Jacinta Ceballos incursiona en la narrativa con ‘Los ecos de la noche’; mañana se presenta

Este libro surge de un anhelo por escribir sobre esas noches donde enfrentas a los demonios que cobran vida, a la ansiedad que nos hace sudar frio, a los gritos ante la desesperación de no encontrar una salida

Yazmin Espinoza

“Los ecos de la noche” la más reciente obra literaria de la escritora moreliana Jacinta Ceballos, se presentará el próximo viernes 13 de diciembre en el Museo del Estado a las 18:00 horas.

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La autora de esta colección de cuentos, estará acompañada por el maestro Armando Salgado, quien será el encargado de prensetar el libro que estará disponible en el lugar para su venta, además de en las librerías Hidalgo y Juárez, de Morelia.

Cabe destacar que con seis poemarios previos en su carrera, esta es la primera vez que Ceballos se adentra en los caminos de la narrativa a través del género del cuento, con el que intentó poner en palabras las pesadillas que la atormentaron algunas noches de su niñez.

Este libro surge de un anhelo por escribir sobre esas noches donde enfrentas a los demonios que cobran vida, a la ansiedad que nos hace sudar frio, a los gritos ante la desesperación de no encontrar una salida.

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“Esa locura de tener la sensación de que caes en el aturdimiento de los sentidos y descubres que el subconsciente tiene su propia voz. Sin embargo, en las pupilas dilatadas se ve el terror de la ansiedad reprimida, sientes como te asfixias, y te puedes observar en un espejo donde te evaporas. Al explorar este mundo, de fantasía y terror pude encontrar un universo increíble; los fantasmas que salían de la nada, esas voces que cuchichean entre paredes, las arañas que invaden el cuerpo moribundo, la pasión con los íncubos, etcétera”.

En entrevista con La Voz de Michoacán, la escritora moreliana compartió sobre cómo fue pasar de la poesía a la narrativa con sus sueños como protagonistas.

“Lo difícil no era tener clara la idea de que quería escribir, lo difícil fue poder interpretar esas pesadillas y describir el escenario adecuado. Percibir las fatales sensaciones que en el caminar entras al abismo de los sueños sintiendo como te desvaneces entre ellos y a la vez resurgir de la nada”.

Cabe destacar que las ilustraciones que acompañan estas historias, son autoría del artista plástico Rafael Rangel, mientras que la traducción estuvo a cargo del joven Jancarlo Montoya.

Cuéntame sobre la génesis del proyecto y cómo decides plasmarlo a través de la narrativa.

Yo he venido escribiendo poesía y este proyecto surgió en mi mente desde hace como cuatro años, a partir de una pesadilla que tuve muy real. Me comencé a preguntar cómo escribir esas ensoñaciones que se sienten tan reales pero que se entienda, porque cuando las sueñas a veces no se entienden, aparecen caras que aparecen o luego desaparecen, a veces estás flotando, caminando y no sabía cómo darles sentido. Comencé a escrbir patrones de ciertas pesadillas de la infancia que se me quedaron muy grabadas y ahí las dejé. Luego entré a un taller en la unam en donde también quería hacer eso de narrativa y cuento pero, por azares del destino, ese me llevó a un nuevo taller en donde le dimos forma a este proyecto e ideas. Tras casi un año en el que desempolvé esos esquemas que tenía, le fui dando forma a un cuento y haciendo muchas correcciones, porque para mi quedaba claro, pero para el lector aún no. Pesadillas, ensoñaciones, algunos si son cuentos inventados, está todo mezclado.

¿Cómo te sentiste ante este cambio de género?

Fue una experiencia totalmente diferente. Esste es un proyecto que amé mucho desde que lo comencé a trabajar porque me dediqué a leer a otros cuentistas de horror y la esctructura que manejaban. Fue un abismo gigantesco. Porque para mi la poesia ya es fácil, la escribo y le doy una revisada, pero surge. Y acá en la narrativa la manera de escribir es diferente, hasta con la puntuación. El hilar las ideas para que no queden inconclusas, fue una aventura y otro mundo para mi. Filtrarme al mundo de los cuentos es otro paraíso y se me hizo maravilloso.

¿Cuándo te diste cuenta de que podía ser un libro?

En cuanto yo quiero que sea un libro, se crea el proyecto. Lo quería publicar para darme yo una satisfacción. No sé si esté bien o mal, pero es una gran satisfacción compartir algo en donde doy un brinco abismal en mi trabajo. Porque si se puede, el chiste es querer. Mucha gente escribe pero tiene que atreverse también a publicar, a hacer cosas nuevas, más allá de que estén bien o mal. Que tu proyecto camine solo, y si quiere volar que vuelve.

Cuéntame sobre la parte de la ilustración y la traducción.

Mis hijos pintan y Rafael, que está en Estados Unidos, me dijo que me regalaba unas imágenes. Le envié los cuentos y le pedí seis ilustraciones y la portada. Él eligió los cuentos y los ilustró como quiso, se dejó llevar por la historia. Luego, la traducción también es un regalo de él, que envío a un amigo el proyecto y se trabajó la traducción. Entonces doble felicidad porque estoy compartiendo un proyecto con mi hijo.