Yazmin Espinoza ¿La lectura de un libro puede ser capaz de simular un cálido abrazo? Para mí, Olivia Teroba logra justo eso con “Un lugar seguro”. Y es que, en este libro Olivia reúne 12 breves ensayos de su autoría que se sienten tan íntimos, como si hubieran salido de tu propia pluma, de tu experiencia, de tus miedos y anhelos. “Un lugar seguro” expone la importancia de la escritura como un método de resistencia frente a los modos de supresión y como un intento de encontrar un espacio físico, espiritual y metafórico que permita, ante todo, ser. Teroba realiza un recorrido a través de la memoria y de lo cotidiano para hablar de lo incómodo, del miedo, del dolor, de la ausencia, del anhelo, la ternura y la amistad. Estos ensayos también denuncian la violencia, hablan de la recuperación de los lazos familiares, la carga cultural de la traición, el miedo a repetir patrones de violencia afectiva, la depresión y la duda como una forma de libertad. Un libro sin duda que nos abraza. Este fue el primer libro en el que, más allá de un par de líneas como comentario en los márgenes, comencé a escribir mis propios párrafos completos derivado de los sentimientos que algunos fragmentos me generaron. Esto no me había pasado con ningún otro libro y disfruté del recorrido que Olivia me animó hacer a mis memorias, a mis propios miedos y deudas por sanar, pero también a esos momentos de goce y de sororidad. Así, con solo 74 páginas, Olivia logra atravesar cualquier tipo de coraza que hayamos creado para “protegernos” del exterior, y nos pone frente a frente ante nuestro yo interno. No necesita más hojas para darnos un caudal de reflexiones sobre ese lugar seguro que todos consciente o inconscientemente buscamos todos los días. Algo increíble fue que, poco después de su lectura, tuve la increíble posibilidad de, gracias a Librería Traspatio, asistir a un curso de Escritura Creativa coordinado por la mismísima Olivia, quien me compartió a mí y al resto de los asistentes un poquito de toda su sabiduría alrededor de las letras, y se dedicó a escuchar y comentar las historias que nuestra imaginación generó. Fue un honor. No sé de qué otra manera decirles lo mucho que disfruté la lectura de “Un lugar seguro”, un libro que me recordó que, aunque a veces no sea posible tener “una habitación propia”, como lo menciona Wolf, siempre me tendré a mí. “Pienso en mi abuela, en mis tías, en mi madre, en mis amigas, y no sé cómo empezar. No sé cómo podría convencerlas, decir algo que sea como abrazarlas siempre, inventar un conjuro, una serie de palabras que funcionen como amuleto; explicarles que ellas mismas son todo lo que necesitan para hacer cualquier cosa. Y decírmelo a mí, y creerlo”. ¿Han leído a Olivia Teroba? Si no, “Un lugar seguro” es una increíble manera de comenzar.