La escritora de nuevos mundos, Sabina Berman

Muchxs la aman y muchxs la odian. Pero nadie puede negar que, como escritora Berman, es una maravilla

Foto: Collage de NR. Sabina Berman

Nektli Rojas colaboradora de La Voz de Michoacán

Estamos en un boom de mujeres escritoras. Ha sido el empuje de las autoras del siglo XX y XXI lo que ha abierto las puertas para que ahora podamos por fin leer textos de mujeres. La genealogía literaria se puede extender hasta Enheduanna (primera poeta, s. XXIII a.n.e), Murasaki Shikibu (primera novelista, s. XI) o Christine de Pizan, s. XV. En México, referencias obligadas son Sor Juana, Castellanos y Elena Garro, de tan imprescindibles casi lugares comunes.

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Un lugar muy poco común es el de Sabina Berman, que escribe desde los años setenta, en que se ganó cinco premios: uno de la Academia de Ciencias y Artes Gráficas por un guion, otros dos de poesía, uno de cuento y otro de teatro. Ha seguido llenando su carrera literaria de premios nacionales e internacionales hasta la fecha, incluida su pertenencia al Sistema Nacional de Creadores.

Su trabajo abarca el teatro, la novela, el guionismo, la poesía. Menciono también su labor como directora, actriz y animal de los mass media. Sus textos me dejan sin aliento. Me gusta imaginarla en un estudio en la CDMX, los ojos poseídos por el brillo de la súper inteligencia, haciendo viajar de su mente a sus dedos un mundo más. Prefiero creer que por eso López Obrador la llamo maga.

Les presento mis obras favoritas. En la obra de teatro Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, que luego se hizo película y que Berman codirigió (sí, Berman estudió dirección teatral), Villa funciona como el superego de Adrián (sí, también estudió psicología) que media en su relación con Gina. En Feliz nuevo siglo doktor Freud, emplea el famoso “Caso Dora” para develar la misoginia entretejida en el psicoanálisis naciente. Para reírse de las relaciones personales, la corrupción y la violencia en México, El narco negocia con Dios.

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En 2021 publicó la novela HDP, cuyo título hace referencia a un empresario mexicano, llamado en el libro Hugo David Prado (risas, por favor), ubicada en tiempos de la pandemia. Es una novela política, de ciencia ficción, con guiños a la literatura LGBT+, mágica y costumbrista al mismo tiempo. Inicia con una descripción del covid, que puede leerse como todo un poema.

Dos novelas magníficas en las que usa a la misma personaja, Karen Nieto, son La mujer que buceó dentro del corazón del mundo y El Dios de Darwin. En el primero, vemos cómo Karen, que es autista, atraviesa su infancia y adolescencia hasta convertirse en profesional. En el segundo, ya como doctora, es arrancada del mar para resolver el misterio del asesinato de Tonio, académico trans, asesinado por fundamentalistas islámicos.

Las descripciones que hace Karen de nosotrxs, lxs “mamíferos habladores”, con nuestro blablablá, vuelven a ser usadas en Gloria, un libro que cuenta lo que pasó cuando la Trevi contrató a Berman para escribir el guion de su película autobiográfica, de la cual la estrella pop después se deslindó (¿guion demasiado realista, demasiado bien escrito?). En este libro, Berman también apaga un botón, como Karen Nieto, cuando empiezan las palabras sin sentido de la gente del medio artístico.

Una de las novelas breves más bellas de Berman es La bobe, que narra la vida de su abuela judía, muerta de una mancha roja en su pensamiento blanco, imagen que la autora usa para describir un derrame cerebral. La misteriosa Berman tiene un poemario, Lunas, del cual sólo conozco un par de poemas que me envió por WA un amigo activista literario de la comunidad LGBT+. Es uno de los textos icónicos de la expresión erótica lesbiana (junto con la novela Amora, de Rosamaría Roffiel).

A Sabina Berman muchxs la aman y muchxs la odian. Pero nadie puede negar que, como escritora, es una maravilla.


Nektli Rojas da clases en la UMSNH, colabora en la colectiva Tait y transita en las peligrosas vías de la escritura creativa. Adora a Sabina Berman, obvio.