Luto en el fotoperiodismo: muere Enrique Metinides, el maestro mexicano de la nota roja

La noticia de su muerte la dio a conocer el presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Jenaro Villamil

Redacción / La Voz de Michoacán

Ciudad de México. Enrique Metinides, reconocido fotógrafo mexicano de la nota roja, murió hoy a los 88 años de edad, así lo dio a conocer el presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Jenaro Villamil.

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"Fallece el gran foto reportero Enrique Metinides, una leyenda viva del periodismo mexicano. En paz descanse y que su obra sea más conocida por las nuevas generaciones", escribió en su cuenta de Twitter.

Metinides, nacido el 12 de febrero de 1934, era hijo de padres griegos que viajaron a México para celebrar su luna de miel. En lo que quizá fue un guiño del destino, su vida quedó marcada por lo imprevisible, como la nota roja misma, pues ambos tuvieron que quedarse en nuestro país después de que estalló la Segunda Guerra Mundial en Europa.

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Su primera cámara cayó en sus manos cuando apenas tenía 9 años. Su padre solía tener un negocio donde vendía y revelaba rollos fotográficos. Después de que el local donde estaba su negocito tuvo que ser demolido, le regaló una cámara que estaba entre las cosas que no se liquidaron.

Foto: Enrique Metinides

Los monumentos en Paseo de la Reforma fueron sus primeros “musos” junto con los trenes y las personas que luego se peleaban por Nonoalco. Después, Metinides empezó a fotografiar a los coches que chocaban cerca del restaurante de su padre, que estaba sobre San Cosme.

“Como era un chamaco, los policías ni me decían nada, hasta posaban para la foto”, llegó a contar en entrevista con el Museo Universitario de Ciencias y Artes (MUCA).

El Niño se empezó a hacer de fama pues las personas “le avisaban” si había algún accidente para que lo fotografiara. El pequeño fotógrafo también aprovechaba que agentes y personal del ministerio público iban a comer al negocio de su familia para mostrarles su trabajo.

“Entonces me dijeron que, si quería, me fuera a tomar fotos a la delegación. Ahí empezó todo”, contó en entrevista.

Foto: Enrique Metinides

Metinides comenzó a publicar su trabajo en La Prensa después de que por azares del destino conoció a Antonio “El Indio” Velázquez, quien trabajaba para el diario.

Ambos se toparon en un accidente de tráfico tras llegar a tomar fotos. Después de que le preguntara “oye niño, ¿te gusta retratar choques?”, Velázquez le dijo que lo esperaba en La Prensa para que saliera con él a tomar más fotografías.

Y el mote de El Niño se le quedó desde ahí hasta la tumba.

Foto: Enrique Metinides

Otros de los momentos en la carrera de Metinides fueron:

  • A los 15 años, se convirtió en el primer fotorreportero permanente a bordo de una ambulancia.
  • Retrató el después de la masacre de estudiantes en Tlatelolco en 1968, aunque los rollos de fotografías fueron confiscados por el Ejército. Metinides contó después que esto fue porque los militares terminaron usando sus fotografías y las de sus compañeros reporteros para identificar a líderes estudiantiles.
  • Su trabajo fue premiado por el gobierno de México, asociaciones de periodistas, organizaciones de rescate y judiciales y Kodak de México.
  • En 1997 recibió el premio Espejo de Luz, el más importante que se da a los fotógrafos en México.
  • Se retiró del fotoperiodismo en 1979.
Foto: Enrique Metinides

Metinides y la nota roja

Metinides empezó a captar imágenes desde los 11 años de edad, lo que lo convirtió en un fotógrafo precoz, con una vida que formó de cara a los accidentes, tiroteos, asesinatos y desastres, así como a lo que él llamaba “los mirones y chismosos”, fue analizado, a través de su trabajo fotográfico, por el psicoanalista Carlos Díaz.

Tras participar en la mesa de diálogo “En el diván” con Enrique Metinides, hace tiempo en la Universidad de Claustro de Sor Juana, el experto habló de lo que hay detrás de las imágenes del maestro nacido en 1934. Díaz indicó que Metinides habla a través de su fotografía, expresa, pero nunca comunica; lo que logra el fotógrafo es manifestar los afectos a través de lo visual.

Foto: Enrique Metinides

Ese es un primer acercamiento psicoanalítico para entender la labor de este artista de la lente y conocer lo que su cuerpo no expresa, pero que se manifiesta a través de sus actos por medio de la fotografía.

“La fotografía de Metinides habla del fondo de la violencia en México. Desde su obturador, la sabe leer muy bien, lo que pone en evidencia es el dolor individual, en el momento que trasciende lo bidimensional del plano de la imagen e invita a pensar, en lugar de ver”.

Aunque retrataba la muerte, Enrique Metinides no involucraba la sangre en sus imágenes porque era muy respetuoso del dolor de los demás, agrega Díaz.

Al ver ya sus últimas fotografías, su mirada se empieza a orientar más hacia la cuestión del suicidio, de los terremotos y de otros sucesos, registrándose con ello en su trabajo un cambio estético.

Foto: Enrique Metinides

“Metinides narra cómo fue que se enfrentó a su primera fotografía de un decapitado, relata que optó por irse a su casa, pero que finalmente regresó a tomar la foto. Es decir, hubo un primer encuentro con el horror, al momento de ver la cabeza cercenada. Desde ahí no se desprendió de su mirada sobre la muerte”.

En las fotografías de Metinides hay una posibilidad de que el espectador se dé cuenta de que “el otro” no es él; en el momento en que ve un cadáver, le da la posibilidad de afirmarme que sigue vivo.

Entonces, explicó el ponente, no es un placer el ver la imagen, sino una oportunidad que le permite a la gente pensar y reflexionar qué hará a partir de una tragedia, como testigo de la muerte.

Foto: Enrique Metinides