Notimex/La Voz de Michoacán Guanajuato. La Orquesta Sinfónica de Israel cuenta con ejecutantes provenientes de 12 naciones, aunque no hay ninguno de México, a pesar de que también llegan a interpretar música mexicana, como el "Huapango de Moncayo", reconoció el director de la agrupación, Yaruham Scharovky. “Falta un mexicano y no dudo que muy pronto hagamos una audición para contar al menos con uno”, comentó en el marco del XLVI Festival Internacional Cervantino (FIC) que este año corre del 10 al 28 de octubre. Agregó que es común que en los más de 120 conciertos que la orquesta ofrece al año, en su país y en el extranjero, interpreten música mexicana, y un ejemplo es el “Huapango” del jalisciense José Pablo Moncayo, estrenado en 1941 y ahora considerado “Segundo Himno Nacional Mexicano”, por su portentosa fuerza cultural y nacionalista. La Sinfónica de Israel se encuentra en México para tomar parte en el FIC, donde esta noche ofrecerá un único concierto en el centenario Teatro Juárez, uno de los recintos cervantinos reservados para los grandes espectáculos y como solista, estará Danielle Akta, violonchelista de apenas 16 años. Será la primera ocasión que esta orquesta, fundada en 1988 en el municipio de Rishon LeZion, Israel, se presente en México, dando así cumplimiento a uno de sus más sólidos deseos profesionales. En escasos 30 años, de acuerdo con la crítica especializada más severa, se ha convertido en uno de los cuerpos artísticos más importantes de todo Oriente Medio. Por ser su debut en escenarios mexicanos, la orquesta preparó un programa especial, que incluye obras de Israel, tomadas de la tradición popular de esa tierra, llevadas a un nivel sinfónico. La diversidad de su repertorio le ha granjeado que desde 1989 actúe también como la Orquesta de la Ópera de Israel y colaborar con la Fundación Arthur Rubinstein. El programa lo integran “Concierto para violonchelo”, una de las principales obras del inglés Edward Elgar, escrita en 1919 tras la Primera Guerra Mundial; la “Sinfonía Número 9”, también conocida como “Sinfonía del nuevo mundo”, de Antonin Dvorák, la más popular de ese músico checo, concebida en 1893 cuando visitaba Estados Unidos. Seguirá la danza “Hora” del poema sinfónico “Emek”, de Mark Lavry, inspirado en el Valle de “Izrael”, zona agrícola y pintoresca situada al norte del país, de fuerte atracción entre los inmigrantes europeos, basado en el texto del mismo nombre de Rafael Eliaz, describe el quehacer cotidiano y la atmósfera en que se desenvuelven los jóvenes inmigrantes. De acuerdo con el director, la composición tiene tres partes: la primera se denomina “Pinturesca”, la segunda “Épica”, y la tercera es la danza “Hora”, característica de los pioneros del valle, quienes solían juntarse al término de su jornada para conmemorar un día más de trabajo y creatividad, danzando juntos en círculos, unidos en el sueño de crear una nación. Esta noche, la orquesta compartirá escenario con una de las más aclamadas intérpretes del violonchelo, Danielle Akta, premiada por el Oleg Yankovsky Prize a la Revelación 2015 y 2016. Nacida en Israel en una familia de músicos, con padres trompetistas, Akta creció escuchando música clásica para ingresar al Conservatorio de Ra'anana, como niña prodigio.