In memoriam: ofrenda a los grandes protagonistas del cine

Personajes emblemáticos que honramos por sus actuaciones en pantalla grande

Foto: Cortesía

Jaime Vázquez

En estos días de conmemoración abrazamos simbólicamente y damos la bienvenida a quienes “se nos adelantaron en el camino”. El Día de Muertos es sincretismo que honra la memoria de todos los santos y a la profunda raíz indígena; es cita esencial de nuestra cultura.

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Bien lo apunta el refrán: “Dicen que la muerte viene chiflando por la nopalera”; con su silbido nacen canciones, bailes, novelas, poemas, monumentos y homenajes, porque “los muertos se van cuando el olvido los sepulta”.

Recordemos y honremos a protagonistas de nuestro cine que en 2023 se fueron para mirarnos desde el Mictlán. Estarán siempre en la memoria y la historia del cine.

El 23 de enero falleció el comediante Polo Polo (Leopoldo García Peláez). Saltó a la pantalla para protagonizar algunas películas del género “de ficheras”. Debutó en 1987 en Duro y parejo en la casita del pecado, de Jesús Fragoso.

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Irma Serrano, la “Tigresa”, murió el 1 de marzo en su natal Chiapas. Hizo de la polémica una forma de vida. Fue modelo, cantante, actriz, empresaria e incursionó en la política. A inicios de los sesenta actuó con Cantinflas en El extra y con el Enmascarado de plata en Santo contra los zombies.  

El 11 de marzo México perdió un emblema: Ignacio López Tarso. Dueño de la escena, dio brillo al teatro y engrandeció al cine. Debutó en la pantalla con La desconocida (1954) de Chano Urueta. Inolvidable en Macario, un clásico del Día de Muertos.

Alfredo, “Pelón” Solares, infaltable en la comedia pícara de los ochenta, murió el 20 de marzo. En 1990 con El homicida, de Alfonso Rosas Priego hijo, ganó el Ariel al actor de reparto.  

Rebecca Jones debuta en 1984 en Único heredero, de Ricardo Franco. Con una amplia y reconocida trayectoria en la televisión, participa en cintas como El misterio del Trinidad (2003) de José Luis García Agraz. Falleció en la Ciudad de México el 22 de marzo.

Xavier López se transformó en “Chabelo” para hacer historia en la televisión. El “amigo de todos los niños” murió el 25 de marzo. Pasó al cine con Viaje a la luna (1958), acompañando a Ramiro Gamboa, el “Tío Gamboín”, en una comedia sin tornillos. Su última película: El complot mongol (2018) de Sebastián del Amo.

El 4 de abril muere Andrés García, dominicano que hizo carrera en México. Su primera película: Chanoc (1967), de Rogelio A. González, sobre la popular historieta de Martín de Lucenay y Ángel Mora. 

Farnesio de Bernal nació en Zamora, Michoacán, en 1926. Abrazó la escena y vivió para el público y sus personajes. Debutó en Baile de graduación (1961) de Carlos Toussaint y cimentó una reconocida trayectoria escénica. Falleció el 7 de abril.

Lucero Isaac actúa para su esposo Alberto Isaac en la cinta En este pueblo no hay ladrones (1964), sobre el relato de García Márquez. Bailarina, artista plástica, escenógrafa y directora de arte, prodigó talento al lado de realizadores como Ripstein, Hermosillo, Cazals, Olhovich, Littin, Buñuel o Costa-Gavras. Falleció el 31 de mayo.

Rosario Zúñiga actuó en Salvador (1986), Lolo (1993), Perfume de violetas (2001) y Carmín tropical (2014), entre otras. Con una extensa carrea en cine y televisión, murió el 18 de junio.

Carmen Sevilla, española, protagonizó en México Jalisco canta en Sevilla (1949), Reportaje (1952) y Gitana tenías que ser (1953). Falleció en Madrid el 27 de junio.

La sonorense Gloria Mange actuó en una veintena de películas en los años cuarenta y cincuenta. La primera: La vida en broma (1949), y la última, El casto Susano (1953), con Joaquín Pardavé. Murió a los 92 años en la Ciudad de México.

El 3 de septiembre perdió la vida Yolanda Ciani. Alfonso Corona Blake la dirige en su primera película: Lágrimas de amor (1959). La recordamos en Las troyanas (1963) y El mar (1977).

Fernando Almada fue niño actor en la oroliana Madre querida (1935), y lo recordamos en Todo por nada (1968) y en otras películas de acción junto a su hermano Mario. El histrión sonorense murió el 30 de octubre.

 “Muchos tragos es la vida y un solo trago es la muerte”, escribió Miguel Hernández.

Son rostros en el altar que conmemora su paso por la pantalla. Memoria y ofrenda, un homenaje a la vida entregada al cine.

Jaime Vázquez, promotor cultural por más de 40 años. Estudió Filosofía en la UNAM. Fue docente en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha publicado cuento, crónica, reportaje, entrevista y crítica. Colaborador del sitio digital zonaoctaviopaz.

Twitter: @vazquezgjaime