Yazmin Espinoza colaboradora de La Voz de Michoacán ¿Será coincidencia que escriba mi columna sobre este libro con el mar asomándose afuera de mi ventana? Las niñas están dormidas, todo está en calma, y los únicos sonidos que rompen el silencio de la noche son las olas y mis dedos sobre el teclado. Inhalo y siento el aire fresco entrar a mis pulmones, exhalo y mi cuerpo se relaja. ¿Cómo comenzar a hablar de este libro que me ha generado tanto? Yo conocí a Ave Barrera cuando leí, hace ya un par de años, su libro “Restauración”. Fue una de esas historias que probablemente nunca hubiera elegido pero que, gracias a un círculo de lectura, tuve la fortuna de encontrar. Así que, cuando supe que la autora lanzaría un nuevo libro, inmediatamente se fue a mi lista de deseos, lugar en donde, debo ser honesta, probablemente hubiera vivido bastante tiempo antes de que le tocara su turno. Sin embargo, el destino habló y Ave visitó Morelia para presentarlo y además dar un taller de escritura. Me encantó conocerla. El libro se agotó en la librería que visito así que en cuanto pude le di comprar en el Kindle. Luego de ese clic pasé cada minuto disponible leyéndolo; sufriéndolo y amándolo. “Lo que escribo, lo que pienso mientras escribo y lo que la escritura me hace sentir, conforman una masa oscura, llena de prolongaciones que enraízan en el tejido de la memoria”. En “Notas desde el interior de una ballena” Ave dejó al descubierto sus heridas y me hizo revisitar las mías propias. La protagonista de esta historia regresa a casa luego de mucho tiempo, para descubrir que su madre ya no volvió en sí después de una cirugía. Ante la imposibilidad de una reconciliación, ella deberá confrontar consigo misma los silencios que se tejieron entre ambas y restaurar por medio de la escritura el vínculo deteriorado por sus ausencias. En este relato íntimo y conmovedor, compuesto por notas, estampas, memorias y citas, hay un profundo análisis de la compleja relación de una hija con su madre, el amor, los desencuentros y las tensiones que desbordan el lenguaje. Un auténtico viaje al interior de la ballena mítica que, como en el relato de Jonás, devora a la protagonista en su huida para llevarla a los abismos de la muerte, el duelo y el desasosiego, donde se pone de manifiesto que en ocasiones es necesario desobedecer los mandatos para elegir un camino distinto al establecido. “Mi madre y yo somos una. No comprendo todavía los límites de mi cuerpo. Su voz canta la melodía del mundo. El calor de su piel es presencia y latido”. Yo perdí a mi madre cuando tenía 26 años, ella 46. Demasiado pronto, me dicen siempre, pero, ¿no es siempre demasiado pronto para perder a ese ser humano que es tu centro y tu ejemplo? En mi caso también fue una enfermedad la que me dejó huérfana de madre y, aunque mi relación con ella no es igual al personaje que Ave recrea en su libro, el tema de la hijitud y el duelo me atravesaron por completo. “Soy incapaz de comprender sus motivos y me lleno de pena y de rabia, como si el hecho de ser su hija, su deriva, su consecuencia, me diera algún derecho sobre ella, a enojarme con ella solo porque es mi madre”. Hay un sinfín de citas, de párrafos completos que subrayé al sentirme completamente espejeada, como si alguien por fin hubiera comprendido el peso de la ausencia con la que uno debe aprender a vivir todos los días. Además de la pérdida, Ave usa las palabras y la historia de su madre para ser voz de mujeres de distintas generaciones, de sus dolores y sus deseos. De esa necesidad de cuidar de aquellos a los que se ama sin ser borradas en el camino. Del no querer convertirnos en nuestras madres, pero reconocerlas en el reflejo del espejo cada vez más seguido mientras crecemos. “Las mujeres somos vasijas para los deseos de los demás. Vasijas frágiles que acaban por romperse”. Y luego, claro, el tema del desear o no tener hijos y continuar o detener esa línea de sangre que por momentos parece ser el propósito que nos tiene a todos respirando. ¿Cómo decir que no a ese destino? “Escribo desde el interior de la ballena. Me negué a las palabras por miedo, igual que Jonás, y ahora intento balbucear mi súplica desde dentro no a un dios, sino al vacío; romper con un canto el dolor que me atraviesa, el silencio acuático de un cuerpo dentro de otro cuerpo, dentro del mar. Para hablar de esto tendría que comenzar por decir que es imposible hablar de esto”. Ave me deja con mucho dolor en el corazón, pero también con amor. Amor por esas mujeres que nos formaron y que son sinónimo de fortaleza, de libertad y de resiliencia. Datos del libro Autora: Ave Barrera Editorial: LUMEN Año de edición: 2024 No. de páginas: 256 País: México Sobre Yazmin Espinoza Comunicóloga enamorada del mundo del marketing y la publicidad. Apasionada de la literatura y el cine, escritora aficionada y periodista de corazón. Mamá primeriza. Lectora en búsqueda de grandes historias. Instagram: @historiasparamama