Dante Martínez Vázquez “En el momento de mayor auge de los imperios Tarasco y Mexica, era inevitable que estos, en algún momento, se confrontaran. El primer choque aconteció mientras en la gran Tenochtitlan, el tlatoani Axayacatl promovía una política expansionista que terminaría por llevarlo a los confines del reino de Michoacán, donde el Irecha Tzitzipandácuare estaba preparado para recibirlos”. En la antigua ciudad de Tzintzuntzan, antes de que esta se convirtiera en la capital del imperio Tarasco, Tangáxoan, sobrino del rey Taríacuri y gobernador de dicha ciudad, tuvo un hijo al cual llamó Tzitzipandácuare; a cuyo nombre se le han atribuido múltiples significados como: “el que está adornado con flores” o “el que hace guirnaldas de flores”. No se conoce el año exacto en el cual pudo haber nacido este rey, aunque con certeza se sabe que nació en las primeras décadas del siglo XV pues, tomó el trono de Tzintzuntzan en 1450 o en años cercanos a esta fecha, por lo que es posible que naciera entre las décadas de 1420 y 1430. Juventud y ascenso al poder Tzitzipandácuare, nacido dentro del linaje de los Uacúsechas, fue criado bajo la usanza de los nobles en la ciudad de Tzintzuntzan, ciudad que aún no era la capital del imperio Tarasco, pues compartía el poder con las ciudades de Pátzcuaro e Ihuatzio. Tzitzipandácuare, fue contemporáneo de sus primos llamados Hiquingaje II (hijo de Hiquingaje I, gobernador de Pátzcuaro) y Ticatame II (hijo de Hirepan, sobrino de Taríacuri, y gobernador de Ihuatzio). Cabe destacar que Hiquingaje II falleció al ser impactado por un rayo, mientras que los demás hijos de Hiquingaje I fueron asesinados por ordenes del señor de Ihuatzio Hirepan, dejando a Pátzcuaro sin señores que la gobernaran. El motivo de este asesinato se dice, fue debido a que dichos príncipes eran viciosos y malos gobernantes. Por el otro lado, Tzitzipandácuare ascendía al trono de Tzintzuntzan, donde nadie esperaba los grandes cambios políticos que este acontecimiento desencadenaría. El nacimiento del reino de Tzintzuntzan No queda claro como era el panorama político en las ciudades de la cuenca del lago de Pátzcuaro, pero se tiene el conocimiento de que una vez que Tzitzipandácuare ascendió al trono de Tzintzuntzan, entre 1440 y 1450 de nuestra era, inició una campaña política que la convertiría en la única capital del estado Tarasco; diluyendo el poder compartido que existía entre Pátzcuaro, Ihuatzio y la antes mencionada Tzintzuntzan. No queda claro los factores del porque sucedió esto, ni como se logró, pero uno de los actos más importantes que llevó a cabo, fue tomar al dios Curicaueri que se encontraba en Ihuatzio y llevarlo a Tzintzuntzan en donde construyó dos templos dedicados a dicho dios y a la diosa Xaratanga. Este traslado del dios Curicaueri, convirtió a Tzitzipandácuare en un autentico rey de reyes, en la autoridad suprema del naciente imperio Tarasco-Purépecha o el reino de Tzintzuntzan (Irechekwa Tzintzuntzan Anapu). Tzitzipandácuare el conquistador Una vez afianzado su poder en la nueva capital y como señor absoluto del naciente imperio, Tzitzipandácuare se caracterizó sobre todo por su política expansionista, pues lanzó campañas bélicas hacia la costa del Pacífico para buscar la salida al mar y obtener los valiosos recursos de esta zona. Por ello, Tzitzipandácuare se encontró con los aguerridos reinos de Zacatula y de Colima, quienes opusieron gran resistencia a la expansión de los Uacúsechas de Tzintzuntzan y después de los violentos enfrentamientos, Zacatula y Colima terminaron siendo sometidos por el yugo Purépecha. Estas victorias de Tzitzipandácuare, llenaron de confianza al imperio, que fue expandiéndose hacia tierras del actual estado de Jalisco, en donde se encontraban varios cacicazgos Nahuas, ricos en recursos como la sal y el cobre. Los pueblos de Jalisco al igual que los de la costa, pusieron gran resistencia al expansionismo Purépecha, pero al final, terminaron sucumbiendo a la formidable milicia del rey Tzitzipandácuare, quien terminó apoderándose de pueblos como: Tamazula, Zapotlán, Tuxpan, Sayula, Ameca, Amula y gran parte del lado sur de la cuenca de Chapala. Las aspiraciones territoriales de Tzitzipandácuare no cesaron con sus triunfos ante los señores Nahuas de Jalisco, iniciando la colonización hacia el área centro-sur del actual estado de Guanajuato. Así