Víctor Rodríguez Méndez A algunas personas les pareció aburrida, lenta y pesada. Otras piensan que es una historia mal contada de la vida de Marilyn Monroe. Muchas otras creen, con cierta razón, que reduce la mirada sobre el personaje complejo de Norma Jeane Baker y que no la dignifica para nada —aunque en realidad se trata de una historia de ficción que toma partes de la vida de la actriz estadounidense porque está basada en la novela de Joyce Carol Oates—. También hay quien piensa que la película es muy larga y deprimente, un bodrio. Lo cierto es que, más allá de cualquier consideración, Blonde (2022), de Andrew Dominik, es un drama crudo y angustiante que aborda algunos sucesos de la trágica vida de Norma Jeane Baker, llamada al estrellato como Marilyn Monroe. Visualmente hermosa, es una especie de anti biopic que desnuda literalmente un mito, y eso duele. Y, claro, cuesta verlo así en la pantalla. Por mucho, es una de las películas de la plataforma Netflix que mayor polémica ha causado en los últimos años. No es difícil entender que la película ha provocado el rechazo de mucha gente porque atenta contra la imagen preconcebida de una Marilyn Monroe amable, tierna, casi siempre envuelta en ese aire de rubia tonta. Lo que Andrew Dominik nos propone es una inmersión en algunos de los momentos y situaciones más oscuras de la actriz: un paseo por el infierno de Hollywood que a ratos alcanza tintes de pesadilla. Con una infancia traumática a cuestas, Norma Jean Baker era un ser complejo, pero estaba lejos de un ser superficial. Fue sometida a situaciones dolorosas y denigrantes, se abrió paso con su personaje Marilyn Monroe en un mundo machista, misógino y, por ende, depredador, pero —tal como se muestra en esta película— también era una mujer hiper sensible e inteligente escondida detrás de un icono sexy y de ese personaje de rubia tonta. Un ejemplo de ello es que si en Blonde Marilyn Monroe habla de Dostoyevski y de Chejov es porque en la realidad Marilyn Monroe había leído a Dostoyevski y Chejov, entre muchos autores y autoras, lo que estoy seguro no ha hecho mucha de la gente que dice que la película hiper sexualiza y banaliza a Marilyn Monroe. Además, Ana de Armas está sublime e inalcanzable en el papel protagónico y, por si fuera poco, la banda sonora está compuesta por Nick Cave y Warren Ellis, y está muy bien. Recapitulemos: en Blonde, que está basada en un libro, Ana de Armas interpreta a una mujer llamada Norma Jeane Baker, quien a su vez asume la identidad de Marilyn Monroe, quien a su vez recrea en escena a otros personajes. Blonde, por tanto, no es una película sobre Marilyn Monroe; es una película sobre nosotros viendo una fabulación de la vida de Marilyn Monroe: el falaz desdoblamiento de un mito que aún da mucho qué hablar. Al final puede que sea una pasada, pero difícilmente uno puede quitársela de la cabeza. Vale la pena verla. Víctor E. Rodríguez, comunicólogo y diseñador gráfico de profesión; periodista cultural de oficio desde hace tres décadas. También ejerce la docencia y de vez en cuando dirige talleres de redacción, escritura creativa y de periodismo.
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