La fotografía y las mujeres: la construcción de espacios de liberación, cuestionamiento y transgresión
El trabajo de las mujeres en esta rama ha dotado a diferentes generaciones de historias, llamando siempre ha seguir creando y contando lo que pasa en el mundo


Verónica Lucio Berrocal, colaboradora La Voz de Michoacán
La fotografía es más que un simple registro visual de nuestra realidad. Es tanto un medio de expresión como un documento social que narra un momento de la historia, ya sea propia o colectiva, que promueve la conservación de la memoria y nos invita a explorar y cuestionar lo que nos rodea.
Históricamente, la fotografía ha sido un territorio dominado por la mirada masculina, pero las mujeres mexicanas y de otros territorios han encontrado en la cámara un instrumento poderoso para reivindicar su lugar en la sociedad y desafiarlo. Desde las pioneras de la fotografía hasta las actuales fotógrafas, las mujeres han contado sus propias historias, visibilizado experiencias propias y ajenas, y llamado a reflexionar sobre distintas temáticas.
Este marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, la fotoperiodista y realizadora mexicana Quetzalli Nicte Ha, presentó su más reciente exposición en la escuela de fotografía Página en Blanco, en la que encontró una manera de reflejar algunos de los ejes que han marcado y encaminado su trabajo como lo es el papel de las personas trans en la sociedad, la relación entre el amor, el dolor y el placer, y las historias que están viviendo las mujeres y colectivas mexicanas.


“Sin Vainilla”, es el nombre de dicha exposición, la cual presenta una muestra de fotografías y videos en tres grandes bloques, que tienen como protagonistas a las comunidades BDSM y Ballroom, y a la lucha de las mujeres mexicanas.
Cada uno de sus contenidos es una invitación a cuestionar las expresiones de amor y erotismo, resignificando el dolor y el placer; repensar y realizar un profundo cuestionamiento de lo que el género representa para la sociedad y quienes la forman, y exponer un mapeo de la lucha y la historia de las mujeres en diferentes territorios del país, sus formas de vida y sus resistencias.
Como un reflejo de esta última parte, la fotoperiodista ha encontrado en su trabajo una lucha contra la manera en que esta profesión se ha desenvuelto, es por ello que la exposición busca una nueva manera de crear relaciones con aquello que observamos, y dar peso al trabajo de la persona que sostiene la cámara, pues la fotografía es un medio sensible donde se entrelazan vidas.


“Creo que el fotoperiodismo viene de una escuela en donde era tomar la foto a toda costa, mi primera lucha es no hacer eso. Quiero trabajar con las personas, primero con mucho consentimiento, tratarlas con mucha dignidad, tratarlas desde un lugar de respeto y hablar de cómo las personas quieren ser representadas, porque eso a mí se me hace importante en los trabajos personales. Tener un diálogo constante”, mencionó.
En ese sentido “Sin Vainilla” es un proyecto colectivo entre la fotógrafa y aquellos que participaron en cada una de las imágenes, con raíces fuertes, empáticas y sensibles.
Por otro lado, Quetzalli Nicte Ha reconoce que el trabajo fotoperiodístico conlleva retos importantes y aún hoy se encuentra acaparado por hombres. Sin embargo, hay mujeres que actualmente y en la historia han abierto el camino para las nuevas generaciones de mujeres en este ámbito.

“Elsa Medina, para mí es un referente total de las mujeres fotoperiodistas y de las que hacemos fotodocumental. Elsa, Frida, Ángeles Torrejón, Mónica González, nos abrieron camino tremendamente, ellas eran únicas en una redacción llena de hombres. […] Ellas son nuestras predecesoras y yo quiero pensar que estamos enlazadas todas, somos parte de una misma historia”.
El trabajo de las mujeres en esta rama ha dotado a diferentes generaciones de historias, llamando siempre ha seguir creando y contando lo que pasa en el mundo, a enfrentar nuevos riesgos y encontrar maneras de comunicar las luchas de mujeres con furia, dignidad y fuerza por medio de la cámara.
Verónica Lucio Berrocal, comunicóloga apasionada por la producción y difusión de contenido cultural, artístico y social. Colaboradora de RedLab Laboratorio de Gestión y Vinculación Cultural.