Ciudad de México.- El contratenor francés Philippe Jaroussky rebasó las expectativas en su concierto de anoche en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, donde cautivó al público con lo excelso de su voz y la depurada y virtuosa técnica interpretativa. El cantante, quien ha logrado un lugar preferencial en el terreno musical, se llevó los aplausos dentro y fuera del Palacio de Mármol, donde interpretó un total de 28 piezas de autores como Gabriel Fauré, Reynaldo Hahn, Charles Bordes, Poldowski, Claude Debussy, Déodat de Séverac y Ernest Chausson. Por el recinto también desfilaron temas como el de Emmanuel Chabrier, André Caplet, Camille Saint-Saëns, Arthur Honegger, Józef Szulc, Léo Ferré y Charles Trenet. Entre el público que abarrotó la sala destacó la presencia del reconocido tenor mexicano Javier Camarena y de la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda. Durante la velada, el francés estuvo acompañado al piano de Jérome Ducros, al lado de quien demostró por qué se le considera como poseedor de la voz de un ángel, con el virtuosismo del diablo maldito, al seducir con su canto a un recinto que enmudeció ante su brillante interepretación. El joven de 38 años apenas apareció en el escenario y comenzó a recibir los aplausos de cerca de mil 500 personas que se dieron cita, para apreciar al contratenor quien ha obtenido múltiples premios como Révélation Artiste lyrique en el año 2004, en Francia, durante Les Victoires de la Musique, así como el Artiste Lyrique de l'Année, en 2007 y 2010. El recital pudo ser apreciado desde el Corredor Angela Peralta a un costado del Palacio de Bellas Artes, donde fue instalada una carpa con dos pantallas y unas cuantas sillas para el disfrute de quienes no pudieron obtener boleto. Al término de su repertorio, Philippe Jaroussky, quien colabora frecuentemente con Jean Tubéry y el conjunto La Fenice para los que ha grabado “La Morte Delusa”, de Giovanni Battista Bassani, y un “Concert chez Mazarin”, ofreció una firma de autógrafos en la Sala Adamo Boari, dejando un buen sabor de boca al público mexicano. Con estudios en violín, piano, armonía y contrapunto, en el conservatorio de Versalles, Jaroussky recibió en 2007 el premio al mejor artista lírico francés.