Rita GironèsNo concibe la vida sin cocinar y, por fortuna, la vida le ha regalado un camino cocinando. Su pasión es crear, jugar en la cocina. Lucero conjuga carisma y sencillez. Su filosofía es clara: trabajar con productores locales, apostar por la sustentabilidad, respetar las recetas (perpetuidad, sabor, ingredientes) y lograr con todo ello, hacer un mapa comestible de Michoacán. Cuidadora del origen, del linaje, y con una capacidad de innovación fascinante (escucharla es un placer), le construye una identidad propia a cada uno de sus platillos. Defensora del Slow Food, su aportación no es un “granito de arena”, sino una montaña colosal, una forma incluyente de entender la vida. La chispa no se enciende en los fogones, la chispa proviene de ella. ¿Qué querías ser de niña? No sabía qué quería ser, pero yo quería cocinar. ¿Qué quieres ser ahora? Lo mismo que soy. Seguir mi pasión y dedicación a cocinar historias: la historia de Michoacán, la historia de los productos y de los productores que hacen que yo conciba un plato junto a mi equipo. Yo cocino la historia, o a través de las historias encuentro las recetas que quiero cocinar. ¿Por qué elegiste la gastronomía? Porque no concibo la vida sin cocinar. Y yo quiero que mis hijos sigan creciendo con las recetas con las que yo crecí. Entonces, primero, las tengo que seguir cocinando; luego, debo enseñarles cómo llevarlas a cabo; y, por último, debo poner algo de mi parte para que los ingredientes locales continúen existiendo. Al final del día soy una cocinera que cuenta historias a través de cada plato. Soy una cocinera comprometida con su entorno, con Michoacán, con su tierra y sus ingredientes. Necesitamos que no desaparezcan las recetas de antaño y llevarlas al futuro respetando nuestros orígenes. Principal rasgo de tu carácter. Sin duda, ¡la carcajada! (Risas) Principal rasgo de tu equipo. Nobleza, humildad, ganas de aprender y seguir aprendiendo. ¿Cómo se conjugan comida y vida más allá del hecho biológico? Entendiendo que eres lo que comes y que en ello nos va la salud. Entendiendo y siendo conscientes que somos nosotros quienes elegimos la salud a través de los alimentos que consumimos. ¿Cocinas en tu casa para los tuyos? Sí. Para mí la cocina es amor. ¡No podría vivir en mi casa sin cocinar! Mi mejor momento del día es el desayuno con mis hijos. Y luego llego a prepararles la cena. Y encima, me divierto muchísimo cocinando. ¿Planeas lo que vas a cocinar o te arreglas con lo que tienes? (Risas) ¡Tengo una mamá maravillosa que me ayuda en este sentido! Gracias a ella, los ingredientes siempre están listos. ¿Con qué personaje histórico compartirías una buena sobremesa? ¡Ya la compartí! En mi vida me marcó mucho Alicia Gironella y Giorgio De´Angeli y tuve la fortuna de vivir una sobremesa con ellos que resultó ser un parteaguas en mi vida. ¿Qué 3 alimentos te llevarías a una isla desierta? (Risas) Una fruta (probablemente mango), el maíz y el chile. ¿De quién aprendiste tus conocimientos en la cocina? Por un lado, mi abuela Luz inició la cocina del Hotel Casino y, aunque nunca pude conocerla, sus discípulas me enseñaron toda su sabiduría. Por otro lado, en la familia de mi papá, tuve la dicha de vivir la parte divertida de todas las tertulias en la cocina. Todas mis tías fueron unas grandes cocineras, y mi tía Margarita, extraordinaria. Y, por supuesto, mi mamá. Ella es de las mejores conversadoras en mesa y ¡con un “bon vivant” maravilloso! De todas y cada una de ellas he aprendido. ¿Pasado, presente o futuro culinario?Presente. Foto: Rita Gironès ¿Algo indispensable para ser un buen cociner@? Amor, sin duda. Todo resulta mejor cuando cocinamos con amor. Próximos al Día del Amor y de la Amistad, ¿qué platillo sugieres para una cita romántica? Lo que mejor te quede y menos te complique la vida, para que cuando se lo pongas a la persona amada, ¡no estés cansada, sino feliz! ¿Qué es la Cultura? La cultura es un viaje. Respetar la visión del otro, apreciar y aprender de la visión del otro. Y ahora con mis hijos, educarles para que logren apreciarla, porque la Cultura te da identidad, te da orgullo, y te da mundo.