Jaime Vázquez Efraín Huerta decía en 1980 que sus famosos poemínimos eran “epigramas frustrados”. Su hija Raquel Huerta, a sus 8 años, y Octavio Paz, de 67, al definirlos llegaron a la misma conclusión: “son cosas para reír”, decía la niña; “son chistes”, afirmó Paz. De esa “estampida de poemínimos” hay dos dedicados a Lilia Prado, presencia cinematográfica que el poeta celebraba en sus crónicas periodísticas con poesía y picardía. Uno de los poemínimos titulados “Lilia Prado” dice: “Si no fuera por mi buena salud, ya me habría muerto”. Leticia Lilia Amezcua Prado nació el 30 de marzo de 1928 en Sahuayo, Michoacán. Niña y joven inquieta, soñaba con escapar de casa para enrolarse al circo, ser bailarina, cantar, brillar en los escenarios. Fue reina de belleza y su entusiasmo y vocación la llevaron a probar suerte en el cine. Tuvo un inconcluso paso por la Escuela de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes, con el maestro Celestino Gorostiza, pero su oficio de actriz lo construyó y moldeó en la práctica, al enfrentarse a las cámaras. En 1947, a sus 19 años, Lilia participó como extra y sin créditos en las cintas Soy charro de Rancho Grande, de Joaquín Pardavé; Ángel o demonio, de Víctor Urruchúa; La malagueña, de Agustín P. Delgado; Pecadora, de José Díaz Morales; y en Tarzán y las sirenas, de Robert Florey, filmada en Acapulco y en los Estudios Churubusco, película que marcó el final de Johnny Weissmuller como intérprete del legendario personaje creado por Edgar Rice Burroughs, y que el actor interpretó en 12 filmes. En Tania, la bella salvaje, Juan Orol dio a Lilia Prado su primer crédito, película para el lucimiento de Rosa Carmina, una de las diosas del género de rumberas. En su filmografía que rebasa las cien películas, Lilia Prado interpretó todo tipo de personajes. Mujeres fatales, novias inocentes, atormentadas esposas, pueblerinas y chicas urbanas. Fue parte de dos adaptaciones al cine de relatos de Juan Rulfo: en Talpa y en El rincón de las vírgenes. Hizo comedias y compartió créditos con Resortes (Confidencias de un ruletero), Tin Tan (El que con niños se acuesta) o Cantinflas (El analfabeto). Pero son las películas que Lilia Prado filmó bajo la dirección de Luis Buñuel las que brillan en su carrera. La primera, Subida al cielo, de 1952, filmada en escenarios naturales en Guerrero. Buñuel afirmaba que la trama se basada en experiencias y relatos de su amigo el poeta español Manuel Altolaguirre. Subida al cielo es una pintoresca road movie por la geografía costera de México, en la que Lilia Prado y Esteban Márquez protagonizan un sueño erótico como dos surrealistas Adán y Eva a bordo de un camión que cruza a tumbos por pasajes paradisiacos. Esta cinta, reconocida en el Festival de Cannes, recibió numerosos premios internacionales. Basada en la novela Cumbres borrascosas de Emily Brontë, Buñuel filma en 1953 Abismos de pasión, protagonizada por Jorge Mistral e Irasema Dilián; ahí, Lilia Prado comparte créditos secundarios con Ernesto Alonso. Finalmente, en La ilusión viaja en tranvía, Lilia Prado es Lupita, hermana de “El tarrajas”, una cinta salpicada de humor y personajes memorables creados por Mauricio de la Serna y adaptados por José Revueltas y Juan de la Cabada. La “buena salud” de la que hablaba Efraín Huerta en su poemínimo se fracturó. Lilia Prado muere el 22 de mayo de 2006, a los 78 años de edad. En una de sus notas para el diario D.F., la ciudad al pie de la letra, Huerta escribió: “Gloria Lozano es fina y esbelta como el nombre de su pueblo de origen: Jiquilpan; Sahuayo sugiere tibieza y sensualidad: Lilia Prado”. Enamorado de la actriz, Huerta dejó un segundo poemínimo con el nombre de Lilia Prado: “Soy la mujer más feliz de mi vida”. Jaime Vázquez es promotor y gestor cultural con una trayectoria de más de 40 años. Estudió Filosofía en la UNAM. Fue docente en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha publicado: cuento, crónica, reportaje, entrevista y crítica en diversos diarios y revistas. Colaborador de la Enciclopedia de México. Conductor en Los Contertulios de Radio Educación, y en Amor por los libros para Puebla TV. @vazquezgjaime
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