Sobre los vacíos de la vida y los años falsos

“No logré nada. Esa es la verdad. Ahora no pretendo imaginar, no pretendo inventar. Sólo queda esta atormentada necesidad de escribir algo, que no sé lo que es”. Josefina Vicens

Foto: Redes

Yazmin Espinoza colaboradora de La Voz de Michoacán

“El libro vacío”, de Josefina Vicens está todo menos vacío, se los aseguro. La relectura que hice de este libro hace poco me hizo encontrar aún más riqueza en su aparente sencilla propuesta. El tinte filosófico-existencialista a la novela hizo que se me agotaran los post its y me acabara el lápiz de subrayar.

PUBLICIDAD

Publicada por primera vez en 1958, El libro vacío es la gran novela de Josefina Vicens. La obra, narrada por el protagonista José García, tiene un estilo directo, sencillo e intenso. García tiene una vida aburrida en la que lucha contra sí mismo. Siente una gran necesidad por escribir pero se avergüenza al hacerlo, renuncia y regresa a este acto constantemente. En las noches escribe en sus cuadernos sobre su vida y sus recuerdos, su primer amor, una aventura amorosa y su familia. No sólo es una narración sobre la metafísica de la escritura, sino también sobre los deseos y las limitaciones de un hombre cualquiera.

Esta, la primera novela de la escritora tabasqueña la hizo acreedora del Premio Xavier Villaurrutia en el año de su publicación, además de que Octavio Paz (personaje que no es de mi agrado pero su nombre pesa en el mundo de la literatura), escribió una carta sobre el libro de tintes muy positivos.

La elogiosa carta a Josefina Vicens decía: “Novela simple y concentrada, a un tiempo llena de secreta piedad e inflexible y rigurosa. Es admirable que con un tema como el de la ‘nada’ hayas podido escribir un libro tan vivo y tierno”.

PUBLICIDAD

Y es que la escritura representa el hilo conductor y tópico central de la novela. Al menos el deseo de escribir, y la imposibilidad de hacerlo que atormenta al personaje protagónico José García, un contador de clase media que pretende encontrar, mediante el acto de escribir, un escape de la monótona rutina en la que su vida se ha convertido.

“¿Cómo harán los que escriben? ¿Cómo lograrán que sus palabras los obedezcan? Las mías van por donde quieren, por donde pueden”.

Con este objetivo García decide comprar dos cuadernos: en el primero escribe sus ideas, de manera aleatoria, bajo la premisa de ordenarlas y escribir, en el segundo cuaderno, espera una novela. El libro vacío es, pues, el primer cuaderno de José, esas páginas en donde ejercita la escritura y “vacía” su mente para luego elegir lo que valga la pena mostrar.

“Pensé que era fácil empezar. Abrí un cuaderno, comprado expresamente. Preparé un plan, hice una especie de esquema. (...) Pero inmediatamente sentí el temor”.

Así da inicio un proceso tormentoso del que somos parte, pues la configuración estructural de la novela asemeja la de un diario, o bien, la de una libreta de notas.

El libro vacío es entonces, más que nada, el monólogo interior de José García y todas sus inquietudes personales que despliegan un abanico de meditaciones en torno a temas como la cotidianidad, la familia, la soledad, la consciencia del paso del tiempo y la escritura misma como proceso creativo.

Honestamente, las constantes desviaciones hacia lo cotidiano fueron de mis partes favoritas, y muchas veces me sorprendió su manera de reflexionar sobre las cosas más mundanas. Con agudas observaciones, que son devaluadas casi por el propio narrador, por momentos alcanzan un tono humorístico y sarcástico que son la cereza del pastel.

“(...) borra esas frases absurdas y presuntuosas y sustitúyelas con la única que realmente te es posible firmar: "No puedo dejar de escribir. Confiesa que tu necesidad de hacerlo es más fuerte que tú, olvida tu desorbitada ambición de escribir un libro que a todos interese, acepta tu verdadera medida y comprende que si no has escrito otra cosa es porque sólo puedes referirte a lo que es tuyo: los recuerdos que estremecen, contentan o lastiman tu corazón, los opacos sucesos de tu vida diaria y tu relación con unos cuantos seres humanos que coincidieron en tu pequeña órbita. Eso es lo único que te pertenece, lo único que conoces, lo único que comprendes, y, por tanto, lo único que puedes expresar. Tal vez logres algún día inventar un suceso. Lo que no lograrás inventar es la emoción que te habría producido ese acontecimiento si lo hubieras vivido. Es un dolor inventado, aunque lo derives del más patético y desgarrador de los sucesos que imagines, jamás podrás poner el calor, la verdad que tal vez logres imprimir en el relato que hagas de un triste acontecimiento que te pertenezca”.

Todos los que hemos intentado escribir alguna vez algo nos hemos enfrentado con este terrible miedo ante la hoja en blanco, un ejercicio que lleva al protagonista a recordar grandes vacíos en su vida, la metáfora perfecta para el contenido y el título de este libro que le recomendaré a todo el mundo.


Datos del libro
Autora: Josefina Vicens
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Año de reimpresión: 2021
País: México

Sobre Yazmin Espinoza
Comunicóloga enamorada del mundo del marketing y la publicidad. Apasionada de la literatura y el cine, escritora aficionada y periodista de corazón. Mamá primeriza. Lectora en búsqueda de grandes historias.
Instagram: @historiasparamama