Jaime Vázquez colaborador de La Voz de Michoacán Octavio Paz recuerda: “Aunque originario de una familia burguesa, mi padre fue amigo y compañero del gran revolucionario Antonio Díaz Soto y Gama. Formaba parte de un grupo de jóvenes más o menos influidos por su anarquismo. Sucedió que esos jóvenes no pudieron unirse a las fuerzas norteñas y se fueron al sur, donde conocieron a Zapata y fueron conquistados por el zapatismo. Mi padre pensó desde entonces que el zapatismo era la verdad de México. (…) Participó en las actividades de la Convención Revolucionaria. Posteriormente fue representante de Zapata y de la Revolución del Sur en los Estados Unidos”. Octavio Paz al recordar a su Padre también miró a Zapata como si observara la tierra. El cine se ha mirado en los ojos de Zapata. El “Caudillo del sur”, con su leyenda, mito y realidad, cabalgó en las pantallas. Recordemos algunas películas sobre el hombre de Anenecuilco. ¡Viva Zapata! (1952) fue un guion de John Steinbeck y la aventura de Elia Kazan con Marlon Brando en el protagónico. Brando venía de su icónica representación de Kowalski en Un tranvía llamado deseo y después de encarnar a Zapata se vistió con el peplo de Marco Antonio en Julio César (1953) de J. Mankiewicz. Felipe Cazals realizó su versión, Emiliano Zapata (1970), producida y protagonizada por Antonio Aguilar, con guion de Aguilar y Mario Hernández y diálogos de Ricardo Garibay. Aguilar vuelve con Producciones Águila en Zapata en Chinameca (1987), historia de Xavier Robles dirigida por Mario Hernández. Es el relato de los últimos momentos de vida del General Urbano Martínez (José Carlos Ruiz), sus recuerdos atormentados sobre la revolución y la muerte de Zapata, interpretado una vez más por Antonio Aguilar. Los últimos zapatistas, los héroes olvidados (2002) es un documental de Francesco Taboada Tabone que reúne testimonios de algunos zapatistas nonagenarios. Sobrevivientes del movimiento revolucionario, recuerdan, añoran y relatan episodios al lado de Zapata, el vivo espíritu zapatista que habla de la tierra y los ideales. Alfonso Arau afirmó que su proyecto para una película sobre Zapata nació de una duda personal. ¿Por qué un revolucionario relevante había desdeñado el poder cuando pudo tenerlo? Conversó con habitantes de Morelos y alguien le contó que Zapata tenía relación con los chamanes. Así nació Zapata, el sueño de un héroe (2004). Entregó el estelar a Alejandro Fernández y la película fue muy criticada por la elección del reparto y la historia misma, un guion que se alejaba de los hechos históricos. Como personaje secundario, Tenoch Huerta es Zapata en Ciudadano Buelna (2013) de Felipe Cazals. Manuel Ojeda le dio vida en la serie televisiva Senda de Gloria (1987) de Raúl Araiza. Es una fuerte presencia invisible en El compadre Mendoza (1933), de Fernando de Fuentes o en Enamorada (1946) de Emilio Fernández. El coronel Lucio Reyes (Roberto Cañedo) es sentenciado por su levantamiento en armas por el asesinato de Zapata en Un día de vida (1950), de Emilio Fernández. La negra Angustias (1950, Matilde Landeta) es María Elena Marqués, una joven rebelde que se une a las fuerzas zapatistas. Rafael Corkidi le entrega tres papeles a Gina Morett en Pafnucio Santo (1977): una china poblana, un demonio y Emiliano Zapata, en este especial collage de cine esotérico musical. En Cosa fácil (1979), de Alfredo Gurrola sobre el relato de Paco Ignacio Taibo II, el detective Belascoarán (Pedro Armendáriz Jr.) es parte de una historia alternativa: Zapata no fue quien murió en Chinameca, se escondió, viajó a Nicaragua, conoció a Sandino y se unió a su lucha. Tras la derrota regresó a México. Foto: EspeceialFoto: EspeceialFoto: EspeceialFoto: Especeial Zapata aparece, con su adusto semblante bajo el sombrero amplio, traje oscuro, blanco gazné y tupido bigote en las “vistas” de los documentalistas pioneros o en las fotografías de la época revolucionaria. Su imagen es la de la Revolución Mexicana o, como señaló Octavio Paz al referirse a Zapata y a la tierra: “Como ella, está hecho de paciencia y fecundidad, de silencio y esperanza, de muerte y resurrección.” Jaime Vázquez, promotor cultural por más de 40 años. Estudió Filosofía en la UNAM. Fue docente en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha publicado cuento, crónica, reportaje, entrevista y crítica. Colaborador del sitio digital zonaoctaviopaz. @vazquezgjaime