Ciudad de México.- Las croniquillas histórico literarias señalan que Hirameki es la palabra japonesa que denomina un “destello de inspiración”, como el que llegó a los artistas Peng + Hu para crear “Hirameki”, libro con más de 20 mil ejemplares vendidos en Alemania. Peng + Hu vieron una vaca con una mancha que les pareció que tenía la forma de una famosa estrella de cine. Ese fue su “momento Hirameki”, el que los condujo a darse cuenta de que cualquier mancha puede tener capacidad para ser otra cosa. Es una capacidad tan grande o tan chica como la imaginación del que la observa. A partir de ahí, idearon este libro que conduce a una nueva frontera el fervor actual por los libros para dibujar, creando un concepto literalmente adictivo para niños y adultos. A la fecha, miles de personas han comparado y posteriormente acompañado las manchas artísticas con sus propios dibujos, para producir un conjunto de creatividad “Hirameki”, al que una vez que se le echa un vistazo es muy difícil resistirse, por su belleza y pulcritud. Es un libro de manchas, ideal para quien tiene la sana costumbre de mirar al cielo y ver en las nubes toda clase de objetos, animales y hasta personajes de la vida real y de la más tradicional o contemporánea fantasía. Es un libro lindo alejado de los convencionalismos. Además, es para colorear, lo que significa que quien lo tiene en sus manos pronto va por sus pinturas, de palo o de cera, para dar nueva vida a los dibujos que habitan las páginas de este libro creado por Peng + Hu, artistas que miran al mundo desde otra perspectiva. Ellos descubrieron en algún momento el fantástico fenómeno del Hirameki en los papeles con los que limpiaban los pinceles, en el parqué de su taller, en las paredes y hasta en sus camisas. A partir de ahí desarrollaron poco a poco una forma artística, genial y popular. En sus seminarios de dibujo, incluso los no iniciados caían en un auténtico delirio del garabato, con lo que surgían criaturas sorprendentes de las manchas. Esta experiencia refrescante despertó finalmente en ellos una maníaca pasión coleccionista de borrones y manchas. Su colección temporal comprende incontables manchas, que han ido recopilando en lugares de todo el mundo o han producido y fotografiado ellos mismos. Peng y Hu han sido condecorados recientemente con la Cruz Imperial de la Mancha por su ambiciosa entrega, y en su honor les fueron otorgados sus nombres a dos rayas del acuario de Zing.