Rita GironèsCorrer en el campo, bañarse en el río o jugar con los amigos son prácticas simples que envuelven de grandeza la niñez. Surcos de un territorio inmenso donde se conjuga nuestra esencia, nuestro origen y sentido de pertenencia, y con ello nuestra hechura del ser. Marco Antonio nació en Aguililla, en la Tierra Caliente, y aunque forjó su centro de producción artística en Morelia, persiste en sus obras la zona geográfica y profusa que lo vio nacer. Cantón y alimento para su voz creadora: pintura, escultura, grabado, cerámica. Una rúbrica para verter en el mundo sentimientos de transformación. El artista camina y recolecta a su paso restos de materia orgánica. La naturaleza provee, asombrosa. Fotografía: Pablo Aguinaco D. R. ¿Qué querías ser de niño? Nunca tuve una inquietud en ese sentido, nosotros nos entreteníamos en los juegos del campo. Hubo rancho en la casa, ganado, yo no jugué con acuarelas ni con lápices. Yo jugué con lodo, con tierra, con piedras, con todo lo rural. Ya en la secundaria descubrí que quería pintar. Me apasioné y empecé a buscar la manera hasta que llegué a la Academia San Carlos, en Cdmx. ¿Qué quieres ser ahora? Quiero seguir siendo lo mismo. Disfruto tanto esta profesión que no me canso de crear, encontrar y descubrir todos los días. ¿Cómo definirías tu profesión? Oficialmente estudié una Licenciatura en Artes, y eso me ha permitido encontrar un camino en la vida. La disfruto con sus altibajos, como todo hay épocas en las que tiene uno bajones y otras donde se siente exaltadísimo, pero nunca me he planteado abandonar la profesión. Principal rasgo de tu carácter. Soy muy compartido y bastante amigable. ¿Cómo relacionas el trabajo artístico con la vida? Es un poco azaroso, hay que irlo encontrarlo. No es tan fácil consolidarse, pero al final, cuando encuentras el camino, hay una satisfacción inmensa de disfrutar lo que haces. ¿Puede favorecer el arte un mundo tan hostil? Yo creo que sí, sirve para avanzar. Te pondré un ejemplo, existe el esfuerzo y la intención de conformar una orquesta infantil en Aguililla desde una asociación civil de compañeros de allí. El objetivo es favorecer a la niñez, base de crecimiento de un pueblo. Es difícil, pero buscamos a través de donaciones de instrumentos, cooperaciones para que los chicos tengan maestros, rifas de obras personales, etc., que el proyecto camine. Es una orquesta que ha ido subsidiándose, se trata de ir adelante, de avanzar en lo que creemos a como sea posible. ¿Tiene tu producción artística un mensaje poético, político? Sin duda tiene también mensaje político, hago una crítica a la desforestación, a la violencia, a la muerte... trato de hacerlo poético y suavizar las temáticas, pero siempre hay un mensaje en este sentido. ¿A quién admiras? Todas las escuelas han sido muy importantes para mí. En particular hay algunos artistas que me han marcado: Uccello, Piero della Francesca, Fra Angélico... De mexicanos también, todos los murales pre-hispánicos, de los muralistas diría Orozco. Mucho de la la escuela latinoamericana me dio enseñanza para plantear nuevas maneras y enfoques. ¿Cómo es tu jornada de trabajo? En este momento llego al taller a las 6 de la mañana y a veces voy saliendo a las 4 o 5 de la tarde. Generalmente trabajo 8 horas, tenga o no tenga compromisos. Yo soy de disciplinas y trato de trabajar en el taller todos los días. Eso lo aprendí de mis maestros, la disciplina es un factor importante para poder tener presencia. Una obsesión tuya. Cuidar mucho el aspecto de las técnicas y de los materiales. Soy muy quisquilloso con eso, jamás he pintado en un lienzo comprado. Yo hago mis imprimaturas, yo mando hacer mis bastidores, yo tenso mis bastidores, no permito que nadie me los imprima porque es parte del trabajo y me gusta saber sobre lo que estoy trabajando. Entonces sí se convierte en una obsesión, y toda esa mezcla de técnicas es como una cocina para mí: soy muy cocinero de la técnica, me gusta mucho experimentar con diferentes materiales cuidando la compatibilidad entre ellos. ¿Tienes alguna asignatura pendiente? Quiero trabajar otra vez arenas con aserrines de maderas tropicales. Dime la primera palabra que venga a tu mente después de la mía: Arte: Vida.Mujer: Compañera.Hombre: Compañerismo.Color: Naranjas, amarillos.Textura: Arenas.Técnica: Temple de Caseína, óleo. ¿Qué es para ti la Cultura? Es una manera de vivir, de compartir. De permitir que otras personas aprendan y perciban el mundo de un modo diferente. La Cultura es Vida. Fotografía: Pablo Aguinaco D. R. Rita Gironès, escritora, docente y artista escénica. Catalana y mexicana. Lleva 20 años residiendo en Michoacán trabajando activamente por la cultura. Apasionada de las Humanidades, obtiene el Premio Nacional de Dramaturgia en México, 2022. facebook: Rita Gironèsinstagram: ritagirones