Dante Martínez Michoacán es cuna de grandes historias y personajes ilustres, aunque siempre los más comentados suelen ser los héroes de las guerras de Independencia, Reforma, Intervención francesa, y Revolución mexicana. No obstante, Michoacán es sumamente rico en historia prehispánica que lamentablemente sigue sin ser abordada del todo en las aulas escolares, en los foros culturales y en la discusión social. La historia del imperio Purépecha es igual de grande y rica que la del imperio mexica, y esta vez vamos a hablar de uno de los antiguos reyes del Michoacán prehispánico que es poco conocido pero, que su vida está llena de grandes gestas militares; recordando que el imperio Purépecha, se caracterizó por ser una de las potencias militares más grandes del México prehispánico, y por lo tanto hablamos de un pueblo conquistador que ensanchó su reino más allá de las fronteras políticas actuales del estado de Michoacán. Se desconoce exactamente cuando nació Zuangua (cuyo nombre significa “cuerno” en Purépecha), pero se sabe que nació en la ciudad de Tzintzuntzan, entonces capital del imperio. Su padre fue el rey Tzitzipandácuare, quien fue reconocido por ser el gobernante más exitoso en cuanto a campañas militares, pues este rey se había encargado de llevar el dominio de los Uacúsechas a lugares tan lejanos como las actuales costas de Colima, los valles centrales de Jalisco, el bajío Guanajuatense, el sur de Querétaro, el valle de Toluca y la tierra caliente del actual estado de Guerrero. Además de que entre sus logros más notables, está el hecho de que derrotó a los mexicas en la sierra de Taximaroa y Zinapecuaro, estando comandados por el tlatoani de Tenochtitlan Axayacatl, siendo la derrota más dolorosa de dicho imperio en su momento. Fue así, que Zuangua -quien tomó el trono de Tzintzuntzan en algún año entre 1486 y 1500 -, trató de emular los logros de su padre, sin embargo, sus hazañas militares fueron más discretas que las de Tzitzipandácaure, especialmente porque durante su reinado, el imperio Purépecha perdió el control que tenía de las ciudades de Colima (Koliman) y Zacatula (hoy ciudad de Lázaro Cárdenas, Michoacán). Aun así, hacia la frontera occidental, los éxitos de Zuangua fueron más constantes, pues distintas fuentes mencionan que sus ejércitos lograron someter a los pueblos nahuas que vivían en la provincia de Avalos; también logró conquistar las ciudades de Tamzula, Zapotlán, Tuxpan y extender el reino hasta Cocula frontera con el cacicazgo de Ameca, ya muy cercano al actual estado de Nayarit y en donde se encontraba el núcleo más importante del señorío de Xalixco. Sin embargo, llegado los años de 1502 y 1503, en la ciudad de México-Tenochtitlan entronizó el tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, hijo precisamente de Axayacatl, tlatoani quien había perdido de forma estrepitosa en Michoacán. Para ese entonces, los enfrentamientos entre Purépechas y Mexicas habían disminuido su intensidad y solamente había escaramuzas de ambos lados en la llamada frontera militarizada, que se extendió por todo el oriente del estado de Michoacán y el poniente de los estados de México y Guerrero. Quizás, movilizado por la intención de limpiar la imagen de su padre, Moctezuma comenzó a planear una nueva entrada militar a Michoacán, esta vez, estuvo comandada por el mítico guerrero tlaxcalteca, Tlahuicole, quien había impresionado a Moctezuma en los duelos de gladiación en Tenochtitlan, al derrotar a varios caballeros águila, armado con un macuahuitl que en lugar de tener filos de obsidiana, tenía plumas en sus costados. Es así, que Moctezuma, convenció a Tlahuicole de que fuera su capitán de guerra en su invasión a Michoacán, y si resultaba victorioso, a cambio el tlaxcalteca regresaría a su tierra en total libertad. Tlahuicole aceptó y entre los años de 1515 y 1518 (en vísperas prácticamente de la llegada de los españoles a México), Moctezuma mandó un ejército de 40 mil guerreros a Michoacán. Pero esta vez, aparentemente no invadieron al imperio Purépecha por la región oriente, sino más bien tratarían de introducirse a través del sur de Guanajuato-Norte de Michoacán, específicamente por las comunidades de Acámbaro y Maravatío. Zuangua rápidamente respondió el ataque de Moctezuma, enviando un gran contingente de guerreros provenientes de todas partes del imperio, librándose se grandes batallas en la cuenca del río Lerma, dando como resultado, una nueva victoria para los Purépechas y una derrota dolorosa para el imperio Mexica. A pesar de la derrota, Tlahuicole logró regresar vivo a Tenochtitlán, y fue sacrificado en el año de 1518 en Tenochtitlan. Para el año de 1519, el irecha Zuangua recibió a través de una mujer de Ucareo que estaba poseída por la diosa Cuerauaperi, un presagio a través de una visión que tuvo donde hubo un concilio con el dios Curicaueri, el dios Curita Caheri y demás dioses del panteón tarasco; para informarle que “ya vienen otros hombres a la tierra” y que el final del imperio estaba por llegar. En el mismo tiempo, se vio por el reino un cometa al igual que en Tenochtitlán y un templo de Tzintzuntzan se derrumbó por causas desconocidas, siendo estos, parte de los presagios de la llegada de los españoles. A pesar de ello, Zuangua en el año de 1520 continuó con su guerra en contra de los Mexicas, y lanzó una campaña militar que desembocó en la conquista de la ciudad fortificada de Oztuma; un ataque que fue clave en la conquista de México, pues los Mexicas esperaban refuerzos de guerreros provenientes precisamente de dicha ciudad, que ya había sido acabada por los Purépechas. Aún así, Moctezuma en su desesperación por la llegada de los españoles, le pidió ayuda a Zuangua para juntos combatir a la nueva amenaza; sin embargo, el rey Purépecha rechazó la oferta y le pidió a su gente que se preparara para la guerra contra los españoles, diciendo “que haya otra conquista aquí de por sí”. Lamentablemente para él, dichos emisarios Mexicas ya estaban contagiados por algún virus traído desde España (probablemente viruela) y contagiaron al penúltimo rey Purépecha y a varios de los altos mandos del imperio, muriendo así Zunagua de dicha enfermedad en el año de 1520. Fue así que llegó al trono de Tzintzuntzan, su hijo Tzintzicha-Tangaxoan, el último Irécha de Michoacán. Dante Martínez Vázquez, licenciado en Arqueología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Colaborador de los proyectos PAPAPCSUM y REPIMTAR del centro INAH, Michoacán. Actualmente cursa la maestría en Historia en la facultad de Historia, de la UMSNH. Email: Dante_dalton@outlook.com Academia.edu / Dante Martínez Vázquez