Yunuen Monserrat Parra Herrejón colaborador de La Voz de Michoacán Si hace unos años me hubieran preguntado cuál era mi heroína favorita, hubiera respondido La mujer maravilla o Las chicas superpoderosas. Y no necesariamente porque fueran mis preferidas, sino porque eran las únicas figuras femeninas que mi radar de niña identificaba como modelos heróicos a seguir. Hoy en día, mis heroínas no aparecen en la tele, pero sí en periódicos, entrevistas y la vida pública. Mis heroínas no lanzan rayos de colores, pero sí versos potentes que estremecen a los necios. Mis heroínas escriben, se enfurecen, protestan, aman y sostienen. Son mujeres comunes, como tú y como yo, que no se ocultan bajo un disfraz porque pueden ser poetas y mujeres a la vez. Una de ellas es Victoria Equihua, integrante de mi liga de la justicia favorita: Slam de poesía para morras. Nacida en Capula, Michoacán, esta poeta ha revolucionado la escena poética local e internacional. Su voz ha triunfado en torneos como la Copa Mundial del Poetry Slam (2022) y la Copa Intercontinental Slam Latines para mujeres y disidencias (2023). Su obra ha sido publicada en la antología Slam de poesía para morras (2022), editado por el Laboratorio de Materiales Orales (LANMO), y demás medios físicos y electrónicos. El texto que aquí nos atañe es su poemario Cartas revolucionarias desde el ombligo de la luna (2023), a cargo de Ediciones Come Fuego. Foto: EME (EMEE.RAW) Dicho texto establece un paralelismo con la obra de Diane di Prima, poeta neoyorkina del movimiento beat. Pese a habitar épocas y territorios distintos, Victoria Equihua retoma Revolucionary letters (1968) de di Prima para crear “algunas cartas revolucionarias desde lo que se conoce como México, aka El ombligo de la luna”, en palabras de la autora. Si bien considero importante reconocer a nuestras ídolas, me parece aún más fascinante destacar las relaciones artísticas e intelectuales entre ellas. Aunque Equihua sea una poeta contemporánea, el análisis de su obra debe empezar a ser una prioridad en los estudios literarios, pues ¿quién dijo que no podemos teorizar sobre nuestras heroínas? Lo que aquí me propongo no es más que un esbozo de la infinidad de temas que es posible en la obra de esta escritora michoacana. En primer lugar, el formato de carta juega como un recurso literario tanto en el poemario de Equihua como en el de di Prima. Ambas autoras buscan dar una respuesta a la realidad que viven. Y qué otra mejor que la poesía. Victoria Equihua se dirige a las mujeres de su entorno y a sí misma, siempre desde un “yo” honesto. Así, escribe: “crecimos solas/ como los árboles que crecieron de semillas lanzadas a la nada”. Equihua habla del dolor, la precarización y la violencia de este ser lanzadas, pero también de sus deseos encendidos y maneras de curarse: “deseo que la poesía sea barata, muy barata, […] que me confronte y abrace”. Di Prima, en cambio, utiliza la tercera persona para hacer un reclamo directo contra el capitalismo creciente de su tiempo y el estilo de vida americano. Si bien ambas autoras demuestran su postura a verso libre, Equihua lo hace de manera más intimista. Ella ahonda en la herida, la siente, la sana. Sus cartas son el consuelo después del incendio. Al final, aunque los poemarios parezcan responderse a sí mismos, ambos dialogan como sólo las cartas saben. Desde un norte caótico y helado, llegaron hasta el sur los versos de di Prima, a los cuales Victoria Equihua contestó con su obra. Ella, a su vez, está siendo recibida por otras mujeres en un viaje epistolar infinito. A lo mejor así es como se crean las heroínas. Poetas que se envían correspondencias unas a otras a través de mares y siglos con una sola característica en común: ser revolucionarias. Yunuen Monserrat Parra Herrejón (Michoacán, 6 de julio de 2003) es estudiante de Literatura Intercultural en la UNAM. Obtuvo junto con Slam de poesía para morras el primer lugar en el 5° Slam Nacional MX (2023).