Enrique Santiago / La Voz de Michoacán El artista michoacano orgullosamente nacido en Uruapan Jorge Marín ha denunciado en sus redes sociales que están introduciendo en el mercado obra apócrifa de su supuesta autoría. El hacedor de seres alados, balsas, animales y cuanta forma le sirva para inquietar conciencias a través del arte, ha manifestado que “El arte es una herramienta indispensable para generar sociedades más reflexivas y pacíficas”, pero que la falsificación afecta tanto al artista, como a la sociedad. El escultor subió una imagen de una escultura con rasgos de su obra, pero aclara que no es suya y que si alguien está interesado en verificar o comprar obra, que lo haga a través de la página www.jorgemarin.com.mx o comunicándose a su estudio. “La falsificación de una obra de arte se define como una obra cuya producción ha sido tergiversada por alguien (no necesariamente un artista) de cara a un comprador potencial, para obtener un beneficio económico”. En una publicación posterior el artista añade: “Además de afectar al artista alterando la percepción sobre su discurso conceptual y la calidad del trabajo, las obras falsas perjudican a la sociedad porque se filtran piezas ilícita al patrimonio de un momento histórico y cultural que estamos creando”. MARÍN, EL ARTE CORRE POR SUS VENAS Marín nació en Uruapan, Michoacán, el 22 de septiembre de 1963. Desde la infancia pudo crear gracias a la libertad que le daban sus padres de jugar con distintos materiales; su obra se caracteriza por transgredir las épocas, espacios y límites mentales del ser humano; a través del equilibrio, el balance y la introspección rememora el arte clásico con una presencia contemporánea, no sólo está al alcance de galerías de arte, sino en las calles de grandes ciudades. De familia dedicada al arte. Entre los hermanos de Jorge Marín, hay restauradores, arquitectos, escultores, diseñadores gráficos. En su infancia vivió en un ambiente muy proclive a la creatividad, incluso ha comentado que como tenían pocos juguetes clásicos, eso les daba la posibilidad de construir sus propios juguetes.