Pinto en la noche y escribo en la mañana: Jesús del Río

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“Pinto en la noche y escribo en la mañana, ya te imaginarás, con café, musiquita, cigarro y a darle”, confiesa J. Jesús del Río Ramírez, actor y artista plástico, mejor conocido como “Chucho” del Río.

“Soy de Zacapu pero en realidad nunca he vivido ahí, más que de muy chico; he andado en muchos lados: en Pátzcuaro, otro tiempo muy corto en Tacámbaro, León, Acámbaro, Morelia, Distrito Federal, y de regreso en Morelia”, ciudad a la que regresa luego de estudiar Diseño gráfico y teatro en la capital del país, con el propósito de aportar algo a Michoacán y retribuir lo que a él le habían dado, “tal vez ya no podré hacerlo con las personas que me favorecieron, pero con los que siguen, es un cadenita”.

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La entrada de Jesús del Río a los escenarios fue a través de su hermana mayor, Claudia, quien asistía a la Escuela Popular de Bellas Artes en Morelia y al niño le tocaba cuidarla, era el chaperón de la adolescente. “Con el tiempo empezó a sobresalir y tener trabajo constante con José Manuel Álvarez, (…) y fue ahí como me fui integrando al gusto por el teatro, empecé a acompañarla con mucho agrado, hasta que ella decidió irse al Distrito Federal a probar suerte” la muerte de su padre, la familia decide alcanzar a la joven y en la noches, Jesús, en vez de leer cuentos, ayuda a su hermana a ensayar sus diálogos.

Cuando un personaje falta en la obra en la que participaba su hermana, los actores se reacomodaron hasta que queda un personaje, Claudia sin dudarlo propone que lo haga Chucho, incluso Roberto Cañedo y Alejandor Brichir le plantean mantenerlo fijo con un gran libro abierto por si no se sabía el texto, aunque ese no es el problema, de cualquier modo acepta y da vida a un búho durante una larga temporada, aunque sólo ensayó un par de días antes del estreno.

Después fue invitado a participar como mimo solista en una ópera china, donde compartió el escenario con actores reconocidos que incluso impartían clases, éstos le dijeron que tenía que seguir estudiando y lo invitaron a sus clases en la escuela de bellas artes y sus academias particulares.

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“Lo que estudié formalmente fue Diseño gráfico en la Escuela Nacional de Artes Gráficas, cuando terminé mi carrera decidí regresar a la ciudad de Morelia, a los tres días tenía un trabajo de diseñador en gobierno del estado; por romanticismo decidí ir a la Escuela de Bellas Artes, y me encuentro que los que habían sido alumnos eran maestros; estaban Chela Morales, José Luis Rodríguez, Memo Ibarra, entré y dije me quedo en el teatro”, recuerda. Después de otra temporada en México, regresa a Morelia a principios del año 1976 y en un reencuentro con el director de teatro José Manuel Álvarez, recibe la invitación para formar el taller y grupo de pantomima de la Casa de la cultura, al que pertenece desde 1980, “son 35 Años de carrera, de necedad” advierte, ya que dedicarse al teatro es una carrera de perseverancia.

La trayectoria de Del Río se refleja en el libro “De puro teatro”, del que actualmente se han publicado dos tomos, el tercero está en proceso y tendrá una sorpresa. “Comencé a redactar para mis alumnos de la Casa de la Cultura, para que tuvieran ejercicios de dramaturgia un poco más cercana a ellos, yo creo que el teatro es universal, y que las ideas se entienden, pero hay situaciones que nos identifican por zona” es así que cansado de intentar conseguir libros de teatro –que antes era muy complicado- y de montar siempre las mismas obras de los mismos autores que además era el común entre los grupos (como los textos de Emilio Carballido, Luisa Josefina Hernández), decide escribir ejercicios propios.

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