Los inicios del siglo XXI, y el “nuevo cine” mexicano

Amores perros, dirigida por Alejandro González Iñárritu, volvió a situar al cine mexicano en un lugar preponderante

Sandra Aguilera, colaboradora La Voz de Michoacán

Siempre que se habla de cine mexicano, el referente más importante lo encontramos en la llamada época de oro, con películas que marcaron a varias generaciones, y cuyas historias retratan el México post revolucionario, la vida cotidiana dentro de las haciendas, la imagen del charro; así como las tradiciones, el campo y por supuesto el mariachi y el tequila. Así fueron conocidos en todo el mundo María Félix, Pedro Infante o El “indio” Fernández, con películas como: Nosotros los pobres o Allá en el rancho grande, que consolidaron nuestra identidad y mostraron la familia tradicional, el valor del trabajo y la importancia de mantener las costumbres de la época; pero también a un México diverso, con enormes posibilidades, que se construía a sí mismo.

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El inicio del siglo XXI también fue el origen de un nuevo cine mexicano que, volvió a poner el nombre de actores, directores y películas en la escena mundial. Fue Amores perros (2000) dirigida por Alejandro González Iñárritu la película que después de triunfar en el festival de Cannes, vuelve a situar al cine mexicano en un lugar preponderante, mostrando un país muy distinto; familias disfuncionales, enfrentamientos entre clases sociales, además de la violencia urbana; a través de tres historias que se entrelazan de manera muy honesta haciendo palpable el caos que se vive en las ciudades.

Esta “nueva era” del cine nacional da cuenta de historias en las que muchos podemos vernos reflejados. El crecimiento urbano y los contrastes entre el barrio popular y la zona de Santa Fe en la Ciudad de México, está representado en Amarte duele (2002) de Fernando Sariñana. La clásica tragedia del amor romántico al estilo Romeo y Julieta que tiene como protagonista a una muy joven Marta Higareda. Los conflictos en la adolescencia, el descubrimiento de la sexualidad, así como las diferencias notablemente marcadas entre dos generaciones, son los temas que se tocan en las comedias dramáticas Por la libre (2000) de Juan Carlos de Llaca y la premiada cinta Y tu mamá también (2001) de Alfonso Cuarón; en la que participan los “charolastras” Gael García y Diego Luna, marcando el inicio de exitosas carreras. Sexo, pudor y lágrimas (1999) de Antonio Serrano abunda en las problemáticas de las clases medias mexicanas, relaciones humanas complejas, el sexo, la infidelidad, además del suicidio. Temas que retratan a toda una generación.

La irrupción de la violencia, el incremento de los secuestros, las extorsiones, así como la corrupción infiltrada dentro del gobierno, son temas que se muestran principalmente en dos cintas: Todo el poder (2000) de Fernando Sariñana, una de las primeras películas sobre crítica social y política, que narran la nueva realidad existente en las grandes ciudades del país. Mientras que La ley de Herodes (1999) es la primera de una serie de películas filmadas en un tono de sátira política, con las que Luis Estrada inaugura un género poco explorado en el cine mexicano de esta época.

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Sin duda, el cine es reflejo de un momento. Genera identidad y muestra los valores que nos rigen. Estas y otras películas nos hablan de quienes somos y cómo hemos ido construyendo este país, durante el primer cuarto de siglo.

Espacio Solaris es un espacio de exhibición cinematográfica independiente, alternativo e incluyente ubicado en el corazón de la ciudad de Morelia. También es el hogar del podcast Butaca 39 y de la Muestra de Cortometraje Contemporáneo 5C.

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