Siempre hemos ocupado espacios con historia,muchas historias, muchas vidas pasadas.casi siempre en ruinas durante el barbecho,llenos de huellas o invadidos por zarzas.Vasco Dias da Silva y Virginia FróisFundadores de la Asociación Oficinas do Convento Erandi Avalos Oficinas do Convento es un proyecto cultural y artístico que se ubica en la ciudad de Montemor-o-Novo, en la región de Alentejo, Portugal. Esta ciudad, que también da nombre al municipio, tiene un paisaje privilegiado rodeado de olivares y dehesas de alcornoques y encinos que la par de su clima cálido mediterráneo, se combinan con un movimiento cultural que lleva décadas fortaleciéndose y perfeccionándose a través de un sistema colaborativo entre la sociedad civil organizada y el gobierno municipal; lo cual lo coloca como un referente internacional de buenas prácticas culturales y de políticas públicas que responden a las necesidades e iniciativas de sus habitantes. Con una tradición cultural e histórica que literalmente viene desde la prehistoria, esta zona está llena de monumentos megalíticos: dolmenes y menhires. Existe también arte rupestre en la Cueva del Escoural. Vestigios árabes y romanos enriquecen el patrimonio. Castillos, iglesias, conventos y santuarios se mantienen todavía en pie. Después del golpe de Estado de parte del Movimiento de las Fuerzas Armadas, que puso fin a 48 años de régimen dictatorial, el municipio invitó a agentes culturales a que vinieran a colaborar en la ciudad de Montemor-o-Novo. Los pioneros de esta etapa fueron Vasco Dias da Silva y Virginia Fróis, quienes fundaron la Oficina da Criança (en portugues oficina significa “taller”), con un modelo que sentó las bases para que el movimiento asociativo que ya existía se sistematizara paso a paso hasta convertir a esta ciudad en uno de los centros de la provincia portuguesa con mayor movimiento cultural y artístico. Así surge el proyecto Oficinas do Convento, en 1996: recuperando el magnífico espacio del siglo XVI que otrora fue el Convento de San Francisco y que tenía años siendo utilizado como bodega del municipio. Con paciencia y organización, el uso fue cambiando de bodega de chatarra a espacios de talleres artísticos. Hoy, el artista y gestor cultural Tiago Fróis dirige este centro, y un equipo de once personas, trabajan con él —a tiempo completo y con contrato— en este lugar que ahora cuenta con: dormitorio para artistas invitados, baños con ducha, cocina comunitaria, salón de usos múltiples, salón de música, talleres de carpintería, gráfica, cerámica y laboratorios de creación e investigación creativa, el salón fabricación digital, que está equipado con cortadora e impresora láser, una CNC e impresoras 3D, plotter y una impresora 3D con arcilla. En el patio ocurren todo tipo de actividades y siempre hay movimiento. Y no solo eso: sus espacios de trabajo se han ampliado y ahora tienen otras dos sedes en las que se encuentran el Centro de Investigación de la Cerámica, que ofrece sus instalaciones, recursos y equipamientos para Residencias Artísticas en los campos de la Escultura, la Cerámica y el Diseño. El espacio también acoge procesos de formación artística y talleres experimentales, así como exposiciones de obras desarrolladas en él y momentos de reflexión. Otro de los espacios de Oficinas do Convento es el Telheiro da Encosta do Castelo, que inició su actividad con la producción artesanal de materiales de construcción tradicionales, como ladrillos y tejas de terracota. Utilizando moldes de madera, la producción se realiza al aire libre, de marzo a octubre, período que permite el secado al sol y la cocción en hornos de leña de «fuego directo». Este proceso totalmente artesanal permite satisfacer pedidos específicos, en cuanto a tamaño y forma. Parte de esta iniciativa es el Laboratorio de Tierras, que se dedica a la investigación continua de las técnicas tradicionales de construcción, buscando preservar la cultura constructiva local, y también a la formación en el campo de la arquitectura de tierras crudas. A partir de este trabajo, se desarrollan nuevas aplicaciones de estas técnicas, buscando adaptarlas a las nuevas exigencias de la arquitectura contemporánea. El sistema de que existe entre las asociaciones y el municipio es de total colaboración y esto refleja un beneficio directo a los habitantes, ya que el municipio ha comprobado en la últimas décadas que si permite que sean los propios agentes culturales y artistas los que planean, organizan y ofrecen los productos culturales, obtendrán proyectos de alta calidad y con un enorme impacto. Tanto así, que el apoyo a las asociaciones culturales y artísticas es del diez por ciento del presupuesto del municipio, equivalente aproximadamente a un millón y medio de euros anuales que se entregan en subsidios, además de apoyos operacionales en infraestructura, transporte y mantenimiento. La calidad de vida en Montemor-o-Novo por su geografía y clima se complementa entonces con una población culta, crítica, con capacidad organizativa y que disfruta de eventos y proyectos culturales constantes. Conciertos, talleres, conferencias, cursos, teatro, danza, exposiciones, intercambios culturales. No es casualidad que el mítico artista Ai Weiwei haya elegido este sitio para vivir, a pesar de que según mencionan algunos artistas locales, no se vincule directamente con el sector creativo regional. Ojalá que los funcionarios de cultura de los tres niveles de gobierno y que los presidentes municipales de nuestro estado, estudien a fondo este sistema e implementen por lo menos una parte de lo que en esta ciudad portuguesa se hace con excelencia. Para mayor información, visiten la página de Oficinas do Convento: https://oficinasdoconvento.com/ Gracias a Riosentí por llevarme a ese increíble paseo por Portugal. Erandi Avalos, historiadora del arte y curadora independiente con un enfoque glocal e inclusivo. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte Sección México y curadora de la iniciativa holandesa-mexicana “La Pureza del Arte”. erandiavalos.curadora@gmail.com