Ciudad de México. De Ian McEwan (Aldershot, Reino Unido, 1948) licenciado en Literatura Inglesa por la Universidad de Sussex y uno de los miembros más destacados de su celebrada generación, ya se encuentra en México la novela “Cáscara de nuez”. “Trudy” mantiene una relación adúltera con “Claude”, el hermano de su marido “John”, quien es poeta y editor de poesía, un soñador depresivo con tendencia a la obesidad, cuyo matrimonio se está desintegrando. Definitivamente, “Claude” es más pragmático. Trabaja en negocios inmobiliarios y, entre venta y venta, la pareja de amantes concibe un plan: Asesinar a “John”, envenenándolo. El motivo: Una mansión georgiana valorada en alrededor de unos ocho millones de libras que, si “John” muere, heredará “Trudy”. Pero resulta que hay un testigo de esta maquinación criminal: El feto que “Trudy” lleva en sus entrañas. Y en una pirueta de triple salto mortal que parece imposible de sostener pero que le sale redonda, McEwan convierte al feto, al que todavía no han puesto nombre porque no ha nacido, en el narrador de la novela, desde la primera página hasta la última. Lo que sigue es una mezcla de comedia negra, trama detectivesca y astuta reescritura intrauterina de un gran clásico, por cuyas páginas asoman también una joven poetisa amante de “John”, y una bregada inspectora de policía. El feto observa desde primera fila los preparativos del asesinato de su padre a manos de su madre.