AP / La Voz de Michoacán Caracas. El artista venezolano Carlos Cruz-Diez, maestro del arte cinético y considerado como uno los principales artistas vanguardistas latinoamericanos de todos los tiempos, falleció. Tenía 95 años. Carlos Cruz-Diez murió en París rodeado por su familia, se informó tanto en su página web oficial como en las redes sociales de su fundación y su atelier. La obra de Cruz-Diez es ampliamente conocida por sus experimentos con el color, la forma y los efectos ópticos, representados a través de enormes instalaciones, pequeños y grandes murales. Yo no me inspiro, yo reflexiono. Reflexiono sobre la vida, sobre el arte, sobre cuál debería ser mi papel en el tiempo. Yo quiero ser de mi tiempo, no soy del pasado, soy de hoy", dijo el artista a The Associated Press en una entrevista en Nueva York en el 2008 en la que se definió como un "explorador". Nacido en Caracas el 17 de agosto de 1923, Cruz-Diez integró junto a sus compatriotas Jesús Soto, Alejandro Otero y Juvenal Ravelo el movimiento cinético de Venezuela, que surgió a mediados de 1950 y en las décadas siguientes se convirtió en una de las expresiones artísticas más destacadas de la América Latina. Inició su carrera en la Escuela de Bellas Artes de Caracas y, tras graduarse, trabajó como director artístico de la agencia de publicidad McCann-Erickson y como ilustrador para el diario venezolano El Nacional. En 1957, luego de sus viajes por París y Nueva York, fundó en la capital venezolana el Estudio de Arte Visual, una escuela de artes gráficas y diseño industrial. Dos años después se trasladó a París, donde empezó a experimentar con el arte cinético mientras enseñaba en la Université d'Enseignements et de Recherches. En 1965 fue nombrado asesor del Centro Cultural Noroit en Arras, Francia. A comienzos de la década de 1970 se desempeñó como profesor en la Escuela Superior de Bellas Artes y Técnicas Cinéticas en París, una ciudad a la que amó y donde trabajo y vivió junto a su familia desde 1960. En el 2008 adquirió la nacionalidad francesa. El arte siempre me apasionó, pero en mi juventud, y creo que eso le pasaba a muchos latinoamericanos, uno se sentía marginado, siempre eran ajenos a nosotros el mundo del arte. En los libros y en muchas otras cosas, nosotros no teníamos arte ni parte en lo que pasaba en el mundo", dijo Cruz-Diez en una entrevista con The Associated Press en el 2009. "Teníamos una situación de dependencia cultural", explicó. "Nos fuimos a Europa en busca de información; el impresionismo y otros movimientos nos llegaban con 30 y 40 años de atraso, de allí surgió nuestra necesidad de modificar el soporte del arte, surgió nuestra necesidad de rupturas y de hacer surgir nuevas expresiones de expresarnos". Acotó que “no es casualidad que los movimientos de rupturas del siglo XX surgieron de países de inmigrantes como Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela, todos los movimientos de vanguardia, que dieron nuevas bases al arte de esos países". Los artistas venidos de países de inmigrantes, "con una historia reciente, teníamos la capacidad de ser irreverentes, crear nuevas discursos y así cada uno a su manera, encontramos formas distintas de darle nuevos soportes al arte".