderamente herido por la deshumanización que se muestra en el documental. Incluso, una mujer se me acercó para decirme a corta distancia: “¡Qué vergüenza siento! ¡Y Europa, tan callada, es cómplice!”. Otros asistentes, con su rostro cabizbajo y en silencio, estrecharon mi mano y me agradecieron haber logrado proyectar el documental. Aunque ya imaginaban lo que habían visto, al constatar aquel horror, habían quedado profundamente sumidos en el dolor.


Pasados algunos días desde la proyección que tuvo lugar en el espacio gestionado por la Agrupación Cultural Alexandre Bóveda, Carmen Lamela, profesora titular del Departamento de Sociología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de A Coruña (UDC), reflexionaba y me compartía sus impresiones:
“No es un documental fácil de ver. Su visionado requiere salvar grandes obstáculos; el primero, encontrar el lugar y el momento adecuado que contrarreste toda la censura tácita y explícita que nos lleva a apartar la vista del genocidio en Gaza. Otro obstáculo que salvar es el efecto de la insensibilidad ante la sobreexposición a imágenes de extrema violencia. ¿Somos ya ciegos al dolor de la guerra? No. El documental nos deja sin palabras, pero no inmunes al sufrimiento. Produce una reacción más somática que psíquica, precisamente porque no encontramos las palabras que permitan procesar ni la experiencia de ver lo vivo convertido en humo y cascotes, ni la indolencia cómplice del primer mundo con el estado de Israel. La censura de los medios agrava la afasia; pero, paradójicamente, la extrema dificultad para testificar y producir las evidencias obliga al director a una improvisación que nos acerca más a la vivencia presencial de los hechos. Nos orienta el orden temporal de las imágenes, haciendo mínimamente inteligible esta historia del presente. Es un documental necesario. Cuando menos, le debemos a sus protagonistas la desolación de acompañarlos como audiencia”.
Son sus palabras las que agradezco, así como el apoyo de la UDC por Palestina, con Mar Rodríguez a la cabeza. Su colaboración permitió llevar a buen puerto esta función especial y dar así difusión a este durísimo testimonio audiovisual sobre el genocidio de Gaza. Un testimonio nacido del empeño de un director moreliano y de un valiente equipo de jóvenes palestinos. Desde Morelia, viajaba ahora a través del Atlántico hasta Coruña, para ser visto por primera vez en España. Al igual que Nour, yo también me vi caminando sobre el arenal de una playa, aunque en mi caso sólo para encontrar en las grietas que se abren entre el mar y la tierra, una que me permitiese entregar este testimonio sobre Gaza a los habitantes de esta lejana ciudad marítima. Es aquí -pensé-, en la inmensidad del océano, donde habrán desembocado los ríos de sangre palestina, confundidas la inocencia y la venganza entre las olas de un mar revuelto y sin memoria. Siento tristeza. Pero porque es necesario contrarrestar esa indolencia oceánica con el dolor de un justo recuerdo, dedico estas líneas, en este mes de abril, cuando se celebra el Día del Niño, a la memoria de todos aquellos niños palestinos que ya no estarán nunca más con nosotros en esta tierra.
Números
102 minutos duración del filme
3 países han proyectado el documental
Acerca del cineasta Rafael Rangel: Estudió Arquitectura en la UMSNH (1979-1982). Se inicia en el cine como asistente de producción en la película Dune de David Lynch (1984).Su documental Gaza, la franja del exterminio (2024), del cual es guionista y productor, aborda el conflicto en la Franja de Gaza desde las entrañas del lugar y se ocupa, sin estadísticas ni voces especializadas, de los hechos, de los instantes del bombardeo y de la destrucción en esta región. El filme se concentra en la terrible y devastadora situación del pueblo palestino, el sufrimiento de los heridos y de quienes lo perdieron todo; el desplazamiento masivo, la llegada al refugio Rafah, en el sur, también bombardeado. Al final, el arribo de la ayuda humanitaria. Todo esto a raíz de la respuesta de Israel, al artero ataque llevado a cabo por Hamas y civiles palestinos el 7 de octubre del 2023, en el que fueron asesinados 1200 israelíes y secuestrados 220, hoy en día en su mayoría muertos o en calidad de desaparecidos. / Fuente: Diccionario de directores del Cine Mexicano.
Liliana David es Doctora en Filosofía por la UMSNH. En 2001, comenzó su trayectoria como periodista cultural en los principales diarios del estado (Provincia, Sol de Morelia y La Jornada Michoacán). Del 2006 al 2013, fue reportera de la sección de cultura en La Voz de Michoacán y, tras siete años de diarismo, inició sus estudios de posgrado en la Maestría en Filosofía de la Cultura de la UMSNH, participando en Congresos y Seminarios internacionales tanto en México como Argentina y España. Desde el 2021, colabora en larevista española Contexto (Ctxt) y en Diario Red. Ha publicado en el libro colectivo Ctxt, una utopía en marcha, editado bajo el sello de Escritos Contextatarios. Actualmente, tiene interés en la investigación de las relaciones entre la literatura y la filosofía, la identidad y la migración, así como en la divulgación del pensamiento a través del periodismo.