como al oriente, donde se encontraban los poderosos reinos Otomíes y Matlatzincas del valle de Toluca. El códice Telleriano-Remensis, menciona una invasión del rey Tzitzipandácuare hacía el cacicazgo Otomí de Xiquipilco, en el año 1462 d.C. y la propia Relación de Michoacán menciona invasiones a las ciudades de Xocotitlán y Toluca. La Invasión de México-Tenochtitlan, al reino de Michoacán En la ciudad de México-Tenochtitlan gobernada por el Huey Tlatoani Axayacatl (padre de Moctezuma Xocoyotzin), tenía intenciones de conquistar el afamado imperio Purépecha. Axayacatl había logrado importantes triunfos militares en otras regiones como Oaxaca y Veracruz, pero su hazaña más laureada por el pueblo Mexica fue la que en 1473, encaminó a México-Tenochtitlan hacía la victoria en la guerra contra la ciudad de Tlatelolco. En los años posteriores, Axayacatl invadió el valle de Toluca, y decidió probar la fuerza de su ejército contra el imperio purépecha, acontecimiento que sucedió entre los años de 1476 y 1477. Con el avance del ejercito Mexica a través de las tierras del valle de Toluca, varios pobladores Otomíes y Matlatzincas huyeron hacia Michoacán, en donde fueron acogidos de buena forma por el rey Tzitzipandácuare quien los ubicó en las poblaciones de Charo, Huetamo, Taimeo, Zinapécuaro, Acámbaro, Guayangareo, Necotlán (hoy Santiago Undameo) entre otros. No obstante, algunos de estos caciques Otomíes y Matlatzincas, apoyaron la entrada de Axayacatl a Michoacán. Al enterarse Tzitzipandácuare de las pretensiones de Axayacatl, formó un gran ejército enviándolo hacia la región de Taximaroa (hoy Ciudad Hidalgo, Michoacán) para detener el avance de la embestida Mexica. En su crónica, Fray Diego Durán cuenta que Axayacatl tenía un ejército de 24 mil soldados; mientras que Alvarado Tezozómoc menciona una cifra mayor, pues hace constar a 33 mil efectivos. Del lado del Irécha de Michoacán Tzitzipandácuare, Durán narra las hazañas de un impresionante ejercito de 40 mil soldados, mientras que Tezozómoc lo eleva a 50 mil. Finalmente, ambos ejércitos se encuentran y protagonizan un sangriento enfrentamiento durante varios días, desarrollándose en varios puntos del oriente michoacano. Los Mexicas se sorprendieron al conocer la ferocidad de los guerreros Purépechas y llegó un punto en el cual fueron ampliamente superados por éstos; pronto los guerreros Mexicas empezaron a doblegarse siendo masacrados por el ejército de Tzitzipandácuare, costándoles 20 mil soldados, incluyendo a varios nobles y capitanes de la alta aristocracia de México Tenochtitlan. Al replegarse, fueron perseguidos por el propio Tzitzipandácuare, hasta llegar al valle de Toluca. Esta fue una de las derrotas más dolorosas en la historia de los Mexicas, quienes -según Durán- humillados, lloraron durante varios días en México Tenochtitlan, aunque ahí no terminaron las hostilidades entre estos dos imperios. Titzipandácuare fue rey durante varios años más y se especula que falleció entre los años de 1486 y 1490. Tzitzipandácuare es recordado como uno de los más importantes reyes del linaje de los Uacúsechas, ya que durante su gobierno el imperio incrementó su territorio y poderío. También es recordado por su histórica hazaña al vencer al gran imperio Mexica; así como sus prácticas políticas al acoger refugiados Otomíes y Matlatzincas quienes habían quedado sin hogar en el valle de Toluca. Un personaje que, merece ser recordado por la historia de México, especialmente por los michoacanos. Para saber más… · Acuña, René. (Editor). 1987. Relaciones geográficas del siglo XVI: Michoacán. México, Universidad Nacional Autónoma de México, núm. 9. México. · Alcalá, Jerónimo de. 2008. Relación de Michoacán. Estudio introductorio del Premio Nobel de Literatura, Jean Marie G. Le Clézio. Zamora, El Colegio de Michoacán. · Durán, Diego. 1984. Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme. Paleografía, introducción y notas de Ángel Ma. Garibay K. 2ª edición, México, Editorial Porrúa, (Biblioteca Porrúa núm. 37). México. Dante Martínez Vázquez, licenciado en Arqueología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Colaborador de los proyectos PAPAPCSUM y REPIMTAR del centro INAH, Michoacán. Actualmente cursa la Maestría en Historia en la Facultad de Historia, de la UMSNH. Email: Dante_dalton@outlook.com Academia.edu / Dante Martínez Vázquez