Ciudad de México.- Activar y potencializar la oferta cultural del sur de la ciudad, es parte del proyecto de la galería “MYL arte contemporáneo”, una propuesta cultural que se suma al llamado Corredor Cultura de San Ángel. Fundado en 2012 por Manuel Loaiza, se trata de un espacio cuyo diseño arquitectónico fue articulado a partir de las necesidades de la producción del arte actual, dice en entrevista a Notimex su director. “Lo que exhibimos son las manifestaciones más acabadas de los artistas consagrados, pero también existe la propuesta de darle impulso a los artistas que están saliendo de las escuelas. “Ese es un punto de interés para nosotros, formar a un grupo de artistas consagrados y emergentes, que tengan un carrera sólida, en el sentido de que ya hayan realizado exposiciones, tengan un premio, esa es un poco la idea que impulsamos”, comentó. El también promotor cultural afirmó que “MYL surge con la idea de tratar de contribuir en el debate estético en el que estamos inmersos y con la convicción de que es a través del arte, de las manifestaciones artísticas, exista un desarrollo más armonioso dentro de la sociedad y tratar de escuchar lo que nos dicen los artistas nacionales y extranjeras”. Señaló que es a través del arte como se contribuye a que exista un mejor entendiendo dentro de la sociedad, a que las manifestaciones artistas se puedan comprender, y que con la ayuda de curadores y expertos en el arte se dé una lectura a lo que se manifieste. Edificada sobre viejas casonas en la colonia Progreso Tizapan, justo en la calle de Durango en esta capital, MYL es un espacio que este año cumple cinco año y que a la fecha ha realizado un total de 11 exposiciones presentando la obra de artistas como Kioto Ota, José, Miguel y Francisco Castro Leñero, Irma Palacios, Teresa Margolles, Jazzamoart y Francisco Toledo. Asimismo, en más de 500 metros cuadrados se ha exhibido la obra de nueve de sus artistas permanentes: Alejandro Magallanes, Trine Ellitsgaard, Yael Martínez, Maya Goded, Omar Ibañez, Rodrigo Imaz, Cristian Franco, Musuk Nolte y Karina Juárez. El proyecto estuvo cargo de Arquitec y R. E Arquitectura, exhibe en su interior dos plantas principales para la exhibición de obra, así como un corredor en el tercer nivel. “Es una galería diseñada ex profeso y se edificó, de acuerdo a la experiencia que teníamos en ella de haber manejado galerías institucionales y universitarias”, refirió Loaiza. quien aclaró que el recinto, además, representa una alternativa en el sur de la ciudad. En esta área “hay una enorme demanda por apreciar el arte, por involucrarse en la producción artística; estamos cerca de instituciones como la UNAM, el Instituto Tecnológico Autónomo de México, el ITAM; el Museo de Arte Carrillo Gil, el Corredor Cultural de San Ángel, el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo. “De tal suerte que no existen galerías que traten de impulsar a artistas y que en su línea tengan la perspectiva de ampliar el mercado del arte y fungir como un centro de debate de ideas. Somos un espacio que se suma el corredor cultural de San Ángel, que se suma a esta línea del sur que carece de galerías”, expuso. Loaiza cuenta que MYL, hoy por hoy, “le apuesta a desarrollar un grupo de artistas y un impacto dentro de este contexto, así como a participar dentro del mercado del arte”. Pero como todo proyecto de estas características, se incluye una parte curatorial, misma que no es un reto en la actualidad, sino una diversión, así lo consideró el curador de este espacio, Carlos Villanueva Avilez. “Llevamos la parte más divertida. La elección no es aleatoria, sino que responde a ciertos criterios; trabajamos por proyectos, se busca responder a preguntas específicas estableciendo un dialogo sobre el arte contemporáneo, con las vertientes actuales, y, sobre todo, buscar la combinación de artistas consagrados con emergentes”. Indicó que como todo proyecto, se busca acercar a la gente, quien a su vez, dijo, “debe preguntarse qué hay detrás de la selección. “Por lo general hay una idea rectora de lo que se está articulando; no es solo es reunir obra a partir de un tema, sino que es como un ensayo en donde se desarrolla una temática y se va argumentado a través de las obras. “Los textos nos sirven muchas veces de guía, al igual que las cédulas de sala; las exposiciones están estructuras en un gran tema general; si uno logra detectar estas partes, se logra entender el discurso del curador”, comentó. Reveló que curaduría y museografía son términos diferentes y que deben diferenciarse para poder comprenderse. “La curaduría se encarga de armar el discurso, a partir de una idea, estructurar la selección de obra y darles una coherencia en cuanto al discurso; mientras que la museografía se ocupa de la disposición en el espacio y también es importante la manera en que uno se encuentra entre las obras; éstas, son presentadas en determinada forma y uno pude leerlas”, explicó.