Aguascalientes.- Como un referente de la cultura mexicana, José Guadalupe Posada, oriundo de esta ciudad, dejó como legado una importante producción de dibujos, carteles y grabados, pero sobre todo heredó las calaveras que le han dado fama internacional. “La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”, se convirtió en una de sus más reconocidas calaveras literarias con alusión a la muerte, ilustrada con esqueletos vivos personificados. Sin embargo, Posada fue, durante el porfiriato y la Revolución, el ilustrador de las calaveras literarias, que surgen en esta región del país a través de un fraile zacatecano alrededor del siglo XVIII, señaló el director del Museo José Guadalupe Posada, José Guillermo Saucedo Ruiz. En entrevista con Notimex, indicó que el Museo es un recinto cultural que rinde culto a la obra de este aguascalentense (1852-1913), reconocido en el mundo por su prolífica obra que resalta el folclor, las costumbres, primordialmente personificadas con las famosas calaveras. Añadió que con el paso de los años, en los 60, Diego Rivera reposiciona la obra de Posada al realizar el mural “Sueño de una Tarde Dominical” en la Alameda Central de la Ciudad de México, y fue precisamente él quien bautiza la calavera del aguascalentense como La Catrina, con nuevos atributos, ropa y elegancia. Saucedo Ruiz refirió que, con sus grabados de calaveras, ilustración de canciones, cuentos, leyendas y tragedias, íconos religiosos, a este aguascalentense se le reconoce por su aportación a la gráfica universal. Por ello, dijo, en 1972 se fundó este museo que es el más importante a nivel internacional relacionado a la obra de Posada. “Consta de una sala permanente con 200 placas originales y 400 estampas de la época, todo el acervo que se aprecia corresponde a la primera década del Siglo XX”, dijo. Saucedo Ruiz comentó que en esa época México celebraba el centenario de la Independencia, se gestaba el movimiento de la Revolución y a Posada le tocó ilustrar esos acontecimientos, siendo la crítica social lo más característico en su obra. Subrayó que uno de los últimos grabados de Posada fue la famosa “Calavera Catrina”, creada en 1912 y publicada 10 meses después de su muerte. “La Calavera Garbancera conocida como la Calavera Catrina es una de sus obras más conocidas”, pero es tan amplia su obra que, por ejemplo, en España la “Calavera Quijotesca” forma parte del catálogo de ilustraciones que tienen que ver con Don Quijote. Agregó que a estas alturas del Siglo XXI, el grabador mexicano se empieza a codear a otros niveles. “No sólo se le reconoce por sus calaveras sino por su aportación a la gráfica universal, ya que su obra dentro de la gráfica popular mexicana es única, no hay un par en ninguna parte del planeta, destaca mucho en la plástica internacional”, apuntó. Aseguró que la obra cada vez tiene mayor importancia para el mundo y “nos llaman de Europa, Centro y Sudamérica, Canadá, Estados Unidos, ya que son pocos los lugares del mundo en los que no ha penetrado Posada y esta tradición muy mexicana en términos de calaveras”. Lo importante es que Posada mostraba su visión de la vida con ilustraciones divertidas pese a que estaban cobijadas con la muerte, ya que más que asustar a sus seguidores los alegraba, siempre con una crítica social. El Museo José Guadalupe Posada se ubica en un edificio de gran valor histórico que data de 1850, justo de la época de este gran aguascalentense y desde 1972 exhibe la obra del artista gráfico; en 1990 se adaptaron nuevos espacios de exhibición y en 1997 su material museístico fue renovado.